Ndikumwenayo, la nueva perla del atletismo español, aúpa a la selección a su mejor resultado en los Juegos Europeos
Los triunfos individuales de Dani Arce, Mo Katir, Esther Guerrero y el corredor nacido en Burundi, que debutaba con la roja, firman el cuarto puesto para España
A Mo Katir, la gran sensación del atletismo español, el atleta que hace unos días bajó de 3m 29s en la mejor carrera de 1.500m de este siglo, y a Thierry Ndikumwenayo, el pequeño corredor nacido en Burundi que se estrenaba con la camiseta roja en Polonia, les gusta llamarse hermanos. Y como hermanos que dicen ser acostumbran a reunirse en las alturas de Sierra Nevada para preparar juntos los grandes objetivos de la temporada. Ninguno de los dos falló en el estadio de Silesia, en Polonia, en un Europeo de selecciones de atletismo celebrado en tres días en el que España, cuarta, logró el mejor resultado de su historia desde que, a partir de 2009, se disputa con una clasificación conjunta de mujeres y hombres. Italia, imparable desde que conquistó cinco medallas de oro en los Juegos de Tokio 2020, se proclamó campeona por delante de la anfitriona, Polonia, que había sido la vencedora en las dos últimas ediciones, y Alemania, que acumula seis títulos desde 2009.
España empezó mal el viernes -la selección sufrió la víspera un accidentado viaje a Polonia que se alargó durante 18 horas-, aunque hubo destellos, como el triunfo del burgalés Dani Arce en los 3.000m obstáculos -España lleva tres victorias consecutivas en esta prueba- que evitó que la selección cayera por debajo del octavo puesto. Pero España reaccionó y entre el sábado y el domingo sacó lo mejor de su atletismo para disfrutar de una remontada que le elevó hasta el cuarto puesto final.
Mo Katir, el sábado, logró una victoria incontestable en los 1.500m. El muleño, en permanente estado de gracia, deslumbró gracias a unos últimos 800 metros en 1m 47,10s, un parcial que, a lo largo de la historia, solo ha estado al alcance de corredores de la talla del portugués Rui Silva (1m 46,4s en Atenas 2004), Hicham El Guerrouj o el estadounidense Bernard Lagat. El pupilo de Gabriel Lorente se llevó, además, el récord de los campeonatos (3m 36,95s).
El 1.500 es la prueba talismán para España en este Campeonato de Europa por selección. Tras su paso por Polonia, la selección suma ya 13 victorias en esta distancia (ocho en hombres y cinco en mujeres). La última llegó gracias a Esther Guerrero, la catalana que se impuso en Silesia con un ataque en los últimos 200 metros que tuvo que mantener hasta los cuadros porque sólo superó a la polaca Galant por una milésima (4m 11,77s para la española).
El cuarto oro español llegó en los 5.000m de la mano de un debutante, Thierry Ndikumwenayo, el ‘hermano’ de Katir, que demostró con su nueva camiseta la inteligencia que siempre ha exhibido tanto en las carreras en pista como en campo a través, donde es un consumado especialista. El atleta nacido en Burundi hizo un cálculo perfecto de sus fuerzas para acabar imponiéndose a un rival, el sueco Almgren, de quien se suponía más rápido por su gran marca en los 1.500m (3m 32s).
Ndikumwenayo llegó hace siete años a España para prepararse en Alicante en el grupo de Llorenç Solbes, un entrenador que dirigía a atletas de países desfavorecidos. Un grupo en el que había talentos como Abdalelah Haroum, un sudanés nacionalizado catarí que subió al podio de los 400m en la final del Mundial de Londres 2017. Pero Solbes se fue a Catar a dirigir un nuevo proyecto y el burundés, algo perdido, se mudó a Castellón para ver si el club de esta ciudad, el Playas de Castellón, podía echarle una mano. Al principio vivió ocho meses en una aldea del interior, en Sant Joan de Moró, con un entrenador, Tomás Fandiño, que lo acogió como si fuera hijo suyo -desde entonces Thierry le llama papi-.
Al principio entrenó con el técnico del italiano Yerman Crippa, pero luego acabó poniéndose en manos de Pepe Ortuño, un maestro jubilado que fue uno de los fundadores del club y que dirige un grupo de entrenamiento en Castellón con el corredor de 3.000m obstáculos Víctor Ruiz o el también burundés Rodrigue Kwizera. Ndikumwenayo dejó el pueblo y se fue a vivir a Penyeta Roja, un centro para deportistas de la provincia en el que también residen Ruiz o el excampeón de España de salto de altura Alexis Sastre. Una vez establecido y con un contrato con el Playas de Castellón, pidió la nacionalización, que se hizo esperar hasta que el pasado 8 de noviembre salió publicada en el BOE por carta de naturaleza.
Ndikumwenayo, a quien le gusta llamarse ‘Tiger’ (el tigre), se estrenó con la selección española con uno de los cuatro triunfos y 16 puntos que fueron determinantes para que España acabara en cuarta posición, por encima de los quintos puestos de Lille 2017 y Chorzow 2021 (en 1996, cuando la competición se llamaba Copa de Naciones y separaba a hombres y mujeres, ellos lograron otro cuarto puesto en Madrid).
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