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Isco, el deseo de Pellegrini avala un fichaje de alto riesgo

Contactado ya en marzo, el Betis espera aprovechar la rebeldía de un futbolista al que muchos dan por acabado

Rafael Pineda
Isco Alarcón
Isco, en un entrenamiento con sus nuevos compañeros del Betis.Raúl Caro (EFE)

”Isco está en preparación, ya que lleva solo cinco o seis entrenamientos con nosotros. No creíamos que fuese óptimo que estuviese en el campo”. De esta forma, explicaba Manuel Pellegrini la ausencia de Isco en el insólito derbi celebrado en México, ganado por el Sevilla con un gol postrero de En-Nesyri (1-0). A continuación, sin embargo, el chileno no dudó en alabar a Isco. “Pero será un jugador muy importante para nosotros”, añadió el entrenador.

Esta ausencia de Isco fue la noticia más llamativa en un Betis que se ha convertido en el último tren de la carrera del malagueño, ganador de cinco Champions con el Madrid y en el paro desde que saliera del Sevilla en el pasado mercado invernal.

Pellegrini ha sido el gran valedor del fichaje de Isco por el Betis, una operación que se fraguó en dos días y que se concretó el pasado 26 de julio, cuando su llegada al cuadro andaluz constituyó toda una sorpresa. Los puentes, no obstante, estaban ya abiertos con los agentes del jugador. En el mes de marzo, el Betis, que tenía una ficha libre, sopesó de manera firme la contratación de Isco, sin equipo después de su frustrante paso por el Sevilla. Ni entonces ni ahora le dio miedo a Isco emprender un salto diabólico en la ciudad de Sevilla. El morbo estaba servido.

También entonces Pellegrini fue el gran defensor del futbolista. Sin embargo, alguien en el Betis paró la operación. No había consenso y sí muchas dudas en torno al estado futbolístico del mediapunta. Ahora, en la dirección deportiva del Betis manda Ramón Planes, llegado este verano. Las cosas han cambiado en el club bético.

Isco venía de no concretar su pase al Unión Berlín en el mercado invernal. De hecho, llegó a viajar hasta Alemania para firmar, pero se vino de vacío. Fue el segundo trago amargo de una temporada que inició en el Sevilla, donde firmó con el aval de Julen Lopetegui, pero no con el de Monchi, entonces director deportivo y con el que llegó a las manos antes de salir del Sevilla. El ejecutivo sevillista cogió del cuello al futbolista, que luego no fue defendido por ningún estamento del propio club nervionense. Jugó solo 19 partidos y anotó un gol en la Champions ante el Copenhague. No disputa un partido oficial desde el pasado 12 de noviembre. En la Copa y ante el Velarde, un equipo de la Regional cántabra al que el Sevilla derrotó por 0-2.

Desde entonces, Isco ha estado siete meses sin equipo y entrenando con sus preparadores personales en el gimnasio. Ha elevado con frecuencia a las redes sociales imágenes de sus sesiones de trabajo. También se ha sometido a un riguroso plan de alimentación para aminorar su índice de grasa corporal. La llegada al Betis se aceleró una vez que se concretó el traspaso de Canales al Monterrey de México. Con Fekir, la gran estrella bética, arrastrando al menos una grave lesión hasta el mes de octubre, Pellegrini pidió un futbolista con talento, calidad y liderazgo para su centro del campo.

El nombre de Isco fue colocado de nuevo sobre la mesa por sus agentes, con Jorge Mendes al frente, también relevante en otras operaciones con el Betis como la representación del joven Raúl. Pellegrini vio el cielo abierto y volvió a insistir en que sería capaz de sacar rendimiento a Isco. En esta ocasión no hubo ninguna resistencia.

La operación, desde el punto de vista económico, no es demasiado costosa para el Betis. Algo más de un millón de euros para un futbolista que vería aumentados sus ingresos de forma considerable según logre determinados objetivos. Solo firma, además, por una temporada, que podrían ser dos si juega un mínimo de encuentros. Mucho más riesgo tiene desde el punto de vista deportivo. Además de la insistencia de Pellegrini, hay dos factores que han inclinado la balanza a favor de la llegada de Isco.

La llamada de Joaquín

El primero es que las pruebas físicas a las que ha sido sometido denotan un buen estado del jugador, que ha llegado mucho más fino que cuando se presentó en el Sevilla en agosto del pasado año. El segundo es el factor mental. Los directivos se han encontrado a un futbolista humillado por las críticas recibidas desde su marcha del Sevilla, que se ha tomado como un reto volver a ser competitivo. Isco, consciente a sus 31 años de que el Betis es su última oportunidad, se ha machacado en los últimos meses en una continua rebeldía ante los comentarios que le tachan de gordo y finiquitado para el fútbol de élite. “El lado humano de Isco es el que nos ha acabado por convencer”, admitía Planes, el director deportivo bético.

Hasta Joaquín, en su nuevo puesto de enlace entre la primera plantilla y el consejo de administración tras su retirada, llamó a Isco para convencerle de su fichaje por el Betis. No tuvo que insistir mucho la leyenda bética ante un Isco ya convencido y con la operación prácticamente cerrada.

Joaquín e Isco fueron compañeros en el gran Málaga que moldeó Pellegrini entre 2011 y 2013 y en donde Isco rompió en futbolista grande con apenas 19 años. “Ojalá podamos recuperar al Isco que jugó tantos años a un gran nivel”, admitió el propio Pellegrini. Arropado por todos sus compañeros, que en cualquier declaración pública alaban las cualidades de Isco y lo acertado de su fichaje, el malagueño espera debutar con el Betis en el duelo que los andaluces jugarán en Estados Unidos ante la Real Sociedad en la madrugada del próximo domingo.

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