Un alegre Valencia le endosa otra goleada al Villarreal
Gayá da tres pases decisivos en el triunfo del equipo del Pipo Baraja ante una hinchada entregada
El Valencia tomó impulso en Mestalla en el cierre de la primera vuelta de la Liga con una noche de fiesta y goles ante un Villarreal que volvió a flaquear atrás. El equipo castellonense va de goleada en goleada en una temporada en la que no termina de entonarse, tampoco desde que lo dirige Marcelino, que hace mes y medio se convirtió en su tercer entrenador desde el verano. Ahora el Villarreal es uno de los conjuntos que más tantos ha encajado en el campeonato (38), algo menos que Granada (40) y Almería (42). Una condena para una plantilla con talento pero demasiado frágil en defensa.
El equipo de Rubén Baraja y su afición viven un idilio que roza lo ilógico. El equipo no tiene el fuste de otros tiempos, pero la hinchada le entrega su fidelidad en cada partido. Ante el Villarreal, otro venido a menos, volvió a llenar Mestalla y sus once jugadores respondieron con un partido tan vistoso como práctico. Una noche de fútbol alegre que, además, gracias a la terrible permeabilidad del Villarreal esta temporada, sacudido semana tras semana, se tradujo en goles.
Dos en una primera mitad incontestable. Con un Gayá muy inspirado que se tiró media noche mandando centros peligrosísimos al área. El primero terminó en un gol de Yaremchuk, que se estrena al final en la Liga. Otros dos, en sendos penaltis que no perdonó Pepelu, un tipo muy frío desde los once metros. Aunque lo más valioso del gol que abrió el marcador fue el inicio de la jugada, con un pase de Pepelu desde su campo que pareció flotar por todo el campo hasta que cayó en la línea de fondo, donde lo rescató Gayá, que vio la llegada de Yaremchuk y le brindó medio gol con un pase atrás que el delantero no desperdició. El ucraniano le va cogiendo el pulso a la Liga. Gayá tuvo otra acción decisiva a los 25 minutos, con un nuevo pase al corazón del área, donde Terrats le metió el brazo por la espalda a Hugo Duro en una acción en la que Gil Manzano vio un penalti que Pepelu convirtió en el 2-0.
Rubén Baraja quiso mandar un mensaje a su plantilla. El técnico pucelano recuperaba a Javi Guerra, uno de los emblemas de este jovencísimo Valencia, pero lo dejó en el banquillo para premiar el buen rendimiento de Hugo Guillamón. El centrocampista no tiene los alardes de genialidad de su compañero, pero tiene sentido del juego y supo darle la fluidez que permitió a Sergi Canós y Fran Pérez, cada uno en un flanco, estirar los ataques del Valencia hasta encajonar a su contrincante en su área.
El Villarreal, obligado por el marcador, tomó el mando en la segunda mitad. Lleva una eternidad, desde la temporada pasada, sin ganar dos partidos seguidos, pero su dominio fue inconsistente y, a los 56 minutos, el Valencia, paciente atrás, salió veloz en una contra en la que Hugo Duro mandó un balón al poste. La jugada siguió y Gayá, quién si no, metió otro balón en el área para Canós y Altimira lo tocó con la mano. Segundo penalti y segundo tanto de Pepelu, un puntal en este Valencia que no va a recibir refuerzos en el mercado de invierno pero que sigue sumando puntos al abrigo de una hinchada entregada a sus jóvenes futbolistas.
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