Olmo conquista Vallecas para el Barcelona
El debut del futbolista azulgrana en la segunda parte, autor del gol de la victoria con un excelente remate cruzado con la zurda, cambió un partido que de inicio había dominado el Rayo
El Barça salió líder del cuadrilátero de Vallecas. El triunfo llevó además la firma del debutante Dani Olmo. Así que la dicha fue completa para los azulgrana, ya ganadores en Mestalla y contra el Athletic. Necesitaban los barcelonistas de un futbolista que no conociera la maldición de la cancha del Rayo, inaccesible desde 2018 y encontraron en Olmo al futbolista decisivo para volver a cantar victoria como en tiempos de Messi. El equipo fue muy diferente con y sin Olmo. No supo defender ni atacar en su ausencia y, en cambio, remontó con la salida de un delantero inscrito a última hora por la lesión de Christensen y que simboliza los nuevos tiempos del Barcelona. Olmo calzó como un guante en un plantel que desborda por su físico desde que manda el cuerpo técnico de Flick.
La singularidad de la cancha puede que tuviera su incidencia en la alineación y en el único cambio dispuesto por Flick. Jugó Gerard Martín, un lateral menos profundo que el discontinuo Balde, que se quedó en el banquillo con el recién inscrito Dani Olmo. Martín se ha impuesto a Álex Valle —cedido al Celtic—, y Héctor en la selección de Flick. El técnico no advirtió motivos para sentar a Raphinha ni a Ferran y resguardó sorprendentemente a Olmo. No había dudas, en cambio, sobre la titularidad de Pedri después de su actuación contra el Athletic. El plan salió tan mal que a los nueve minutos cayó el 1-0.
A diferencia del sábado, Pedri se mostró de inicio muy impreciso, al igual que Raphinha, ambos encimados por una rival muy intenso colectivamente y eléctrico individualmente con Isi, Álvaro García y Espino. El Barça no sabía tener la pelota, combinaba mal, sin pausa y se precipitaba ante la agresividad del equipo de Iñigo Pérez. Los ataques se sucedieron hasta que marcó Unai López después de un centro de De Frutos, superior a Ferran y Martin, un puñal por la banda derecha del Rayo. La determinación local contrastaba con el carácter pusilánime del Barça.
A los azulgrana les cuesta entrar en los partidos, son perezosos y vulnerables cuando juegan sin tensión y nervio, abatidos en la disputa del balón en cada duelo de Vallecas. El equipo más directo era el Rayo, el mismo que no chutó a portería en Getafe, y no el Barça, lento y previsible, sin más jugador que Lamine. El delantero monopolizó la ofensiva ante un rival bien parado ante Cárdenas. El Rayo atacó mejor con 0-0 hasta que marcó Unai López y defendió muy bien el 1-0. Las contras locales tenían más miga que la posesión del Barcelona.
El partido exigía cambios rápidos en el descanso por parte de Flick. La salida de Olmo fue tan razonable y esperada como la sustitución de Ferran. Los barcelonistas necesitaban profundidad, y la ganaron con Raphinha, y precisaban también ambición, que consiguieron con Olmo. Lewandowski no acertó a empatar en una ocasión muy clara y Olmo remató al larguero después de pedir penalti por una entrada de Lejeune. El partido había virado a favor de los azulgrana, como es costumbre en la segunda parte desde la llegada de Flick. El 1-1 estaba tan cantado como lo había sido antes el 1-0.
El empate llegó en una larga conducción de Pedri que acabó con un control, giro y un disparo cruzado con la izquierda después de combinar con Raphinha. La mala defensa del Rayo delató su agotamiento y la necesidad de que su técnico moviera el banquillo y llenara el medio campo para contener al Barcelona.
La mano del técnico rayista no sirvió para contener a un Barça que rebosa salud en las segundas partes, como en Montjuïc y Valencia. La diferencia es que el gol no lo marcó Lewandowski —el Var se lo anuló— sino Olmo. El azulgrana se estrenó con un zurdazo colocado al palo izquierdo de Cárdenas después de una internada desde la línea de fondo de Lamine Yamal. El impacto fue tan tremendo que finiquitó el partido de Vallecas.
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