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LaLiga EA Sports jornada 37
Valencia
Valencia
Pepelu 84'
1 3
Finalizado
Girona
Girona
Sávio 32'Dovbyk 57'Yarek Gasiorowski 66'

El Girona ata la tercera posición en Mestalla

Un Valencia al que le ha sobrado el tramo final de la temporada se ve incapaz ante el equipo catalán y vuelve a perder a Gayá

Jugadores del Girona celebran un gol frente al Valencia.
Jugadores del Girona celebran un gol frente al Valencia.Manuel Bruque (EFE)

El Girona se aprovechó de un Valencia a la deriva, vacío en una temporada demasiado larga para esta plantilla tan limitada, y ató su tercera posición en la Liga con un victoria (1-3) basada en el buen estilo que ha exhibido durante 37 jornadas. Parecía titubear en los últimos pasos, pero Mestalla fue una oportunidad inmejorable para redondear una temporada sobresaliente. El Valencia, con más llegada de lo que dice el marcador, aunque con nefasta puntería, suma ya seis partidos seguidos sin ganar. Un gol de penalti de Pepelu en los últimos minutos acabó con una racha de tres partidos sin marcar.

VALValencia
Valencia
1
Mamardashvili, Cristhian Ibarguen, Yarek Gasiorowski, Cenk Özkacar (Gayá, min. 60), Foulquier (Thierry Correia, min. 45), Javi Guerra, Pepelu, Diego López , Sergi Canos, Hugo Duro (Peter Federico, min. 45) y Alberto Mari (Yaremchuk, min. 60)
GIR Girona
3
Girona
Gazzaniga, David López, Arnau Martinez, Eric Garcia (Juanpe, min. 68), Daley Blind, Sávio (Jastin García, min. 73), Aleix García , Tsygankov (Portu, min. 68), Iván Martín, Yangel Herrera (Valery Fernández, min. 73) y Dovbyk (Stuani, min. 78)
Goles 0-1 min. 32: Sávio. 0-2 min. 57: Dovbyk. 0-3 min. 66: Yarek Gasiorowski (p.p.). 1-3 min. 84: Pepelu.
Árbitro Guillermo Cuadra Fernández
Tarjetas amarillas Foulquier (min. 26) y Thierry Correia (min. 91)

El Valencia, al que parece que no le queda nada en los bolsillos, intentó rebelarse a su estilo, cuatro o cinco pases y balón al área, ante un Girona con más recursos, capacidad para desarrollar sus ataques y alicientes en el ocaso de la Liga. Baraja volvió a colocar a Diego López en la banda. El joven jugador blanquinegro agradece tener una autopista para sacar su talento y servir balones cargados de intención para Hugo Duro y Canós. El primero parece haberse quedado seco, como su equipo, y el segundo no tuvo la tarde y perdonó dos ocasiones claras. En la primera, casi sin ángulo, disparó contra el cuerpo de Gazzaniga, y en la segunda, después de un gran control que le permitió quedarse solo en el área, disparó a la base del poste.

El Girona fue mucho más preciso y aunque al principio se topó varias veces con Mamardashvili, quién sabe si en su despedida de Mestalla, el portero que dejó varias acciones de las que ha derrochado esta temporada tan brillante, terminó doblando a su contrincante. Savinho batió al portero georgiano en el tramo final de una primera parte en la que había sido el mejor y en la que volvió a dejar esa efervescencia que le hace tan especial. El joven brasileño es un problema para todas las defensas. Baraja, conocedor de su malicia, ordenó a Diego López que ayudara a Foulquier en defensa, la única manera de plantarle cara.

Al Valencia, resignado con su Skoda como lo definió Baraja esta semana, le ha sobrado el tramo final de la Liga. Parecía que llegaba con inercia para entrar en Europa, donde ha faltado en siete temporadas de la década de Peter Lim como dueño del club, pero se ha desinflado llamativamente y ya son seis jornadas sin un brindis. Un triste final para una temporada muy meritoria.

El Girona, en cambio, en la cima desde que empezó la temporada, convertido en el gran animador de esta Liga, mostró su poso de equipo trabajado y bien cosido. Míchel ha armado un conjunto que teje con paciencia y gusto las jugadas, que ordena a Savinho y Tsygankov que manchen sus tacos de cal para que el rival se tenga que destripar. No hizo más daño porque Mosquera le aguantaba el pulso a Dovbyk en una lucha de gigantes feroz y magnífica.

Baraja movió sus fichas en el descanso y metió en el tablero a Peter Federico y Thierry Rendall, que en tres minutos ya habían armado una jugada de peligro que Alberto Marí cabeceó demasiado alto. El Valencia, carente de un juego consistente, tiró de convicción, de intención, de valor. Ante esta amenaza, el Girona decidió quedarse el balón y dormir a su rival. En uno de esos ataques largos, Tsygankov, un jugador con la habilidad para encontrar a menudo situaciones ventajosas, permitió a Iván Martín asistir a Dobvyk para que marcara y se mantuviera en la lucha por el pichichi.

Ante este segundo mazazo, Baraja volvió a mirar al banquillo y desempapeló a Gayá. Necesitaba a alguien capaz de llegar al área rival. Otro disparo al aire. El Girona siguió a lo suyo y en el minuto 67 sumó su tercer tanto, gracias a un gol en propia puerta de Cenk después de otra buena acción de Tsygankov. Una afrenta excesiva para muchos aficionados, que se levantaron y se marcharon de Mestalla. A las desgracias para el Valencia se sumó una lesión de Gayá, que duró 11 minutos sobre el césped y se marchó con cara de preocupación porque puede peligrar su presencia en la Eurocopa.

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