Rory McIlroy, una chaqueta verde del Masters de Augusta para reunir al golf
El espectacular triunfo del norirlandés, que conquista el único grande que le faltaba, remarca la necesidad de un pacto para enterrar la división entre el circuito americano y la Liga saudí


Uno de los finales más espectaculares en la historia del golf coronó por fin a Rory McIlroy como una leyenda. El norirlandés conquistó este domingo el Masters de Augusta, el único grande que le faltaba a sus 35 años, en un desenlace épico. McIlroy disfrutaba de cuatro golpes de ventaja sobre el inglés Justin Rose y cinco sobre el estadounidense Bryson DeChambeau cuando completó el hoyo 10. La chaqueta verde, una talla 38, estaba lista en el perchero para que Scottie Scheffler, campeón la pasada primavera, llevara a cabo el traspaso de poderes. Pero entonces se agolparon los miedos y el vértigo en la cabeza y en las manos del jugador. Un doble bogey en el 13 desató una tormenta de fallos con el putt que culminó con un golpe errado en el 18 cuando embocar a un metro y medio del hoyo concedía la eternidad. El desvío condujo el Masters a un desempate entre Rory y Rose que el norirlandés decantó de su lado con un birdie en la primera oportunidad.
Rory rompió en lágrimas en una de las celebraciones más emotivas que se recuerdan. Era una descarga de adrenalina y del colosal peso de la historia que soportaban sus hombros. McIlroy ganaba su quinto grande después del US Open de 2011, el PGA de 2012 y 2014 y el Open Británico de 2014, cerraba una sequía de 11 años y se unía a Gene Sarazen, Ben Hogan, Gary Player, Jack Nicklaus y Tiger Woods como los únicos golfistas con los cuatro grandes en su palmarés. Enterraba de paso los fantasmas del Masters perdido en 2011 al tirar a la basura una gran renta, y del US Open de 2024 cedido ante DeChambeau únicamente por sus fallos. Coronaba a Europa después de siete grandes seguidos ganados por golfistas estadounidenses, todos desde el Masters de Jon Rahm en 2023, y defendía la bandera del PGA Tour frente a los representantes de la Liga saudí, LIV: Patrick Reed fue tercero y DeChambeau acabó quinto. Había tanto en juego… “Fue una batalla contra mí mismo. He llevado esta carga durante 11 años por no ganar otro grande y por no completar el Grand Slam. Hoy mis piernas eran de gelatina y me decía que no podía estropearlo otra vez. Estoy orgulloso de no haberme rendido”, explicó McIlroy.
En un escenario de guerra civil por la división del golf entre los jugadores de los circuitos tradicionales (Scheffler, McIlroy, Aberg) y los hombres de la Liga saudí (Rahm, DeChambeau, Sergio García), la chaqueta verde del norirlandés bien podría ser el símbolo de la reunificación. El deporte ha salido perdiendo en esta guerra que impide que las grandes estrellas se encuentren en el campo más allá de 16 días al año, las cuatro rondas de los cuatro grandes entre el Masters en abril y el Open Británico en julio. El resto del curso, cada uno por su lado. McIlroy representa la globalidad por la atracción que despierta su juego, tan genial a veces como errático otras, y por el carisma que desprende en un momento en el que el gran mito, Tiger Woods, anda de nuevo masacrado por las lesiones.
A storybook ending to a lifelong pursuit.
— The Masters (@TheMasters) April 14, 2025
Rory McIlroy is the 2025 Masters champion and one of six players to ever capture the career Grand Slam. #themasters pic.twitter.com/iax1WllciF
Yasir Al-Rumayyan, gobernador del fondo soberano saudí, PIF, se paseó el viernes pasado por Augusta, pero las posturas en la mesa de negociaciones no parecen más cercanas por mucho que haya mediado hasta el presidente estadounidense, Donald Trump. El nudo es difícil de deshacer. LIV no quiere dejar de ser LIV, un mundo aparte regido por sus propias normas, y el PGA Tour pretende ser el plato principal del menú. “Es una pena cómo está de dividido el golf. Es muy difícil de solucionar. Lo notamos todos. Antes había un status quo que no era perfecto, pero que cumplía con las necesidades del público. Hoy eso no pasa por la división entre LIV y el resto de circuitos. Me da tristeza. El golf es un deporte maravilloso, atractivo, y ahora al no poder ver a los mejores juntos pierdes un poco de interés. El dinero ha dividido al golf y ha derrumbado en poco tiempo lo que se había construido durante años”, opina José María Olazabal.
Los mejores golfistas no son ajenos a esta fractura que deportivamente también les perjudica aunque les llene los bolsillos. “Echo de menos las batallas contra Rahm. Jugar con él ha sido uno de los grandes momentos de mi carrera. Ojalá en el futuro podamos vernos más veces”, respondió a EL PAÍS el número uno del mundo, Scheffler, en una charla antes del Masters. Rahm le respondió en Augusta. “Yo también lo echo de menos. Scheffler y yo nos hemos hecho mejores el uno al otro. Espero que haya una solución, aunque por lo que yo sé, eso no va a suceder pronto”, comentó el golfista vasco.
El producto se resiente (un 28% menos de audiencia en ESPN en la primera jornada de este Masters respecto al año pasado) mientras el dinero no para de crecer. McIlroy ingresó el cheque más alto en la historia del torneo, 4,2 millones de dólares. ¿Será la chaqueta verde de la paz?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
