Cimas y simas del alpinismo soviético
El libro “Los alpinistas de Stalin” recoge la trágica trayectoria de los hermanos Abalákov
Los hermanos Vitali y Yevgueni Abalákov se hicieron adultos con 13 y 14 años, respectivamente. Sucedió la noche en la que los bolcheviques llamaron a la puerta de la casa de su tío, un comerciante y empresario —y, por tanto, enemigo del pueblo— que había adoptado a los dos huérfanos años antes. Era 1920 y la guerra civil hacía su entrada en Siberia. Los hermanos, todavía niños, se instalan en la puerta para impedir que se lleven a su padre adoptivo. El guardia rojo soluciona el entuerto deteniendo a los tres. Su tía está rápida para sobornar con vodka y entremeses a la autoridad. Los hermanos se quedarán en casa. Pero, mientras rezan por su tío —al que condenarán primero a muerte y finalmente amnistiarán tras probar los trabajos forzados— se dan cuenta de que han pasado a una etapa diferente de sus vidas. Y no son capaces de imaginar todo lo que estaba por venir. Porque el futuro les deparará historias tan inverosímiles que solo pudieron ser verdad.
Los alpinistas de Stalin (Crítica) es el libro en el que Cédric Gas recoge la trayectoria vital de aquellos dos hermanos, que se convirtieron en héroes nacionales en la Unión Soviética de Stalin y que terminaron siendo purgados. Tras la revolución de 1917, las alturas dejaron de ser patrimonio de las clases altas. Las montañas pasaron a llevar los nombres de los nuevos líderes y conquistar sus cimas era una cuestión de heroicidad, patriotismo y exaltación del régimen recién instalado. Los hermanos Abalákov, criados a la sombra de los Stolby —una formación de riscos ideales para la escalada— saltan a la fama cuando logran coronar una cima del Cáucaso que, hasta entonces, solo habían alcanzado extranjeros. Es el nuevo hombre ruso —inquebrantable y triunfador— demostrando que puede dominar a la naturaleza y llevar un busto de Stalin a los puntos más altos del territorio. Pero las dictaduras nunca tienen suficiente y terminan dudando de todos. Vitali es detenido y torturado. Yevgueni aparece muerto en un piso junto al cadáver de un soldado. De vuelta a la escalada, Vitali emprende un último intento: el pico Stalin que, en 1962, ya se llama Kommunizm. Una historia de la URSS y del alpinismo contada a través de la trágica vida de los dos hermanos.
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