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Las futbolistas deciden este jueves si juegan con España

La resolución debe llegar antes de la lista de la seleccionadora para la Nations League

Las jugadoras de la selección celebran en el césped del Olímpico de Sídney el triunfo del Mundial.
Las jugadoras de la selección celebran en el césped del Olímpico de Sídney el triunfo del Mundial.DAN HIMBRECHTS (EFE)
Jordi Quixano

Las futbolistas de la selección española, las campeonas del Mundial, no paran de colgarse el teléfono a la oreja. Pero no lo hacen para recibir felicitaciones por su gesta. Más que nada porque desde que acabara el torneo se suceden los enredos y los despropósitos. Ninguno como el del expresidente Luis Rubiales y su beso no consentido a Jenni Hermoso, momento en el que las jugadoras hicieron una verdadera piña, por más que durante la Copa del Mundo trabajaron las desavenencias existentes entre ellas, al punto de que se conjuraron para dejar en el pasado lo ocurrido —cuando 15 jugadoras se desentendieron de la selección por falta de profesionalismo y poco nivel técnico— para centrarse en la pelota.

Todas están de acuerdo en que lo ocurrido alrededor de Jenni Hermoso es inaceptable, tal y como han demostrado sucesivamente con sus declaraciones públicas. Por eso redactaron una carta para descartar volverse a poner la camiseta de España si no cambiaban muchas cosas en la federación. Aunque sobre esto, después de muchas reuniones telemáticas e innumerables mensajes por WhatsApp, este jueves darán en boca de las capitanas —Ivana Andrés, Irene Guerrero y Esther González— una respuesta definitiva, ya que el miércoles por la noche volvieron a debatir el asunto como también lo hicieron el día anterior.

Sobre todo porque se ha alcanzado la fecha límite, toda vez que la nueva seleccionadora, Montse Tomé, dará mañana la lista de las convocadas para los dos primeros encuentros de la Nations League: el 22 de septiembre ante Suecia y a domicilio; y el 26 de septiembre frente a Suiza en Córdoba.

Solicitan las futbolistas varios cambios estructurales y sobre todo de figuras, también algún despido en la federación. No quieren, por ejemplo, que siga en su cargo el secretario general Andreu Camps, al que no pueden ni ver por sus vínculos con Rubiales. Del mismo modo, tampoco quieren que continúe nadie del gabinete presidencial, ese que siempre acompañaba y asesoraba a Rubiales. Y, del mismo modo, están de uñas con el jefe de comunicación, Pablo García Cuervo, por cómo se trató el asunto de Jenni Hermoso, ya que ella negó un discurso articulado con la federación al tiempo que desde el otro lado de la red explican que, simplemente, se desdijo.

“Sabemos que tienen a muchas cabezas marcadas, pero tienen que entender que ahora mismo estamos en una comisión gestora —con Pedro Rocha como presidente interino— y no se pueden tomar muchas decisiones”, lamentan desde la federación española; “aunque existe la voluntad de cambiar las cosas como las hemos cambiado en estos años”. Porque al fin se ha profesionalizado, porque se ha pasado de un presupuesto de tres a 27 millones y porque la selección femenina está integrada en todos los departamentos de la federación [por eso durante el Mundial viajaba una comitiva de 60 integrantes].

Ocurre que las futbolistas están todavía divididas en un par de grupos, bandos acentuados desde hace tiempo. Las que están conformes con las salidas de Rubiales y del seleccionador Jorge Vilda —al que acusaban de controlador y con poco fútbol en su libreta—, y las que quieren más, mucho más.

Aunque por ahora sí que han dado el visto bueno a la renovación en el banquillo porque entienden que Tomé es más que válida que Vilda y porque, cuentan, durante estos años con Vilda al frente era su confesora. Las hay, en cualquier caso, que preferían que no fuera una línea continuista, que llegara otro nombre. Pero eso, por el momento, no se debate. El quiz de la cuestión está en si aceptan volver o no, ahora que las manecillas del reloj indican que se está en la prórroga. “Confiamos en que durante este jueves nos den una respuesta”, señalan desde la federación; “porque nos jugamos mucho. No participar en la Nations League nos imposibilitaría ir a los Juegos Olímpicos...”.

Quizá por eso desde la federación, también porque quieren evidenciar que corren nuevos aires, han anunciado que las 15 futbolistas que renunciaron en su momento pueden volver sin pedir perdón —enviar un correo electrónico— como ocurrió con las que se retractaron antes de comenzar el Mundial. El fin al enredo, al menos, tiene próximo el punto final.

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