Jon Rahm, de la inhóspita Ryder Cup a “correr la banda” en el Open de España
El vasco, estrella en el campeonato nacional en Madrid, afirma que la victoria europea en Nueva York fue lo más duro mentalmente de su carrera


De infierno al cielo, y de Seve a Seve. Jon Rahm pisa esta semana el Open de España convertido en la gran figura de un cartel con más purpurina que nunca: Sergio García, Joaquin Niemann, Shane Lowry, Patrick Reed, Ángel Hidalgo, Josele Ballester… Sobre todos sobresale Rahm después de la histórica victoria con el equipo europeo en la Ryder Cup de Nueva York, un desafío que psicológicamente llevó a los jugadores continentales al límite por el ambiente hostil del público estadounidense. “Mentalmente fue la semana más dura de mi carrera”, expresó este martes Rahm en la presentación del campeonato nacional en la Plaza de Cibeles junto a Ángel Hidalgo, el campeón defensor en el Club de Campo Villa de Madrid, precisamente tras ganar un desempate el curso pasado a Rahm.
De aquel volcán a este baño de masas que para el golfista vasco es el Open de España. “Lo que pasó en la Ryder fue inhóspito. A veces no daba crédito. Desde que llegábamos a las seis de la mañana hasta que nos íbamos era un no parar”, contó Rahm sobre la batería de insultos y provocaciones personales (en su caso por ejemplo relacionadas con su peso o con el dinero que gana en LIV, y también comentarios a su familia) que soportó en Nueva York. “Yo a cada paso oía de todo, sobre todo si fallaba la calle. Entonces todos estaban sin parar diciendo lo que les venía a la cabeza. Empezaban a vender alcohol a las nueve de la mañana (a 15 dólares la consumición; las entradas se distribuían a 750 por día) y luego ya era un desmadre. No sé cómo puede haber una semana que supere lo que vivimos allí. Por suerte estuvimos unidos y estábamos preparados para lo que iba a venir”.

El golf vestido de fútbol, como recordaba Rahm, gran aficionado del Athletic. “Voy a decir la verdad. He oído cosas peores en España en un partido de fútbol. Pero en un estadio con 50.000 espectadores, que lo diga uno no se oye. En otros deportes se dice lo mismo pero todos a la vez y no te enteras”, argumentó el vasco, convertido en este Open nacional en una especie de estrella futbolera en lugar de una figura del golf. “El público aquí es espectacular, pero es diferente. Estamos tan acostumbrados al fútbol que mucha gente no ha visto torneos de golf, que no están acostumbrados a este ambiente. Me hace mucha gracia cuando voy por la calle y me apoyan como si estuviera corriendo la banda: ¡Va!, ¡va!, ¡va! Y todavía me quedan 300 metros para llegar al green. Esa energía hace que sea tan bonito. Si creamos más cultura de golf, aprenderán cómo es un torneo. Aquí se me apoya de una manera que es muy, muy especial. Gane o pierda, que el público me quiera de esa manera es muy emotivo”.
Rahm partirá este jueves a las 9.30 junto a Hidalgo y junto a Shane Lowry, el irlandés que embocó el putt decisivo para que Europa retuviera al menos la Ryder, luego conquistada frente a Estados Unidos. El vasco busca en el Club de Campo conseguir su primer triunfo de la temporada (conquistó la clasificación individual de LIV sin imponerse en ningún torneo) y el que sería su cuarto título de campeón español después de las coronas de 2018, 19 y 22. Otro broche le permitiría superar a Seve Ballesteros, ganador en 1981, 85 y 95 (por delante en el palmarés, Ángel de la Torre sumó cinco victorias entre 1916 y 1925). Seve de nuevo en el camino de Rahm, como en la Ryder. El logo del cántabro estaba cosido en la parte interior del polo, a la altura del corazón e invisible para cualquiera, con el que jugaron la decisiva jornada del domingo.
📸 Foto de familia 🔝
— Open de España presented by Madrid (@OpendeEspana) October 7, 2025
El Hoyo 18 volvió a reunir a muchos de los 🇪🇸 que disputarán esta edición del #OpenEspana pic.twitter.com/J2yqSrSRDc
“Sin Seve no existiría un Jon. Si no fuera por él, por Olazabal, por Miguel Ángel Jiménez y por Sergio García, yo no estaría aquí. Vuelvo a casa porque quiero ganar el torneo y crear cierta historia en España, superar a Seve. He tenido la suerte de ser campeón de España amateur desde cadete a absoluto, llevo representando al país desde los 13 años. Ahora vengo al Open porque considero que es mi deber. Es mi labor venir y competir ante este público. Para muchos es la única semana en la que pueden venir a verme, y espero que haya una generación que gracias a mí tenga ganas de jugar al golf y que en 10 o 20 años digan que juegan por haberme visto”, sentenció Rahm.
Y otro aliciente que robustece aún más este Open de España, una cita con solera nacida en 1912 y que festejaron también figuras como Arnold Palmer. El ganador de esta edición conseguirá una invitación para disputar el próximo Masters de Augusta y el próximo Open Británico. Solo en el caso del grande inglés, si el vencedor en Madrid ya tiene la plaza asegurada para la siguiente edición del British (Rahm, Lowry y Haotong Li son esos casos), el turno pasaría al siguiente clasificado. Más madera para la gran fiesta del golf en España.
Sergio García no piensa aún en ser capitán
El máximo anotador histórico de la Ryder vio la gesta europea en Nueva York por la televisión. Sergio García, autor de 28,5 puntos en su carrera en el duelo frente a Estados Unidos, no se clasificó para esta edición y ahora suspira por alcanzar la siguiente cita, una muy especial porque será la Ryder del centenario, en Irlanda en 2027. A los 45 años, el castellonense pretende despedirse del torneo con un palo en las manos y no quiere hablar todavía de una posible futura capitanía con la que tomaría el relevo de Seve y Olazabal, ni siquiera de cara a Girona 2031.
“Lo único que me queda es seguir dándole, mejorando, y darme opciones de estar en el equipo en las próximas ediciones. Ser capitán es algo que sería bonito, pero no quiero pensar en ello porque me olvidaría de ser jugador, que es lo mejor. Mientras el cuerpo aguante no quiero pensar en eso. Creo que todavía tengo nivel para intentar clasificarme una o dos veces”, comentó este martes Sergio García, presente en el Open de España por primera vez desde 2019.
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