Lewis Hamilton correrá con Ferrari en 2025

En una maniobra de las que sin duda quedarán subrayadas en color fosforito en los libros de historia del Mundial de Fórmula 1, Ferrari le echó el lazo a Lewis Hamilton, el piloto más exitoso de todos los tiempos, quien, a partir de 2025 defenderá el color rojo del equipo más laureado de siempre. La operación, adelantada este jueves por Corriere della Sera, fue confirmada a última hora de la tarde por Mercedes, cuyos ejecutivos de mayor rango seguían en estado de shock, al no haber visto venir la posible fuga de la piedra angular de su proyecto durante la última década. En un comunicado emitido por Mercedes, Hamilton explicó su decisión: “Ha llegado la hora de dar este paso, y lo asumo como un gran desafío. Estaré eternamente agradecido al apoyo que siempre me ha dado Mercedes. Estoy comprometido al 100% para ofrecer mi mejor rendimiento esta temporada, y hacer de mi último año con las Flechas de Plata uno para recordar”. Toto Wolff, CEO de la escudería, reconoció por su parte que estos años con Hamilton han sido “los más exitosos”. Y añadió: “Lewis siempre será una parte importante de la historia de Mercedes. Sin embargo, sabemos que nuestra relación terminaría en algún momento y ese ha llegado ahora. Aceptamos la decisión de Lewis de buscar un nuevo reto”. Unos minutos después, Ferrari también confirmaba la noticia.

No intuyó nadie el adiós, menos aún si tenemos en cuenta la última renovación, que incluía también 2025, con una cláusula de salida que es, finalmente, lo que precipitó este desenlace casi de película, en el que intervino directamente John Elkan, el presidente de Ferrari. Enfundado en el uniforme de la estrella, el muchacho de Stevenage se convirtió en el piloto más exitoso de la historia del certamen, acumulando un total de siete títulos en su hoja de servicios, los mismos que Michael Schumacher, pero con más victorias (103) que el alemán (91). No obstante, la falta de competitividad de los Mercedes los dos últimos ejercicios, dominados a placer por Max Verstappen y Red Bull, seguramente le habrá hecho mirar en una dirección a la que nunca habría apuntado de haber seguido ganando.

La primera derivada de la llegada de Hamilton a la estructura de Maranello es la salida de Carlos Sainz, que no ampliará su acuerdo para seguir vestido de rojo, que expira una vez finalice el curso que arranca el próximo mes de marzo. Al madrileño no deberían faltarle novias si tenemos en cuenta la solvencia que ha exhibido en un entorno tan inestable como el que genera Il Cavallino Rampante, una cuestión de estado para los italianos, al nivel de la selección azzurra, de fútbol. Al margen del presunto interés de Audi, que debe hacerse con las riendas de Sauber en 2026, su consistencia y carácter le convierten en un elemento muy atractivo, por ejemplo, para Aston Martin. Con los comunicados de Mercedes y Ferrari ya públicos, Sainz se pronunció a través de sus redes sociales: “Aún tenemos por delante una temporada larga y, como siempre, lo daré todo por el equipo. [...] Anunciaremos noticias sobre mi futuro a su debido tiempo”.

Para ir cogiéndole el pulso a las connotaciones que tendrá el desembarco del británico en Ferrari, basta con echarle un ojo a las tablas de cotizaciones: antes incluso de que Mercedes anunciara la salida del corredor de su estandarte, cosa que se produjo a las ocho en punto de la tarde en España, las acciones de la compañía de los bólidos rojos habían subido su valor en más de un 9%, más de 5.500 millones de euros. Eso, únicamente como consecuencia de las informaciones que fueron saliendo a lo largo de un día de idas y venidas, sobre todo en la sede de las Flechas de Plata, en Brackley, a menos de un cuarto de hora del circuito de Silverstone (Gran Bretaña). Allí, Wolff, el director de Mercedes, y James Allisson, el principal responsable técnico del constructor de Stuttgart, convocaron de urgencia a todos los trabajadores a las tres en punto de la tarde (las dos allí). En esa charla, que apenas duró diez minutos, los técnicos e ingenieros congregados escucharon por boca de los dos jefes aquello que dos días antes parecía imposible: tras doce temporadas, seis títulos de pilotos y ocho de constructores, Hamilton dejará las Flechas de Plata para enfrentarse, cumplidos ya los 40 años, al mayor reto de su trayectoria. Lo hará al lado de Charles Leclerc, compañero de Sainz y protegido de Fred Vasseur, director de Ferrari, desde su etapa de formación. El monegasco prolongó su vínculo la semana pasada, y todo parecía dispuesto para que el madrileño lo hiciera acto seguido. Sin embargo, el paso del tiempo y la proximidad con la presentación del nuevo coche (SF-24), programada para el próximo 13 de febrero, deberían haber hecho desconfiar a más de uno.

Para Liberty Media, el titular de los derechos de explotación de la Fórmula 1, este bombazo no hará más que multiplicar exponencialmente la popularidad de un certamen que pasa por su momento más dulce, convertido prácticamente en un producto aspiracional –hay que estar en los grandes premios y mostrarlo a través de las redes sociales– desde el éxito que supuso Drive to Survive, de Netflix, en plena pandemia. Se hace difícil de imaginar el impacto que podrá tener la combinación de dos marcas como Ferrari y Hamilton, que nunca escondió su admiración por todo aquello que representa el icono más universal del mundo de las carreras.

Hasta ese momento, al multicampeón le queda todo un curso por delante con Mercedes, circunstancia que guarda ciertas similitudes, al menos en cuanto al timing, con las que rodearon el fichaje de Fernando Alonso por McLaren, en 2007, donde precisamente coincidió con Hamilton, en el debut del entonces niño maravilla de Ron Dennis, patrón de la tropa de Woking (Gran Bretaña). Al igual que ocurre ahora, el asturiano también anunció su salida de Renault en 2005, cuando todavía le quedaba por delante todo 2006.

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