Seis décadas de constante mutación
De cuatro finalistas a 24. De una sede a 11. Campeones por penaltis. El gol de oro.... Así ha evolucionado la competición
Con la inercia de la buena acogida de la Copa de Europa de clubes (1955-56), la UEFA se lanzó a organizar una Copa de Europa de naciones, constituida como tal el 5 de junio de 1958 en Estocolmo. Como en el caso de la hermana mayor, bastantes fueron los países occidentales (Inglaterra, Italia, República Federal alemana, Suecia, Bélgica, Escocia, Holanda…) que, de salida, no se subieron al barco y fue el frente del Este quien apoyó en bloque la idea hasta completar los 17 inscritos. Se había fijado un mínimo de 16 participantes.
En la primera edición (1960), tras un partido preliminar (Irlanda-Checoslovaquia), la fase de clasificación se disputó por el sistema de eliminatorias de ida y vuelta y los cuatro semifinalistas disputaron una fase final en Francia (París y Marsella). Junto al anfitrión (Francia), tres selecciones del Telón de Acero (URSS, Yugoslavia y Checoslovaquia). Los soviéticos, posteriores campeones, se clasificaron directamente por la renuncia de España a jugar los cuartos de final. Franco prohibió que la selección viajase a Moscú para así evitar el partido de vuelta en Madrid.
Con la incorporación sucesiva de selecciones importantes, 29 ya en 1964, el sistema de competición de la fase final de cuatro equipos se mantuvo vigente durante cinco ediciones, hasta 1976. Sin embargo, se modificó la fase de clasificación, que pasó a jugarse por grupos en lugar de por eliminatorias. Con el veto a la URSS ya levantado por parte del Gobierno español, la segunda se disputó en Madrid y Barcelona, y los hombres de Villalonga ganaron el título con el legendario gol de Marcelino en la final contra los soviéticos. Por el contrario, la selección no se clasificó para las fases finales de 1968, 1972 y 1976.
En esta última cita desapareció el partido de desempate para dilucidar el campeón —se jugaba 48 horas después— y se adoptó la tanda de penaltis. El reglamento se modificó horas antes de la final Checoslovaquia-RFA y el título se decidió por la nueva fórmula con triunfo checo (5-3 en la serie) y la novedosa transformación de Panenka como momento álgido.
En 1980 se pasó a una fase final con ocho participantes, divididos en dos grupos de cuatro. Se suprimieron las semifinales y la final la disputaron directamente los primeros de cada grupo, y los segundos, el partido para el tercer y cuarto puesto. Esta fórmula no convenció a los organizadores y, aunque se mantuvo el número, ocho, en los posteriores campeonatos se recuperaron las clásicas semifinales antes de la final. Con este retoque, se disputaron tres ediciones más. España perdió la final del 84 ante el anfitrión, Francia, y se quedó fuera en Suecia 92.
Con la competición ya estabilizada, en Inglaterra 96 se saltó a los 16 finalistas y ocho ciudades sede. En la final entró en vigor el gol de oro, aprobado por la FIFA dos años antes, y así fue cómo Alemania derrotó a Checoslovaquia con un tanto de Bierhoff en el minuto 95. En 2000, primer torneo organizado por dos países, Bélgica y Holanda, otro gol de oro de Trezeguet dio el título a Francia. El patrón de la competición fue el mismo hasta 2012, pero el gol de oro se suprimió en 2004, dándose paso de nuevo a las tandas de penaltis.
En Francia 2016 se amplió la nómina a 24 finalistas. Y para el 60 aniversario, 2020, Michel Platini, entonces presidente de la UEFA, apostó por una Eurocopa global con el mismo número de selecciones, pero con un radio de acción que abarca todo el continente, incluidas las islas británicas, y se celebrará en 11 sedes diferentes. Este viernes arranca.
Suscríbete aquí a nuestra newsletter especial sobre la Eurocopa 2021
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.