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La trastienda de Wimbledon: entre parchís, Beckham y activismo

La lluvia vuelve a truncar el paso del torneo, donde el futbolista se encuentra con Djokovic y las protestas contra el cambio climático tiñen de naranja el césped

Wimbledon
Un activista vierte confeti naranja sobre una de las pistas, este miércoles en WimbledonGLYN KIRK (AFP)
Alejandro Ciriza

Atravesar la campa de Wimbledon Park se convierte este miércoles en todo un desafío. Allí, entre tiendas de campaña y la gigantesca hilera de personas que dibuja The Queue, la célebre cola del torneo, empuja con fuerza el viento y empapa la lluvia a primera hora del día hasta formar un gran barrizal. Todo vale por conseguir una entrada. Los pronósticos meteorológicos han hecho la jugarreta –no se preveía lluvia, a diferencia de la jornada anterior– y el programa vuelve a sufrir retrasos y cancelaciones. Se evaporan 32 partidos del cartel –21 cancelaciones y 11 suspensiones– y el inicio de la acción se dilata, lo que multiplica la actividad en el Players Lounge, el área reservada a los profesionales. De por sí concurrida, se transforma este día tan londinense en un hervidero.

Por ahí se le ve a la número uno, Iga Swiatek, tomar anotaciones al más puro estilo Van Gaal antes de saltar a la pista a media tarde y despachar con ese ejercer suyo de granito a la valenciana Sara Sorribes, a la que solo le deja las migas (6-2 y 6-0). Asoma en una de las terrazas la danesa Caroline Wozniacki, que la semana pasada fue noticia porque confirmó que este verano volverá a jugar después de haberse retirado hace tres años y de haber estrenado maternidad; la danesa, ex número uno y campeona del Open de Australia (2018) y la Copa de Maestras (2017), declina con elegancia la invitación a hablar: “Disculpe, pero tengo fisio ahora. El sábado haré algo con la prensa…”.

A un costado, el joven Holger Rune se relaja antes de resolver su pase a la segunda ronda y un par de mesas más allá, Novak Djokovic y su camarilla se lo pasan pipa jugando al parchís. El campeón de 23 grandes se divierte tal y como compite: con todo. No quita ojo al tablero y tan solo pierde la atención cuando su hija Tara le reclama, primero, y cuando el ex futbolista David Beckham hace acto de presencia y le quiere saludar, después. Acepta Nole, cortés. Pero él está a lo suyo, que al fin y al cabo es ganar aquí y allá, a esto y a lo otro. A lo que sea. Lo hace primero en el pasatiempo y después en la central, donde el australiano Jordan Thompson le planta cara, aunque no resiste a su despliegue y se inclina (6-3, 7-6(4) y 7-5).

Djokovic y Beckham se saludan en el Players Lounge.
Djokovic y Beckham se saludan en el Players Lounge.Manuel Sánchez Gómez (EFE)

El balcánico suma ya 350 victorias en los grandes escenarios, únicamente por detrás de Roger Federer (369) y Serena Williams (367), por delante de Rafael Nadal (314). No pierde un partido en Londres desde hace cinco años y su halo sigue haciéndose más y más grande. “Es un gran privilegio jugar en esta pista, sobre todo a esta edad y en esta etapa de mi carrera en la que intento seguir empujando contra los jóvenes que están saliendo. No sé cuánto durará. Por el momento, tengo una especial y romántica relación con esta pista”, expone el serbio tras el duelo, presenciado desde el Royal Box por Beckham.

Just Stop Oil” (y más colas)

Al inglés le reclama todo el mundo una foto, incluso entre bastidores; no puede dar un par de pasos sin que le detengan, educado y tatuado de arriba abajo, con la arruga ya marcada en la frente. Agradece con ese acento tan británico: “Thank you, thank you”. Mientras tanto, la cantante Katy Perry y el actor Orlando Bloom, camuflado detrás de unas gafas, pasan más desapercibidos. La tunecina Ons Jabeur, cómo no, escoge a Beckham a la hora de pedir la foto. “Cuando han anunciado que él estaba ahí, ha sido como: ¡Oh, Dios mío!”, admite la africana, muy futbolera; “creo que todo el mundo se emociona cuando está cerca Beckham. Es increíble, ha sido un privilegio que me haya visto jugar hoy”, agrega Jabeur, una de las protagonistas de la jornada en la central del All England Club.

Wimbledon
Los aficionados se protegen de la lluvia con paraguas.TOLGA AKMEN (EFE)

Entretanto, en la Pista 18, muy cerca de la Catedral, se suceden los sobresaltos. A mediodía, dos espontáneos han sorteado la seguridad –tanto la del acceso al recinto como la que rodea al rectángulo de juego– y rocían la pista de confeti naranja antes de ser neutralizados durante el duelo entre el japonés Sho Shimabukuro y el búlgaro Grigor Dimitrov. Ella, profesora de 68 años y músico de 66, pertenecen al grupo ecologista Just Stop Oil (Paren el petróleo), que estos días reivindican en el exterior del complejo y que en los últimos tiempos ya se han hecho notar con varias acciones desarrolladas en acontecimientos deportivos británicos. Rugby, críquet, dardos. Y de nuevo a la carga en el tenis. EN el turno posterior, un tercero repite durante el pulso entre la británica Katie Boulter y la australiana Daria Saville. Más papelitos naranjas sobre el verde.

Temerosa de que tales acontecimientos pudieran suceder, la organización del torneo ha impuesto unas medidas especiales a la entrada. Se cachea a los aficionados con celo, se retiran sustancias y elementos sospechosos –desde cualquier tipo de polvo a envases metálicos– y las colas van alargándose tanto por Church Road como por Somerset Road. Tensión y enfados entre la muchedumbre. Y durante buena parte del día, más agua. Londres, la lluvia y Wimbledon: no podía ser perfecta la cosa.

ALCARAZ JUGARÁ EL VIERNES

A. C. | Londres

 

La insistencia de la lluvia, especialmente en el arranque del día, volvió afectar al ritmo del torneo. En consecuencia, Wimbledon tuvo que rediseñar el plan y la reprogramación de los partidos –que ya se produjo el martes– plantea un transcurso de la competición anómalo, pero ni mucho menos desconocido en Londres. Se mezclan la primera y la segunda ronda, y el mapa competitivo ahora mismo es difuso.

Este jueves se disputarán 77 partidos y no intervendrá Carlos Alcaraz, que en un principio debía afrontar la segunda ronda. Lo hará el viernes, frente al francés Alexandre Müller. Las precipitaciones impidieron jugar a Alejandro Davidovich, Jaume Munar y Jessica Bouzas, y en la recta final del día la falta de luz interrumpió los encuentros de Roberto Carballés y Nuria Párrizas.

Todos ellos competirán hoy, al igual que las otras dos representes españoles que lograron progresar el lunes, Cristina Bucsa y Rebeka Masarova.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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