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El Madrid entrega al Panathinaikos la corona de la Euroliga

El equipo blanco, zarandeado en la segunda parte por Sloukas, pierde por 80-95 y no consigue revalidar el título de campeón en la despedida europea de Rudy

Sloukas y Ataman levantan el trofeo de campeones.
Sloukas y Ataman levantan el trofeo de campeones.RONALD WITTEK (EFE)
Juan Morenilla

De Llull a Sloukas. De la canasta que hace un año coronó como campeón de Europa al Madrid en Kaunas a los 24 puntos con los que el base griego fundió a los blancos en la lucha por el título en Berlín. El Panathinaikos levantó su séptima Copa de Europa de baloncesto, la primera desde 2011, y dejó sin duodécima al conjunto madridista, sin la hazaña de revalidar el título tras 56 años y sin un adiós europeo para Rudy Fernández con una corona. El grupo que dirige Ergin Ataman pasó por encima del conjunto de Chus Mateo en la segunda parte para alimentar la maldición: el campeón de la fase regular de la Euroliga sigue sin levantar al final el trofeo. El Madrid apenas abrió la boca tras el descanso, desfigurado, sin el carácter batallador de otras ocasiones. Hace un año, Sloukas tuvo un balón para dar la victoria al Olympiacos tras el acierto de Llull. El base consumó su venganza con la camiseta del Panathinaikos y se llevó el MVP de la Final Four.

El amanecer del partido había aupado a un protagonista inesperado, Ndiaye, talismán en estos inicios de encuentro en las dos últimas Final Four. El pívot enlazó dos triples y una canasta interior en otro arranque muy enchufado de los blancos (10-3). Tavares encontraba en Lessort un rival a su altura. Para evitar al gran señor bajo los aros, el conjunto de Ataman apuntaba desde el perímetro (Grant, Papapetrou y Nunn), espacio por donde también circulaban sus torres. Tavares debía multiplicarse y los árbitros apuntaron la matrícula del gigante. Un corpachón así no puede esconderse, y poco después de los tres minutos ya sumaba dos faltas. Chus Mateo montó en cólera y cargó con una técnica. Poirier saltó a pista antes de lo previsto. Como sus prestaciones han crecido esta temporada, el vacío de su estrella fue menos profundo. El francés cumplía bajo el tablero y Campazzo picaba por fuera. El Panathinaikos, animado por Sloukas, era dinamita exterior en un encuentro vivo (24-17) en el que cada acción se discutía, caliente en la cancha y en la grada. Musa llevaba la voz en cuestiones anotadoras, Sergio Rodríguez repartió sus gotas de magia y el Madrid cerró por delante un primer cuarto rebosante de puntos: 36-25, récord de un solo equipo y conjunto en una Final Four.

En el Madrid de los mil recursos, Yabusele calentó la muñeca por fuera, Causeur picó por dentro (papeles cambiados) y Rudy acabó con su machacado cuerpo en la tercera fila de los espectadores a pie de pista para salvar un balón. No podía ser de otra manera en su última noche en la Copa de Europa. En la cancha se juntó con el Chacho y con Llull en un histórico baile de despedida. Al Madrid le costaba entonces encontrar las rendijas y el grupo de Ataman olió la sangre espoleado por su inagotable hinchada y por la mano de Sloukas (41-35). Campazzo y Hezonja regresaron al escenario de un choque que ya era otro, más trabado por las faltas, las protestas y las revisiones. En esa salsa se movía mejor el equipo griego. Los hombres de Chus Mateo chocaban contra el aro en su apuesta exterior y Grant provocó con un robo una antideportiva de Musa. El mismo Grant y Vildoza a distancia y Lessort cerca de la red acercaron a los verdes a un centímetro (46-45). Dos triples de Mussa y Campazzo oxigenaron a los blancos antes del descanso (54-49).

Sloukas retomó el pulso donde lo había dejado, agitando el árbol desde el perímetro, un dolor de muelas para sus perseguidores. Al Madrid le crecían los problemas porque Hezonja, Musa y Campazzo erraron consecutivamente desde el triple y el base argentino y el repescado Tavares sumaron su tercera falta personal. Con solo dos puntos en la mochila en más de seis minutos, los blancos cedieron el mando del partido tras un bingo lejano de Nunn (56-58). Rugía la marea verde en el Uber Arena. Eran los peores momentos del campeón, sequísimo con el balón en las manos. Hezonja fallaba una y otra vez por más que lo intentaba, tampoco atinaba Musa, y Lessort mareaba a Tavares. Para colmo blanco, Poirier acumuló una falta más una técnica por protestar. Mateo movió la coctelera en busca de un cambio que no llegó y el Madrid más tieso en mucho tiempo cerró el tercer cuarto con cero de nueve en triples y un parcial de 7-15: 61-64. Los siete puntos fueron su peor anotación en un periodo en toda esta Euroliga. Del récord positivo al negativo.

El Madrid buscaba al campeón de Kaunas, aquel equipo rebelde ante la derrota. Tavares provocó la cuarta falta de Lessort y sumó desde los tiros libres sus primeros puntos de la noche. En la pista estaban de nuevo los tres viejitos, con Hezonja de cuatro en busca de una fórmula renovadora. Pero fue Mitoglou el artillero, y Grant tras él (65-74). Llull gritó dos triples que querían devolver el aliento al equipo español, y los ahogó Sloukas con la misma medicina, también por partida doble (74-79), para dinamitar cualquier defensa en zona. El Panathinaikos estaba subido a la ola. El Madrid no había podido encontrar soluciones, zarandeado por Sloukas y por Nunn. En los dos últimos cuartos sumó 26 puntos (nueve canastas en juego) cuando en solo el primero había cantado 36. Esta vez no hubo canasta milagrosa ni épica suficiente, ni un título europeo para despedir en la cima a Rudy. También hay derrotas en las mayores leyendas.

REAL MADRID, 80; PANATHINAIKOS, 95

Real Madrid: Campazzo (12), Musa (15), Hezonja (8), Ndiaye (8), Tavares (4) —quinteto inicial—; Sergio Rodríguez (11), Llull (6), Rudy (0), Yabusele (6), Poirier (8) y Causeur (2). 

Panathinaikos: Grant (11), Nunn (21), Papapetrou (4), Mitoglou (8), Lessort (17) —equipo inicial—; Sloukas (24), Kalaitzakis (2), Antetokounmpo (0), Grigonis (0), Hernangómez (5) y Vildoza (3).

Parciales: 36-25, 18-24, 7-15 y 19-31.

Árbitros: Rocha, Belosevic y Difallah. Eliminaron por faltas personales a Campazzo y a Poirier.

Uber Arena. Unos 17.000 espectadores.

 


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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.
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