Hamilton renace con un atronador triunfo en Silverstone
El británico cuadra un domingo perfecto para volver a ganar casi tres años después, por delante de un sufridor Verstappen y de Norris. Sainz termina el quinto y Alonso, octavo
El desgarrador sollozo de emoción de Lewis Hamilton y de Silverstone entero es la mejor manifestación del significado que tiene el triunfo que el piloto de Mercedes celebró este domingo junto a su gente, dos años y medio después de la última vez que se encaramó al escalón más alto del podio (Arabia Saudí, 2021) y quién sabe si en la victoria que cerrará su etapa como punta de lanza de Las Flechas de Plata, antes de enfundarse en el mono de Ferrari. En su mejor carrera del año, un gran premio que la lluvia intermitente convirtió en un impredecible carrusel, la brújula del taller de la marca de la estrella le dio las coordenadas justas para cruzar la meta el primero. Una machada que convierte a Hamilton en el único corredor capaz de imponerse en nueve ocasiones en un mismo circuito, que, además, es el de su casa. Max Verstappen volvió a dejar claro que no es tan rápido como perspicaz, hasta el extremo de terminar el segundo en una jornada en la que sufrió mucho más que disfrutó. Lando Norris firmó uno de los podios más amargos de su vida, después de tenerlo todo de cara para salir a hombros y patinar en los momentos clave, no por falta de talento sino de lucidez. Carlos Sainz concluyó el quinto y Fernando Alonso, el octavo, en un gran premio en el que ni Ferrari, ni mucho menos, Aston Martin, tuvieron opción de pelear por subirse al cajón.
Un triunfo tan relevante como este para la historia de la Fórmula 1 para la hoja de servicios de Hamilton —el 104 de su palmarés— no podía producirse en una carrera al uso. Más que nada, porque ahora mismo no está el Mercedes a la altura del monoplaza más rápido, una posición de privilegio que se disputan Red Bull y McLaren. Sin embargo, la caprichosa lluvia abrió una rendija por la que se coló el multicampeón de Stevenage, que lo hizo todo bien y cuadró la jornada perfecta, sin forzar más de la cuenta ni dejarse aturullar por las circunstancias, especialmente en los talleres.
El acierto de Mercedes se combinó con el desatino de la tropa de Norris, que afrontó su segunda parada un giro demasiado tarde y que optó por el compuesto erróneo —el blando—, por obsesionarse en copiar a Hamilton. Eso no solo le hizo perder el liderato (vuelta 40), sino que le dejó expuesto a la voracidad y las fauces de Verstappen, que se zampó a su amigo sin pestañear (vuelta 48) y que, para rematarlo, aumentó su margen al frente del campeonato.
“No puedo parar de llorar”, soltó Hamilton, nada más bajarse del coche, aún con las mejillas llenas de lágrimas. “Desde 2021, me he levantado cada día para entrenarme y trabajar. Muchas veces he pensado que esto no iba a ser posible”, convino el ídolo local. “Pero lo importante es seguir levantándote y tener gente a tu alrededor de que ayuda y te aconseja. Por suerte, tengo a muchos de esos”, remachó el de Mercedes.
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