El desafío del Barcelona es doble en Montilivi: ganar y gustar(se)
Ambos equipos se disputan el segundo puesto de la Liga y la bandera del juego en Montilivi
Xavi Hernández empezó la temporada con el reto de jugar “mejor al fútbol”, una afirmación consecuente con su ideario futbolístico, defensor del estilo de juego y del cómo ganar tan interiorizados en el Barça. Los títulos de la Liga y de la Supercopa logrados el curso anterior avalaban al entrenador azulgrana. La condición de triunfador no le impedía asumir que el fútbol de su equipo podía ser mucho mejor si se tenía en cuenta que hasta en 11 encuentros se había impuesto por 1-0 ó 0-1. “¿Qué es para mí jugar mejor?, se preguntó Xavi. “Elegir mejor, tener más paciencia, llegar a la banda y no jugártela de primeras. Volver atrás, encontrar superioridad por dentro. Tener más juego interior. Picar los espacios en el momento justo”, argumentó el técnico.
La referencia era el 1-3 que los azulgrana consiguieron contra el Madrid en la final de la Supercopa en enero de 2023. “Ese sería nuestro partido ideal”, recordó el mismo Xavi. “Intentar jugar igual todos los minutos”, insistió después de rememorar tramos de un partido cuyo resultado provocó una declaración grandilocuente de Araujo. “Empezó una nueva era”. La profecía no se cumplió, sino que, por el contrario, se impuso el pronóstico de Carvajal después de perder por 3-0 el clásico de la pretemporada en julio del mismo 2023. “Que no se preocupe el aficionado porque en competición oficial les vamos a pasar por encima”, afirmó el lateral del Madrid. El equipo de Ancelotti ha ganado los últimos cuatro clásicos después del postrero 3-2 del Bernabéu y el 1-2 de Montjuïc.
Aunque ha jugado algún buen partido, el fútbol del Barça no se ha estabilizado pese al deseo de Xavi. “Estamos en el mejor momento desde que soy entrenador del Barça”, dijo en septiembre después de sendos 5-0 frente a Betis y Amberes. El técnico anunció después, en enero, que no seguiría a partir del 30 de junio, dolorido por el 3-5 con el Villarreal. Aquella decisión fue considerada clave por el entrenador para explicar la racha que vino más tarde de 13 partidos sin perder que encadenó el Barça. Xavi incluso significó que el duelo ganado al PSG en París fue “uno de los mejores, si no el mejor” desde que en noviembre de 2021 ocupó el banquillo del Camp Nou. Los azulgrana fueron eliminados después de la Champions por el mismo PSG en Montjuïc y se despidieron de la Liga en Madrid.
A pesar de los resultados, de una temporada que acabará en blanco y un juego más irregular que mejor, Xavi decidió continuar y cumplir el contrato que acaba en 2025. La prioridad ahora es que el Barça quede segundo para disputar (y cobrar por) la Supercopa. El objetivo no es menor porque el rival es el Girona, justo el equipo que ganó en Montjuïc por 2-4, el mismo que ha abanderado la causa del buen juego y, por tanto, el adversario que ha ocupado el púlpito habitual del Barcelona en la defensa del cómo y del estilo en la Liga. Así que el desafío del Barça es doble en Montilivi (18.30, en Dazn): ganar y reivindicar su mejor fútbol de siempre ante el rival ahora mismo más entendido y presumido en el juego como es el Girona.
Los barcelonistas superan de momento a los blanquirrojos por dos puntos cuando a la salida de su cita en Montjuïc la distancia era de siete a favor del Girona. La derrota azulgrana provocó un largo debate y una reflexión particular de Xavi por más que elogiara al plantel de Míchel: “Somos mejores, jugamos mejor y tuvimos la victoria en la mano. Fue un partido muy parecido al del Madrid. Si hubiera ganado el Barça también habríamos dicho que era justo. Somos un equipo en construcción y ganó el que golpeaba mejor; fue el partido del KO”. La trayectoria de ambos equipos ofrece un detalle igualmente revelador: el Girona solo ha perdido un partido en casa -contra el Madrid- y el Barça únicamente ha caído una vez fuera, precisamente en el Bernabéu.
Y mientras el Madrid sigue a lo suyo (un triunfo de los de Míchel le podría dar el título hoy mismo), el Girona pretende celebrar ante el Barça su histórica clasificación para la Champions. Una proeza para un equipo que llegó a jugar en Preferente y para un club que en 2011 tenía a un propietario -Josep Delgado- sobre el que había una orden de busca y captura por presunto fraude fiscal en Polonia. El paso del campo de Vista Alegre a Montilivi, inaugurado con un partido contra el Barça en 1970, y el ascenso a Primera en 2017 después de años complicados por las promociones, marcan los puntos álgidos para una afición que ha pasado en cuatro años de acudir a la cancha para ver al entonces Barça de Messi a llenarla para ganar al Barça. Nunca un equipo catalán ha acabado por delante del Barcelona a excepción del Espanyol en 1942.
Los blanquiazules compiten ahora en Segunda para volver a Primera, de manera que la rivalidad del Girona con el Barça ha sido asumida por un equipo que hasta ahora había sido más su amigo que su adversario. La cita de Montilivi supone el momento culminante para el club blanquirrojo en su camino hacia la Liga de Campeones. El éxito supondrá también lo que se presume un quebradero de cabeza para sus dirigentes porque deberán negociar con la UEFA ajustes en sus órganos rectores y de gestión por su vínculo con el City Football Group -se trata de evitar incompatibilidades entre equipos de un mismo grupo- y la homologación de Montilivi -la UEFA no admite gradas supletorias y el actual estadio pasaría de tener 14.000 localidades a 9.000.
Ahora, precisamente, se espera batir el récord de asistencia con el partido de este sábado: Girona-Barça, Míchel-Xavi, Dovbyk-Lewandowski (19-16 goles). ¿Quién jugará mejor? El juego es tan importante como el resultado para la clasificación de la Liga. “Hay que acabar con buenas sensaciones”, sentencia Xavi después de que en el estreno liguero en Getafe ya advirtiera que sería difícil revalidar el título e insistiera en la necesidad de jugar mejor al fútbol como se le exige y supone desde siempre al Barça.
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