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Robert Pirès: “Cada vez hay menos jugadores diferentes”

El exfutbolista francés, campeón del mundo y de Europa, afirma que hoy el fútbol es más físico que técnico

Robert Pires, en una imagen de archivo, durante un entrenamiento con Francia.
Robert Pires, en una imagen de archivo, durante un entrenamiento con Francia.Robin Townsend
Jordi Quixano

Con 79 internacionalidades y 14 goles con Francia, fue campeón del mundo en 1998, también de la Eurocopa en 2000, y conquistó la Premier con el Arsenal de Los Invencibles —equipo que no perdió partido alguno en toda la liga inglesa 2003-04—, centrocampista que también pasó por el Villarreal para llevarlo a Europa. A Robert Pirès (Reims, Francia; 47 años) le encanta el fútbol y por eso, tras instalarse en Ibiza porque la vida en Inglaterra se le hizo cuesta arriba tras el Brexit y la pandemia, decidió ayudar al Peña Deportiva, de Segunda B. También está en una agencia de representación, comenta en BeIN la Premier y ha firmado con una cadena francesa para dar su opinión durante la Eurocopa. Antes, atento y dicharachero, atiende a EL PAÍS.

Pregunta. ¿Qué hace en el Peña Deportiva?

Respuesta. Mis hijos venían a jugar al club y me encontré con un club humilde y familiar, por lo que les sugerí si necesitaban ayuda en el primer equipo porque me encanta el fútbol. Desde entonces, ayudo en las recuperaciones de los lesionados porque sé lo que significa estar solo y sin poder jugar. Además, si les falta algún jugador, pues me pongo a tocar un poquito…. ¡De maravilla!

P. Usted jugó en una de las mejores selecciones de Francia, campeona del Mundial 1998 y de la Eurocopa 2000. ¿Cómo era ese equipo?

R. En el 98, Jacquet creó el conjunto y en el 2000 Lemerre no tocó absolutamente nada. Pero en esos dos años crecimos, jugamos más partidos y cogimos experiencia. Creo que ese sí era el mejor equipo que ha habido de Francia porque jugábamos muy bien y éramos invencibles. Superamos a España, Portugal, Italia…

P. Y en la final del Mundial superaron al Brasil de Ronaldo…

R. Fuimos un equipazo en ese momento. Si hasta Zidane metió dos goles de cabeza y mira que era muy malo en ese tipo de remates… ¡Como yo!

P. ¿Quién era el líder del vestuario?

R. Sobre el césped Zidane, Djorkaeff, Henry… Pero dentro, Deschamps porque le gustaba comunicarse con todos los jugadores, hacer de intermediario con el seleccionador. Ya se le veía que sería entrenador. Le gusta ayudar a los jóvenes y crear buenas relaciones. Por eso ganamos el Mundial pasado y ahora somos favoritos para ganar la Eurocopa. Deschamps es un ganador como también demostró con el Marsella.

P. ¿Qué le parece que haya aceptado la vuelta de Benzema?

R. Es una muy buena decisión. A la selección van los mejores jugadores y Karim lo es. Es el número uno del Madrid. Era normal que lo llamaran. Estaba claro que tenía que ir Valbuena o Karim, pero los dos, imposible. Y Benzema es mejor.

P. ¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de esta selección?

R. El fuerte, que arriba tenemos de todo: calidad, tranquilidad, velocidad, técnica… Griezmann, Mbappé y Benzema son buenísimos, pero tampoco podemos olvidarnos de Coman, de Dembélé… Y el punto flojo es que no defendemos muy bien porque arriba somos muy fuertes. Pero los delanteros deben ayudar a los del medio y Deschamps debe trabajarlo antes del primer partido ante Alemania.

P. Alemania, Portugal y Hungría… un grupo muy duro para empezar, ¿verdad?

R. Un grupo demasiado serio, potente. Portugal es el campeón de Europa y tienen a uno de los mejores del mundo aún, Cristiano Ronaldo. Y es un equipo que, como España, siempre nos cuesta mucho. Alemania… No sé bien. Están en una época de transición.

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P. Da la sensación, sin embargo, que Alemania y Francia son superiores en lo físico.

R. Así es. Es el fútbol moderno, donde lo físico va antes que la técnica. Pero para mí siempre estará la técnica primero. Por eso me gusta tanto De Bruyne, porque es distinto y cada vez salen menos jugadores diferentes, únicos.

P. Como jugador, ¿su decisión más difícil fue decirle que no al Madrid, después de ganar la Eurocopa 2000 y ponerse la camiseta blanca para que le tomaran unas fotografías?

R. Puede ser. Pero no me puedo quejar porque gané dos Ligas, tres Copas, llegué a una final de la Champions… Es verdad que tenía claro que iría al Madrid. Si no, no me hago las fotos. Pero Wenger me llamó y me explicó dónde iba a jugar, cómo y sobre todo recuerdo que añadió: “Overmars se va al Barcelona y tú eres el único que puede jugar como él”. Me convenció así. Con esa confianza dije “vale”. La gente me decía que no se puede decir no al gran Madrid… Y yo, además, era del Madrid de crío porque mi ídolo era Míchel. Pero salió bien y teníamos un equipazo con Henry, Vieira, Bergkamp… Mucho talento.

P. ¿Fue la mejor expresión de fútbol vista en Inglaterra?

R. No sé si es el mejor equipo de la Premier, pero cuando haces una temporada sin perder un partido y te conviertes en campeón… Eso, al menos, significa que haces buen fútbol. Y no es que sea arrogante, pero nos considerábamos imbatibles. También porque los que salían del banquillo como Reyes, Wilcott, Ljunberg… siempre daban un plus. Éramos un verdadero equipo.

P. Aunque en los entrenamientos había mucha tensión, ¿no?

R. Se juega como se entrena y a mí siempre me pareció normal que hubiera roces o peleas en los entrenamientos. No pasa nada por chocar. En los partidos también ocurre, te pegan, te insultan… Recuerdo a Tony Adams y Martin Keown, dos tipos que nunca iban de broma. Me pisaban los pies y me decían: “¡Cállate!”. Pero con el balón en los pies, debías ganarte su respeto. Y yo iba a por ellos y eso les parecía bien. Querían sacar lo mejor de ti. Debías estar preparado. Ahora ha cambiado todo, antes podían fumar o beber en el vestuario que mientras ganaras, no pasaba nada.

P. ¿Y cuál era su función en ese Arsenal?

R. Jugar rápido con los delanteros. Wenger quería que fuéramos a por ellos y que lo hiciéramos con velocidad.

P. ¿Muy distinto al actual Manchester City de Guardiola, campeón de la última Premier?

R. Me quedo con el fútbol de Guardiola, pero la base es la misma porque siempre van a por los defensas.

P. ¿Cómo recuerda la final de la Champions perdida ante el Barcelona en 2006?

R. El peor momento deportivo para mí, porque el míster me cambio pasado el cuarto de hora, cuando expulsaron a Lehmann. Y perdimos. Tiempo después Wenger me pidió perdón. No le pude contestar nada entonces… Pero me dejó contento que pensara como yo porque creía que con mi calidad podía ayudar al equipo.

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