_
_
_
_
Inglaterra ING
2
Kane 90', Jude Bellingham 94'
Eslovaquia SLQ
1
Schranz 24'
Finalizado

Bellingham y Kane evitan un drama

El madridista empata en el descuento y el capitán consuma el pase a cuartos en los primeros instantes de la prórroga

Jude Bellingham anota frente a Eslovaquia en los octavos de final de la Eurocopa.
Jude Bellingham anota frente a Eslovaquia en los octavos de final de la Eurocopa.John Sibley (REUTERS)
Ladislao J. Moñino

Humillada y abochornada durante más de una hora por una agrandada y jornalera Eslovaquia, la orgullosa Inglaterra estuvo a segundos de marcharse de esta Eurocopa con la peor de las sentencias que se le podía dedicar de haberse consumado el batacazo. Los inventores del fútbol no habían sabido jugarlo durante tres partidos y una hora larga de ayer. Evitaron ese crudo estigma con el orgullo que les confirió su pedigrí. Cargaron el área eslovaca en una última media hora que engendró los redentores goles de Jude Bellingham, en el último minuto del tiempo de prolongación, y de Harry Kane, en el primero de la prórroga. Los dos únicos disparos que fueron entre los palos fueron gol.

INGInglaterra
2
Jordan Pickford, Marc Guéhi, John Stones, Kyle Walker, Kieran Trippier (Cole Palmer, min. 65), Phil Foden (Ivan Toney, min. 93), Bukayo Saka, Kobbie Mainoo (Eberechi Eze, min. 83), Jude Bellingham (Ezri Konsa, min. 105), Declan Rice y Harry Kane (Conor Gallagher, min. 105)
SLQEslovaquia
1
Martin Dúbravka, Peter Pekarík (Lubomír Tupta, min. 108), Dávid Hancko, Milan Skriniar, Denis Vavro, Juraj Kucka (Matús Bero, min. 80), Ondrej Duda (László Bénes, min. 80), Stanislav Lobotka, Lukás Haraslín (Tomás Suslov, min. 60), David Strelec (Róbert Bozeník, min. 61) y Ivan Schranz (Norbert Gyömbér, min. 92)
Goles 0-1 min. 24: Schranz. 1-1 min. 90: Kane. 2-1 min. 94: Jude Bellingham
Arbitro Halil Umut Meler
Tarjetas amarillas Marc Guehi (min. 2), Kobbie Mainoo (min. 6), Kucka (min. 12), Jude Bellingham (min. 16), Skriniar (min. 45), Pekarík (min. 76), Vavro (min. 107), Norbert Gyömbér (min. 113)

Inglaterra tuvo que encontrar el triunfo por una de sus viejas vías. Los dos tantos tuvieron el rastro identitario de los tiempos más endogámicos del fútbol de las Islas. Uno de esos saques largos de banda que son casi un córner por la potencia con la que llega al área fue peinado en el primer palo. Lo cazó el cuestionado Bellingham para empatar con una espectacular y oportuna chilena. Aunque sin lustre en el juego, el madridista ha sido quirúrgico. Apareció en el primer partido ante Serbía para darle la única victoria a los suyos en la fase de grupos (1-0) y ayer llegó a tiempo para firmar esa tijera salvadora. Fue el premio para la traca final de centros al área que retrotraían tiempos más clásicos del juego. El gol de Kane también tuvo esos trazos. Un saque de esquina, un despeje y el capitán inglés tirando de su inagotable olfato para remachar con la cabeza la mala salida del meta eslovaco Dubravka.

Schranz  marca el primer tanto del partido ante Jordan Pickford.
Schranz marca el primer tanto del partido ante Jordan Pickford.Shaun Botterill (Getty Images)

Desde el potable primer acto en su estreno ante Serbia, Inglaterra había ido menguando hasta derrumbarse en la ignominia que ayer la embargó durante más dos tercios del partido. Era un drama esta selección del timorato Gareth Southgate, a la que estuvo a punto de sumergir en una cruda paradoja. Inglaterra se hubiera ido por la gatera de la competición cuando presumía de haber aglutinado la mayor cantidad de talentos de los últimos años.

Southgate se ha entregado a los grandes nombres y estos habían aparecido o poco o nada hasta la descarga final que acorraló y terminó por hacer doblar la rodillas a Eslovaquia. Foden, Bellingham, Kane, Saka, Rice, Stones, Trippier, Walker... Nadie se salvaba de lo que iba camino de un sonado fracaso. Inglaterra solo lucía el entusiasmo y los originales cánticos de sus hinchas. Estos recibieron con abucheos a su seleccionador en lo que fue un anticipo de la hecatombe que durante 90 minutos sobrevoló sobre Southgate y sus futbolistas.

La debacle también hubiera supuesto toneladas de desprestigio en las sacas de la pomposa Premier League. La considerada mejor y más rica liga del mundo hubiera albergado a la peor selección de Inglaterra en los últimos años en un gran torneo.

Harry Kane marca el segundo tanto de Inglaterra.
Harry Kane marca el segundo tanto de Inglaterra.Lee Smith (REUTERS)


La citada victoria ante Serbia, los sosos empates ante Eslovenia (0-0) y Polonia (1-1) y la clasificación para los cuartos en el último suspiro son el raquítico bagaje con el que pasa de eliminatoria. Famélica de fútbol y de goles, solo dos hasta el primero de Bellingham de ayer, Inglaterra no supo cómo hincarle el diente a su rival hasta que no se volcó a la desesperada sobre el área de una Eslovaquia que ya boqueaba y acariciaba una gesta histórica. Analistas y plumas afiladas de la prensa inglesa le reclamaban a Southgate en la previa que sentara a los insípidos Bellingham y Foden para agitar el juego con Palmer y Gordon. El inmovilismo de Southgate fue directamente proporcional al estatismo que presidía las jugadas con las que trataba de armar el juego desde atrás. La pelota transitaba modorra del pie de Stones, al de Rice o al de Mainoo, el único al que Southgate dio entrada de entre los que le demandaban aficionados y medios. Nadie se movía por delante del balón. Si el fútbol moderno es movimiento constante, Inglaterra fue cavernaria durante más de una hora.

Enfrente, los eslovacos eran cohetes a nada que le birlaban la pelota a los funcionariales ingleses. La terna de delanteros Schranz, Strelec y Haraslin tensaron a Pickford y a sus defensas. A Haraslin se le fue cruzado un mano a mano que ya advertía lo que pasaría poco después. Un mal despeje de cabeza de Stones lo convirtieron en una centelleante combinación entre Strelec y Schranz. Este batió a Pickford con un toque delicado.

Defendió de forma estajanovista Eslovaquia su renta hasta el último suspiro. A Southgate no le quedó más remedio que disponer de la habilidad y la pierna izquierda de Palmer. Sus centros combados y tocados generaron pánico en la defensa eslovaca, cuando no acababan en un saque de esquina o en una falta lateral. Un paisaje más propio de aquella Inglaterra del pasado siglo y de los inicios de este. Bellingham y Kane reinaron en ese escenario para evitar el drama inglés.

Los jugadores ingleses celebran el triunfo ante Eslovaquia.
Los jugadores ingleses celebran el triunfo ante Eslovaquia.Associated Press/LaPresse (Associated Press/LaPresse)

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_