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Muere Pete Rose, el mito del béisbol castigado de por vida por participar en apuestas ilegales

El exjugador de los Cincinnati Reds jugó 24 temporadas y logró el récord de hits de la MLB, vigente hasta hoy

Pete Rose fue vetado de por vida por la MLB en 1989.
Pete Rose fue vetado de por vida por la MLB en 1989.
Luis Pablo Beauregard

Pete Rose ha muerto a los 83 años en el exilio. La estrella de los Cincinnati Reds jugó 24 temporadas en la MLB. Fue novato del año en 1963. Conquistó tres títulos y fue nombrado MVP de una final. Fue llamado en 17 ocasiones al All-Star. Hasta hoy mantiene el récord de la liga de hits. A pesar de haber logrado todo esto, Rose, uno de los jugadores más explosivos sobre el diamante en la década de los setenta, es quizá más famoso por su fulminante expulsión de la Liga, ocurrida en 1989 por participar en apuestas ilegales. Fue uno de los mayores escándalos del béisbol, que le impidió llegar al Salón de la Fama.

La noticia de la muerte ha sido dada a conocer por la oficina del médico legista del condado de Clark, Nevada, donde se encuentra Las Vegas. La estrella del béisbol se había mudado a la ciudad hace algunos años con la esperanza de que los turistas pagaran por conocerlo y que les firmara recuerdos deportivos como gorras o pelotas. Stephanie Whealey, una portavoz del condado, ha confirmado el fallecimiento, que se ha producido este lunes. No se ha informado la causa de la muerte ni se han dado más detalles.

Rose era conocido en Estados Unidos con el apodo de Charlie Hustle. Tenía un estilo único dentro del campo. Corría a toda velocidad a la primera base, incluso cuando le daban la base por bolas. Corpulento, de grandes antebrazos y con un inconfundible corte, el número 14 de los Rojos atraía la atención de los fotógrafos en los partidos. También porque, a diferencia de otros, se barría en un clavado y con la cabeza por delante.

“Cada verano sucederán tres cosas: el pasto se pondrá verde, la temperatura subirá y Pete Rose conseguirá 200 hits y un porcentaje de .300″, decía Rose de sí mismo. Era un jugador de la vieja escuela. Un poco caradura y con talento para darle titulares a los reporteros que seguían sus hazañas.

Pete Rose, entonces con los Phillies, choca con el catcher de los Astros, Bruce Bochy, en 1980.
Pete Rose, entonces con los Phillies, choca con el catcher de los Astros, Bruce Bochy, en 1980.Ed Kolenovsky (AP)

Su último partido fue con los Reds en la temporada de 1986, cuando tenía 45 años. Rose debutó con 22 años con Cincinnati, el equipo en el que jugó casi toda su carrera al lado de otros jugadores que sí entraron al Salón de la Fama, Johnny Bench, Tony Perez y Joe Morgan. Jugó cinco años con los Phillies de Filadelfia y uno más con los Expos de Montreal. Su longeva trayectoria también ayudó a que consiguiera el récord de apariciones al bat, con 15.890.

El mayor de sus éxitos fue la marca de hits, conseguida en septiembre de 1985 contra los Padres de San Diego y con 44 años. Logró batear 4.256 en toda su trayectoria, dejando atrás a otra leyenda del deporte, Ty Cobb (4.191). La marca encierra una verdadera hazaña, pues un jugador podría conectar 200 hits cada temporada durante 20 años y quedar corto todavía. Shohei Ohtani, el astro japonés de los Dodgers, por ejemplo, logró esta campaña 197. Es su mejor número en las siete temporadas que lleva en Estados Unidos. Rose superó los 200 hits en nueve temporadas. Se lleva también a la tumba el récord de la Liga Nacional de 44 juegos consecutivos conectando al menos un imparable, la racha más larga.

Cuando Rose logró superar la marca de Cobb, recibió una llamada del presidente, Ronald Reagan. “Tu reputación y legado están asegurados. Pasará mucho tiempo hasta que alguien llegue adonde estás tú”, le dijo el presidente estadounidense.

En agosto de 1989, la Liga de béisbol impuso a Rose, quien entonces era entrenador de los Reds, un castigo de por vida por haber cruzado apuestas en partidos de béisbol. Este era uno de los pecados capitales en uno de los deportes más populares del país. El exjugador, entonces de 48 años, lo negó, a pesar de que una investigación en manos del comisionado de la MLB, Bartlett Giamatti, contaba con suficientes pruebas de testigos y registros telefónicos que respaldaban los hechos ocurridos entre 1985 y 1987. Era el castigo más duro hasta entonces ordenado por los directivos de la MLB.

“Uno de los más grandes jugadores de este deporte se ha visto involucrado en una serie de actos que han manchado este juego y ahora debe enfrentarse a las consecuencias de dichos actos”, aseguró Giamatti el día en que dio a conocer la suspensión. Esto fue una avalancha de problemas. En 1990, Rose fue sentenciado a cinco meses de prisión por evasión fiscal.

Con la edad, Rose comenzó a andar el camino en busca de redención. En su autobiografía My Prison Without Bars (Mi cárcel sin barrotes), publicada hace 20 años, el exjugador admite por fin que sí apostó en varios partidos, incluidos algunos de los Reds. Sin embargo, explica, nunca lo hizo en contra de su equipo, los rojiblancos. En otro libro, de 2019, defiende las apuestas. “No creo que sea algo malo moralmente... hay formas de hacerlo legalmente y otras de hacerlo de manera ilegal. Y las apuestas que yo hice fueron en contra de las reglas del béisbol”, escribió en Play Hungry (Hambre de juego).

Pete Rose saluda al público en un partido entre los Phillies y los Nationals, en 2022.
Pete Rose saluda al público en un partido entre los Phillies y los Nationals, en 2022.Matt Rourke (AP)

El caso de si Rose merece o no perdón ha sido ampliamente debatido en Estados Unidos. Su nombre aparece junto a otros astros de la lista negra del béisbol, como Barry Bonds, Sammy Sosa y Mark McGwire, quienes consiguieron increíbles marcas de bateo con la ayuda del dopaje. A pesar de los esfuerzos, nunca se le levantó el castigo. En 1992 recibió solo 41 votos para el Salón de la Fama de los 323 necesarios. Las apuestas, no obstante, están hoy normalizadas en el país y representan una industria multimillonaria.

Las polémicas de Rose no se quedaron en el diamante. Una mujer declaró en 2017 en un caso de supuesta violación, pues el jugador tuvo sexo con ella cuando tenía 14 o 15 años, en la década de los setenta. El deportista admitió haber mantenido una relación sexual consensuada con la presunta víctima, pero aseguró que esta tenía 16 años, la edad mínima requerida por la ley en Ohio, donde ocurrieron los hechos.

En 2022, una periodista intentó que Rose hablara del caso, a lo que el exjugador respondió de forma tajante: “fue hace 55 años, bebé”. El intercambio fue incluido en Charlie Hustle & the Matter of Pete Rose, un documental que retrata a la estrella del béisbol con todos sus claroscuros. Rose no tuvo la última palabra sobre el corte final del material estrenado en la plataforma Max. Esto brinda una mirada objetiva sobre uno de los más grandes del deporte estadounidense.

“Es la historia de un hombre que fue el mejor de los mejores, pero que también fue su peor enemigo. Su historia está llena de contradicciones. Es inspiradora y conmovedora, da esperanza y es trágica”, dijo a The New York Times el productor del documental J.J. Abrams.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.
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