Kenny Atkinson, el entrenador español de los Cavaliers que bate récords en la NBA
El técnico de Cleveland, que jugó tres minutos en la liga ACB, protagoniza el debut más exitoso desde el banquillo en la historia de la liga estadounidense
El entrenador de moda de la NBA es español. Kenny Atkinson, de 57 años, dirige a los Cleveland Cavaliers, que han conseguido un arranque de temporada perfecto con 15 victorias en 15 partidos, la segunda mejor marca de la historia. Atkinson, que fue un jugador del montón, emprendió la aventura europea al ver que las puertas de la NBA se le cerraban. Se casó con una española y adquirió la doble nacionalidad. Ahora, la liga profesional que no lo quiso como jugador, lo aplaude como entrenador. Este martes tiene un examen que dará la medida de las posibilidades de los Cavaliers: visitan a los campeones, los Celtics de Boston, en el TD Garden.
Atkinson recorrió Europa como un trotamundos del baloncesto tras acabar la universidad y jugar en un par de equipos de ligas menores estadounidenses. En su aventura trasatlántica, pasó por 14 equipos a lo largo de una década en España, Italia, Alemania, Francia y Holanda. Fue un base voluntarioso y trabajador, pero poco brillante. Llegó al Canoe madrileño en 1993 y estuvo en España hasta 1997. Además del Canoe, jugó en el Vino de Toro Zamora y en el Aguas de Calpe. Además, la ficha de Atkinson en la liga ACB da cuenta de un paso fugaz y no muy exitoso por la máxima categoría del baloncesto español. Jugó 3:06 minutos con el Baloncesto Salamanca en un partido contra el Caja San Fernando. Perdió tres balones, cometió dos faltas y dio una asistencia. Fin de la historia.
El jugador se casó con una sevillana, Laura, y adquirió la nacionalidad española. Criticaba a sus compañeros estadounidenses que iban a jugar a Europa, pero se aislaban y no hacían ningún esfuerzo por integrarse y conocer los países por los que pasaban. El actual entrenador de los Cavaliers tejió lazos también en Francia. En los Juegos Olímpicos de este verano fue entrenador ayudante de la selección de Victor Wembanyama, con la que logró la medalla de plata.
Francia perdió la final contra el nuevo dream team estadounidense, entrenado por Steve Kerr, que hasta hace unos meses era el jefe de Atkinson. El estadounidense-español ejerció como segundo entrenador de los Golden State Warriors las pasadas tres temporadas. En la primera de ellas, el equipo de San Francisco conquistó el anillo de campeón. Muchos creen ver el rastro del estilo de los Warriors en el actual juego de ataque de los Cavaliers.
El equipo de Cleveland cuenta con la misma base de la temporada pasada, en la que acabó cuarto en la temporada regular en la Conferencia Este y solo pasó la primera ronda de las eliminatorias. Atkinson ha logrado que ahora esas mismas piezas encajen mejor, especialmente en ataque. El entrenador cuenta con un quinteto titular joven, con una media de menos de 25 años. La estrella del equipo es Donovan Mitchell, de 28 años, que llegó a Cleveland hace dos temporadas desde los Utah Jazz. La Araña Mitchell tiene como principal aliado a Darius Garland, que a sus 24 años ha adquirido una extraordinaria madurez. Evan Mobley, de 23 años, tercero del draft de 2021, con 2,11 metros, y el pívot Jarrett Allen, de 26 años y 2,06 metros de altura, ponen los centímetros. Isaac Okoro, el alero bajo, de 23 años, aporta disciplina defensiva.
Caris LeVert, Dean Wade y Ty Jerome también están suman minutos y puntos. Atkinson ha aprovechado las bajas de algunos de los titulares para dar oportunidades a los jugadores del banquillo, que han respondido a la grande. Los Cavs son el equipo más anotador de la liga, pero se trata de un esfuerzo colectivo. Mitchell, el mejor encestador del equipo con una media de 24,6 puntos por partido, es solo el 16º en la NBA. Sin él, los Cavs fueron capaces de sumar 128 puntos el domingo, con cuatro jugadores anotando más de 20 puntos cada uno. Y sin Mobley, tercer mejor anotador del equipo, hicieron 148 puntos el viernes. Han superado los 130 en el marcador en seis partidos de esta temporada, un récord que ni siquiera acariciaron durante la etapa de LeBron James en Cleveland, cuando los Cavaliers lograron su único título de campeón.
Ningún entrenador en la historia de la NBA ha tenido un estreno tan brillante como el de Atkinson con los Cavaliers. El nuevo técnico ha acelerado el juego de ataque, aplicando algunas de las lecciones aprendidas junto a Kerr. Por momentos, su circulación de balón, con una gran velocidad y movilidad que permite una buena selección del tiro y altos porcentajes de acierto, recuerda a la de los Warriors.
Ambos se enfrentaron este mes y los Cavaliers aplastaron a sus rivales con una primera mitad de vértigo en la que se adelantaron 83-42. “Creo que nos ganaron con lo que hemos ganado a los equipos durante años”, dijo al acabar al partido Draymond Green, uno de los pilares de los Warriors de la última década. “El movimiento del balón, los jugadores volando de un lado a otro, la intencionalidad con el pase extra. El botar, pasar, girar es lo que hemos predicado durante años, y nos han machacado con ello”, añadió. “Claramente, son uno de los mejores equipos de la liga”, concedió Kerr.
El principal mérito de Atkinson es que con sus ajustes en ataque ha generado un círculo virtuoso de confianza en que cada jugador se siente importante. El entrenador admite que será difícil mantener el nivel de acierto en los niveles actuales, pero los jugadores muestran una complicidad que no es fácil de lograr. El partido de este martes contra los Celtics pondrá a examen si los Cavaliers pueden competir de tú a tú contra los mejores en los partidos decisivos. Los de Boston se juegan su supervivencia en la Copa NBA. “El partido llega en el momento perfecto”, dijo Atkinson el domingo.
Esta es la segunda etapa en que Atkinson está al frente de un equipo de la NBA. En los Brooklyn Nets, que ahora entrena el también español Jordi Fernández, estuvo al frente del equipo entre 2016 y 2020, pero sus resultados fueron más bien pobres. Ahora, está disfrutando de su gran momento, ese por el que llevaba peleando, primero como jugador y luego como entrenador, desde que era un universitario en Richmond y que tantas veces le ha sido esquivo.
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