Southgate, psicología maorí contra la presión que sufre Inglaterra
El seleccionador inglés combatió la crisis de juego de su equipo con una técnica ancestral
Gareth Southgate cruzó la puerta del coqueto castillo anclado en el corazón de Blankenhaim con un café en la mano. Atravesó el empedrado de adoquines del patio principal saludando sonriente a derecha y a izquierda. La tranquilidad que ha mantenido pese a las duras críticas recibidas por el mal juego de Inglaterra en la fase de grupos y en los octavos de final ante Eslovaquia es su gran aval ante un plantel de jugadores a los que ha contagiado esa calma un punto estoica.
El dominio de las emociones a través de un adecuado trabajo psicológico ante la adversidad ha sido fundamental para que mañana Inglaterra dirima con España en Berlín quién gobierna Europa en el fútbol de selecciones. “Gareth es muy relajado. Te hace sentir que él es así de verdad. Y, obviamente, hay una verdadera unión en este equipo que hemos construido durante un largo período de tiempo”, explicaba ayer Ollie Watkins, el suplente de Harry Kane que metió a Inglaterra en la final con su gol a Países Bajos cuando el partido apuntaba a la prórroga. Para Southgate, Watkins no es un suplente. El término que ha impuesto para denominar a los reservas es el de “finalizadores de partidos”. Este es uno de los trucos semánticos que utiliza el seleccionador inglés para reforzar la mentalidad del grupo.
En la acogedora fortaleza escogida por la Federación Inglesa de Fútbol (FA), los internacionales que comparecen en rueda de prensa desafían a un periodista a un turno de lanzamiento de dardos antes de responder a las preguntas. El reto es una tradición impuesta por Southgate desde el Mundial de 2018 para destensar las relaciones entre reporteros y jugadores. En el bucólico predio conviven unos y otros entre pantallas con videojuegos, la susodicha diana, un Subbuteo, una mesa de billar americano e incluso un mini green para practicar el putt. Todo ello con el objetivo de que sus jugadores sientan que se expresan en un ambiente relajado.
Desde que se hizo cargo de la selección inglesa, Southgate se ha preocupado mucho de cuidar el aspecto psicológico tanto individual como colectivo. Su intención, aún latente en esta Eurocopa, era limpiar la cabeza de sus jugadores de la sobrepresión de ganar un gran título, algo que Inglaterra no logra desde 1966.
El técnico ingles se entrevistó con muchos especialistas y se empapó del trabajo mental que llevan a cabo deportistas ajenos al fútbol. La adaptación psicológica al deporte de alto rendimiento de la escudería Mercedes de Fórmula 1, el seleccionador inglés de hockey Danny Kerry, o la leyenda del críquet Ed Smith, han sido objeto de estudio por Southgate. En 2018, nombró a Ian Mitchell como jefe de psicología y rendimiento porque su experiencia como jugador de la selección le decía que en el equipo se había descuidado la cuarta pata, la mental, que junto a la técnica, la táctica y la física sostienen a un equipo.
El otro nombramiento fue el del especialista en alto rendimiento Owen Eastwood, que trabajaba para la FA desde 2016. La labor de Eastwood se centra en la antigua idea maorí de whakapapa por la cual si no heredas un legado, creas el tuyo propio. Para amortiguar la presión de no haber ganado un título desde 1966 es habitual escuchar a los internacionales ingleses decir “podemos escribir nuestra propia historia”. En esta Eurocopa consistía en clasificarse por primera vez para una final fuera de Inglaterra y ha funcionado.
Southgate, dominador de este tipo de técnicas, no se ha traído a esta Eurocopa a ninguno de sus dos entrenadores mentales de cabecera. Él mismo ha diagnosticado los problemas que han impedido a sus jugadores expresar su talento. Según el técnico inglés, las expectativas creadas por el potencial del plantel bloqueaban a sus jugadores por el miedo al fracaso y al qué dirán. “He hablado con muchos psicólogos a lo largo de los años. Una de las cosas que los seres humanos quieren evitar es la vergüenza pública. Tuvimos un poco de esa mentalidad en la fase de grupos. Hemos perdido ese miedo que nos atenazaba”, dijo a la cadena ITV tras eliminar a Suiza en cuartos de final. El primer tiempo de la semifinal contra Países Bajos fue lo mejor de Inglaterra en este torneo. En el segundo volvió a emerger el temor a las consecuencias públicas de la derrota. Ante la final de mañana, el mantra de “escribir nuestra propia historia”, es repetido una y otra vez por Southgate y sus futbolistas.
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