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Ancelotti: “Parece que Bellingham también tiene suerte”

El jugador inglés suma su sexto gol del curso, uno más que el resto de sus compañeros de equipo juntos

Lorenzo Calonge
Jude Bellingham
Jude Bellingham celebra el gol de la victoria contra el Unión Berlín.ISABEL INFANTES (REUTERS)

A Frederik Ronnow, el portero de 31 años del Unión Berlín, ya solo lo podía derribar Jude Bellingham. Después de 32 remates del Madrid, de los cuales 11 fueron de Joselu, el inglés cazó la victoria de rebote. “Parece que también tiene suerte”, se felicitó Carlo Ancelotti. “Este gol fue parecido al del Getafe [2-1], de un rechace. Él llega casi siempre desde segunda línea, tiene una calidad extraordinaria”, valoró el técnico italiano.

RMAReal Madrid
Real Madrid
1
Arrizabalaga, Alaba, Nacho (Fran Garcia, min. 73), Rüdiger, Lucas Vázquez, Aurelien Tchouameni (Federico Valverde, min. 65), Jude Bellingham, Modric (Brahim Diaz, min. 80), Camavinga (Kroos, min. 65), Rodrygo y Joselu
UBE Unión Berlín
0
Unión Berlín
F. Ronnow, Danilho Doekhi, Diogo Leite, Bonucci (Paul Jäckel, min. 80), Alex Kral, Aissa Laidouni (Brenden Aaronson, min. 66), Juranovic, Robin Gosens, Lucas Tousart (Aljoscha Kemlein, min. 83), Kevin Behrens (Volland, min. 66) y Sheraldo Becker (David Datro Fofana, min. 80)
Goles 1-0 min. 93: Jude Bellingham.
Árbitro Espen Eskås
Tarjetas amarillas Lucas Tousart (min. 1) y Aurelien Tchouameni (min. 36)

Seis tantos suma ya el inglés en seis partidos, uno más que el resto de sus compañeros juntos. Dos lleva Joselu, y uno Valverde, Rodrygo y Vinicius, al que se espera de vuelta el próximo miércoles contra Las Palmas y quizá ya esté disponible el domingo en el derbi del Metropolitano, según anunció el preparador blanco.

Después de 94 minutos levantando una pared en compañía de Leonardo Bonucci, al danés Ronnow le sobraron 90 segundos para apuntarse un tanto fascinante en la historia única del Unión Berlín. Al portero, como a casi todo su equipo, no lo conocía nadie en la pasarela europea. Lo fichó el Eintracht en 2018 por 2,8 millones del Brondby y en sus cuatro primeras temporadas en Alemania apenas salió el sol para él. Su cotización descendió hasta el millón de euros cuando el Unión lo pescó de saldo en 2021. Y todavía se pasó otro curso más a la sombra en la capital germana. Desde tan abajo llegó Ronnow al Bernabéu, donde amargó a todos menos al inglés.

La tarde fue, según Ancelotti, lo que ya esperaba. “Son partidos así. Tenemos el recuerdo del Sheriff [1-2 hace dos campañas], con el bloque muy bajo y te buscan la contra. Ahí la actuación de Rüdiger fue sobresaliente”, destacó el de Reggiolo. El Madrid firmó una primera parte indigesta. Un gran mazacote debido a un ataque muy pobre y rudimentario. Con un Rodrygo muy afeitado en la izquierda y apenas unas migajas aún de Bellingham y Modric, todo quedó abocado a un plan muy germano: balones a la olla a Joselu, un debutante en la Liga de Campeones con 33 años.

“Tenemos que marcar antes”

La vuelta de la pausa, sin embargo, dio paso a la gran descarga de los blancos y al momento (casi) de gloria de Frederik Ronnow. Amargó dos veces a Rodrygo, y otra a Modric y Joselu, mientras Bonucci se apuntaba hasta siete despejes, su registro más alto en Europa desde 2017. Hasta que apareció Bellingham rebañando las sobras de la mantequilla. “Tengo la piel de gallina, estoy muy agradecido de jugar en este equipo”, concedió el hombre del gol blanco, un tipo que siempre deja una ración de jabón en su discurso. “Tenemos que marcar goles antes”, reclamó Tchouameni, sustituido en la segunda mitad por Valverde, que realizó el disparo que dio lugar al 1-0.

La tarde había empezado con los más de 4.000 aficionados del Unión Berlín escuchando el himno de la Champions por primera vez en su historia con el ensimismamiento de los niños: todos de pie y quietos en la parte alta del estadio, uniformados con camiseta roja y gorrita blanca. Pero cuando la megafonía se apagó, su sector se transformó en el clásico bramido de las gradas alemanas, una banda sonora añeja que Chamartín ya perdió. De alarido en alarido, los teutones fueron un abigarrado ejército defensivo.

Es el primer equipo que se marcha del Bernabéu sin realizar un solo tiro a puerta en Champions desde el City en la vuelta de las semifinales de 2016, pero ningún reproche. El primer espasmo del choque, de hecho, fue suyo, con una oportunidad de Juranovic, taponada por Rüdiger. Desde ese momento y hasta el 94, un ejercicio de resistencia encomiable si no llega a ser por Bellingham.

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