Russell acusa a Verstappen: “Me dijo que me pondría la jodida cabeza contra el muro”
El de Mercedes responde al campeón del mundo de la Fórmula 1 tras la polémica durante la cronometrada del GP de Qatar y las duras palabras del de Red Bull
Con la Federación Internacional del Automóvil (FIA) en el plan más estupendo y metida en una cruzada por tratar de eliminar el lenguaje soez entre los pilotos de Fórmula 1, habría que hacer algo para evitar que Max Verstappen y George Russell se encuentren en pista este fin de semana, en Abu Dabi, en la última parada del Mundial de Fórmula 1 de esta temporada. Si lo hacen pueden salir en las portadas de los periódicos, pero seguramente no por nada relacionado con lo deportivo. El holandés y el británico se han convertido en la extensión de Christian Horner y Toto Wolff, sus respectivos jefes en Red Bull y McLaren, que ya han dejado claro que no se pueden ver, como perfectamente ha inmortalizado Drive to Survive, la serie de Netflix que ha multiplicado exponencialmente la popularidad del certamen. Sin embargo, los pilotos han dejado a un lado la teórica distinción de sus superiores, para enroscarse en una disputa más propia de una taberna que del paddock.
El detonante del cruce se produjo durante la cronometrada del Gran Premio de Qatar, el sábado pasado, a raíz de la penalización de una posición que los comisarios le impusieron a Verstappen por entorpecer a Russell. Como consecuencia de aquella sanción, el británico, que se había quedado a menos de una décima de su rival, arrancó sin tráfico en Losail aunque no pudo mantenerse allí, sino que fue el corredor de Red Bull, ya como campeón, quien añadió otro triunfo a su casillero.
Después de la carrera, Mad Max acusó a Russell de hipócrita, por comportarse de forma muy distinta ante la mirada del público de cómo lo hizo ante los comisarios que estudiaron el incidente entre ambos en Qatar, y terminaron castigando al de Red Bull. “He estado en esa sala de reuniones muchas veces, y con mucha gente con la que he competido. Y nunca he visto a nadie intentando engañar a alguien de esa manera. En mi caso, le perdí todo el respeto”, dijo el domingo Verstappen, después de cruzar la meta como ganador en una prueba en la que el británico terminó el cuarto, y bastante desquiciado.
Ya en Abu Dabi, el piloto de Mercedes se defendió atacando con todo, asegurando que su oponente traspasó líneas rojas con su actitud y palabras, y basó su estrategia en la etiqueta de conflictivo con la que muchos identifican a Verstappen. “Cuestionar la integridad de alguien como persona, mientras se hacen comentarios como esos el día anterior, me parece muy irónico. Dijo que iba a desviarse a propósito con el coche, para estrellar mi jodida cabeza contra el muro [al comenzar la carrera en Qatar]. Y no me quedaré sentado a aceptarlo”, esgrimió Russell, este jueves. “Max ha estado acosando a la gente durante años y no se puede cuestionar su capacidad para conducir. Pero no es capaz de enfrentarse a la adversidad cuando algo se pone en su contra”, añadió el chico de Norfolk.
La pelota la devolvió Verstappen un poco más tarde, también utilizando a los medios de comunicación desplazados hasta el circuito de Yas Marina, que llevan una semana pasándoselo en grande. El tetracampeón dijo en esta ocasión que Russell es de los que apuñalan por la espalda, por mentiroso, y negó haber amenazado a nadie con un choque deliberado. “De entrada, eso no es así. Pero ya no me sorprende. Solo digo lo que pienso de él. Está haciendo lo mismo que con los comisarios. Mentir e inventarse cosas falsas. Es un traidor”, se desahogó Verstappen, que aún se quiso quedar más a gusto: “No hay que hablar demasiado de la gente que es así. Simplemente, son unos perdedores”.
El barniz lo pusieron entonces Horner y Wolff, que se enzarzaron a su manera. El primero dijo de Russell que en Qatar, frente a los árbitros, actuó como un “histérico”, y eso hizo que su homólogo de Mercedes también bajara al barro, y le definiera como un “pequeño terrier que ladra”, por no haberse mantenido al margen. “Esto es algo entre pilotos. Pero si el director del otro equipo llama histérico a George, entonces es cuando cruza la línea. ¿Cómo se atreve a hablar sobre el estado mental de mi piloto?”, clamó Wolff.
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