El Real Madrid no da opción al Barcelona y se lleva el Clásico en casa (86-79)
La sociedad entre Poirier y Campazzo hace olvidar la ausencia de Tavares y fulmina a un cuadro azulgrana aún en construcción
El Real Madrid ha vuelto este domingo a teñir el clásico de blanco. Tras imponerse al Barcelona en la Supercopa, los de Chus Mateo se han embolsado un nuevo duelo ante el eterno rival en la tercera jornada de la liga Endesa (86-79). El encuentro fue un reflejo de que a los dos equipos les queda trabajo por delante antes de llegar a su mejor versión, pero la cantidad de recursos con la que cuenta Chus Mateo le pone unos pasos por delante del conjunto dirigido por Roger Grimau.
A pesar de no contar con su tótem, Edy Tavares, ausente por una infección respiratoria, el Madrid ha doblegado a un Barça que no termina de encajar las piezas. La ausencia del gigante caboverdiano ha impedido un segundo asalto entre él y Willy Hernangómez después de que el madridista se impusiera en la Supercopa hace unas semanas. El pívot blaugrana ha sido recibido por la que fue su afición con una atronadora pitada, el enemigo público del Wizink tras la salida de Mirotic. Sin Tavares ni Deck, Chus Mateo dio la oportunidad a Ismaila Diagne, un juvenil de 16 años que fue la pólvora con la que el Madrid empezó a inclinar el partido a su favor. Y la mecha, como no, fue Campazzo. Entre los dos han impulsado al Madrid a la primera ventaja del partido (11-2). El Barcelona ha tardado en reaccionar, pero lo consiguió a tiempo para ajustar el marcador al final del primer cuarto con dos canastas seguidas de Brizuela (14-13).
El Madrid era superior en intensidad, pero también más impreciso a la hora de buscar la canasta. Los blancos han acabado la primera mitad con un pobre 31% de acierto en tiros de campo, lo que permitió que el Barça, cuyos porcentajes eran muy superiores (48%), se les echara encima y llegara a ponerse por delante gracias a una acción de Jokubaitis (20-21). Pero la alegría le duró poco a Grimau, que vio como el Madrid se volvía a hacer enorme con la entrada de Poirier. El pívot francés ha entrado en ebullición justo antes y después del descanso y ha disparado la ventaja de su equipo por encima de los 10 puntos (50-38) mediado el tercer cuarto. En el bando azulgrana se echaba en falta un paso delante de las grandes figuras como Willy, Jabari Parker o Satoransky, con Brizuela como el único jugador con dobles dígitos (10 puntos) al llegar al último cuarto.
El juego exterior, esa arma a la que tanto recurría Jasikevicius, no funcionaba contra un Madrid muy serio, que obligaba a los azulgrana a buscar alternativas por dentro, donde los blancos se sienten tremendamente fuertes. Laprovittola, muy desaparecido durante la primera mitad, ha asumido el mando del equipo en la recta final en busca de la remontada. El argentino se las vio con su compatriota Campazzo, al que dejó al borde de la eliminación por faltas. Sin embargo, Grimau decidió sentarle y Campazzo, de nuevo liberado, se asoció con Poirier para recuperar el +12 (72-60) a falta de cinco minutos para la conclusión.
El Barcelona ha intentado volver a meterse en el partido colocando a Parra sobre Poirier, pero el francés estaba inabarcable. La eliminación de Satoransky a falta de tres minutos y con 78-66 en el marcador, acabó con los ánimos azulgrana. El base checo anotó una sola canasta en todo el partido, con cinco rebotes, cuatro asistencias y cuatro pérdidas. El público del Wizink disfrutó de lo lindo en los últimos minutos, cantando de fondo a fondo, llevando en volandas a su equipo a la victoria y el liderato de la ACB.
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