Supercopa de baloncesto: el campeón Madrid mide al nuevo Barça

De aperitivo, el plato fuerte. El baloncesto abre este sábado la temporada oficial con un clásico: Barcelona-Real Madrid en las semifinales de la Supercopa que se celebra en Murcia (18.30, Movistar), con el anfitrión ante el Unicaja como la segunda cita del torneo (21.30; la final, el domingo a las 19.00). De entrada, el duelo que se ha repetido en las últimas cuatro finales, las cuatro conquistadas por los blancos, que también vencieron en la anterior, al Baskonia, y acumulan cinco títulos seguidos en esta competición.

El clásico madruga en esta ocasión con muchas caras nuevas en los azulgrana y un conjunto madridista que sigue la estela del curso anterior, coronado con la Euroliga, con el refuerzo del base argentino Facundo Campazzo. El Barça estrena jefe en el banquillo. Roger Grimau sustituye a Saras Jasikevicius y un viento fresco ha entrado en el Palau. “El cambio es impactante”, resume el alero Álex Abrines sobre una nueva manera de hacer tanto en el vestuario como en la pizarra. Grimau fue jugador del Barça durante ocho cursos, entre 2003 y 2011, el capitán que levantó la última Euroliga barcelonista, en 2010, y hasta este verano dirigía al filial. Ahora ha tomado las riendas del primer equipo y, aparentemente alejado del látigo de Saras, apuesta por un baloncesto más alegre, menos rígido y con más libertad para los jugadores. “Esa es la intención. Quizá al principio todo es más exagerado para que cale la idea. Luego todo se tiene que pulir. Hay momentos en los que se puede jugar en transición y otros en los que hay que parar”, resume Grimau, de 45 años.

La renovación azulgrana vuelve a ser profunda. Adiós además a Mirotic, Higgins, Sanli, Tobey, Kuric y Sergi Martínez. Y puerta abierta a tres internacionales con España –Willy Hernangómez, Joel Parra y Darío Brizuela- y a la incógnita de Jabari Parker, el ala-pívot estadounidense de 28 años y 2,01m que fue número dos del draft de 2014 pero que cierra una etapa de nueve años dando tumbos por seis equipos de la NBA, muchos problemas físicos y dos cursos casi sin jugar. En la pintura le acompañará Willy tras esas dos llamadas al Real Madrid, que descartó el regreso de su canterano. “En el Barça desde el día uno me han demostrado cariño y me han ofrecido una oportunidad en esta nueva era. No tenía dudas. Buscaba un sitio para ser feliz, jugar al deporte que amo y se ha juntado todo. Estoy al 100% con el equipo y la ciudad”, proclama el pívot español.

En el Madrid, Chus Mateo ha despejado las incertidumbres de un primer curso como entrenador principal saldado con el título de campeón de Europa. El técnico manejará una plantilla más corta por las bajas de Williams-Goss, Randolph, Cornelie y Hanga, y solo el fichaje de Campazzo, de regreso a los 32 años a la casa blanca tras su periplo por la NBA y la estación de paso del Estrella Roja, a la espera de qué sucede con Usman Garuba. “Claro que me encantaría que Garuba estuviera con nosotros, cómo no me va a gustar, pero son decisiones personales. El año pasado decían que no teníamos base y no salió mal del todo”, explicó este viernes Mateo. “Siempre trato de empezar de cero, inculcar esa mentalidad, el pasado es pasado y ahora es una temporada nueva. Nos conocemos más y eso ayuda”, añadió. El canterano Hugo González viaja a Murcia.

El Madrid ha ganado nueve Supercopas, siete de ellas con Laso en siete finales. El curso pasado, ya con Chus Mateo, se impuso al Barça por 89-83. El talismán es Tavares, que desde que llegó al equipo no ha perdido ni un partido en esta competición: 10 victorias en 10 encuentros.

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