España alcanza la final del Mundial de baloncesto sub-19

España tiene una oportunidad de oro. La de proclamarse este domingo campeona del mundo en la categoría masculina sub-19 en la gran cita del baloncesto que se celebra en Debrecen (Hungría). El conjunto que entrena Daniel Miret ha derrotado este sábado en las semifinales a Turquía con una demostración de gran superioridad física y de juego (83-51) y se enfrentará en la final (20.00, Teledeporte) a Francia, que dio la campanada al eliminar a los grandes favoritos y reyes de las dos últimas ediciones, Estados Unidos, por 89-86.

Para España será la ocasión de relevar en lo alto del Mundial a la inolvidable generación de los júniors de oro, el conjunto que en 1999 venció en Lisboa a Estados Unidos y abrió una era legendaria. En aquel grupo sobresalían Raúl López, Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes, Pau Gasol... Hoy son Jordi Rodríguez, Baba Miller, Lucas Langarita e Izan Almansa los que llaman a la puerta de la gloria. Contra Turquía no dejaron ni las migas. España abrió progresivamente una brecha insalvable en el marcador gracias a un baloncesto de mucha intensidad, físico y coral, muy por encima de su rival en la zona (49-24 en los rebotes). Jordi Rodríguez, alero del Joventut, se dio un banquete con 20 puntos (cuatro triples), cinco capturas y dos asistencias.

Izan Almansa volvió a hacer suya la zona debajo del aro con su despliegue físico: 17 puntos y ocho rebotes. El pívot murciano, que tomó el camino de forjarse en la Academia Overtime Elite, una especie de centro de alto rendimiento en Estados Unidos, dará el próximo curso el salto a la Liga de Desarrollo con el equipo Ignite. Mientras, colecciona exhibiciones con la selección, con la que ya fue el mejor jugador del pasado Mundial sub-17 y del Europeo sub-18. Estos días brilla de nuevo con luz propia en Hungría.

La selección española se ha plantado en la final después de superar en la fase de grupos a Canadá (56-83), a la misma Francia (88-69) y a China (74-83), y de darle una paliza histórica en octavos a Líbano: 102-20, dejando a su rival en el marcador más bajo registrado nunca en un torneo de esta categoría. Argentina también pasó por el rodillo español, 85-47, hasta cruzarse con Turquía en semifinales.

España pisó el verano pasado todas las finales posibles en las categorías de formación, una cumbre nunca alcanzada antes por ninguna otra selección. El oro o la plata colgaron de los cuellos de los jóvenes españoles: oros europeos de la sub-20 masculina y femenina, y de la sub-18 masculina, y platas mundiales de la sub-17 masculina y femenina, y europeas de la sub-18 femenina, y de la sub-16 masculina y femenina. Fue la base de un verano mágico que culminó con el oro en el Eurobasket masculino absoluto en Berlín, el éxito más inesperado de un grupo en pleno proceso de renovación y sin la mayoría de las grandes estrellas del pasado. Y que ha tenido continuidad cuando el pasado domingo la selección absoluta femenina se colgó una plata en el Europeo que tenía el valor de un oro por los cambios en el grupo, el relevo en el banquillo y los dos años de ausencia de la pasarela internacional. Ahora vuelven a ser los más jóvenes los que piden la palabra. Con otra final y una oportunidad de oro.

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