El lanzador Julio Urías enfrenta cinco cargos de violencia doméstica tras su arresto en 2023

Julio Urías, la exestrella de los Dodgers caído en desgracia, ha sido acusado de cinco cargos de violencia doméstica la abogada de la ciudad de los Ángeles. La acusación ha llegado esta semana, siete meses después de que el lanzador de Sinaloa fuera detenido por la policía tras protagonizar un incidente de violencia machista contra una mujer. Las autoridades no presentaron entonces los cargos porque la víctima no quiso hacerlo. Los problemas legales del zurdo de 27 años, quien se encuentra actualmente sin equipo, le complican su continuidad en el béisbol profesional estadounidense.

Los cargos que debe enfrentar Urías es uno de violencia familiar, rapto, golpes y otros dos de violencia machista separados del primer cargo, según ha explicado un portavoz de la Alcaldía a ESPN y Los Angeles Times. La acusación llega tres meses después de que la Fiscalía del condado de Los Ángeles emitiera un comunicado en el que informaba que no iba a acusar formalmente al deportista porque no lo justificaban “las lesiones de la víctima ni los antecedentes del supuesto acusado”. Urías debe comparecer en los tribunales el 2 de mayo.

Toda la batería de cargos menores, conocidos en inglés como misdemeanors, fueron posibles gracias a meses de investigación sobre el incidente. La oficina especializada en grandes crímenes de la California Highway Patrol, la policía estatal, investigó por tres meses los hechos ocurridos la noche del 3 de septiembre de 2023. El incidente ocurrió tras un partido de fútbol al que Urías fue invitado por su influyente peso entre la comunidad latina y deportiva angelina.

El informe en manos de los fiscales del condado afirmaba que el lanzador estrella había empujado a su esposa Daisy contra una reja y que le había tirado del pelo y de los hombros. La escena fue vista por testigos, quienes alertaron a la policía del Estadio BMO, donde jugó el LAFC contra el Inter de Miami de Lionel Messi. Urías fue arrestado y llevado a la comisaría, donde quedó en libertad la mañana siguiente después de pagar 50.000 dólares de fianza.

Sin necesidad de que el caso llegara a los tribunales, el episodio fue suficiente para que terminara con la carrera de Urías en los Dodgers, donde muchos aficionados lo comparaban con la leyenda mexicana Fernando Valenzuela. El equipo, con quien fue campeón en 2020, lo apartó. Su camiseta fue retirada de las tiendas de souvenirs de la organización. Su rostro desapareció de toda promoción y comunicación del equipo de la Liga Nacional. La llegada de la superestrella japonesa Shohei Ohtani a la franquicia hundió a Urías en el olvido.

El lanzador ya había sido castigado en 2019, cuando fue suspendido sin goce de sueldo tras un episodio de violencia doméstica similar donde también fue arrestado, pero donde evitó los cargos. Ningún jugador ha sido suspendido dos veces desde que la liga, la Major Leagues Baseball, aprobó un reglamento de conducta para impedir la violencia machista y el acoso.

Hace algunas semanas, Scott Boras, el representante de Urías se había mostrado optimista con el futuro del jugador en Estados Unidos. “Todos estamos esperando a que las autoridades nos digan en qué situación está Julio”, aseguró Boras a finales de marzo. El poderoso agente aseguró a la prensa que el sinaloense se ha mantenido en forma durante este tiempo a pesar de no jugar desde hace siete meses y que también estaba “creciendo personalmente”.

Hace un año, Boras le pronosticaba un prometedor futuro al deportista de 27 años. Urías se convirtió en agente libre esta temporada, lo que le permitía aspirar a un jugoso contrato. Algunos hablaban que este podía ascender a los 200 millones de dólares. El propio Boras aseguró que varios equipos habían mostrado interés en hacerse de sus servicios. Los problemas legales son ahora un obstáculo para su continuidad en Estados Unidos. El futuro se ha llenado de nubarrones.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.