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La dinastía de los ‘fasoulas’

España se enfrenta este domingo ante la Grecia de Mariella Fasoula, a la que deben vencer si quieren asegurar su permanencia en el Eurobasket

Eurobasket femenino
Maria Fasoula durante el partido entre Grecia y Letonia este viernes en la fase de grupos del Eurobasket.ATEF SAFADI (EFE)
Eurobasket Femenino - Grupo a - jornada 3
España
España
76 60
Finalizado
Grecia
Grecia

“Yo elegí el baloncesto”, cuenta Mariella Fasoula (Grecia, 1997). Lo hizo con ocho años cuando vio a su padre y a su hermano jugando y quiso unirse a ellos. Una unión que se forjó poco a poco hasta convertirse en un legado. Hija del mítico pívot Panagiotis Fasoulas —que ganó una Euroliga con Olympiacos derrotando al Barça de Aíto García Reneses apenas cuatro meses antes del nacimiento de la pívot—, la jugadora de la selección griega asegura que de su padre ha aprendido a no rendirse nunca. “Pase lo que pase y sea cual sea la situación del partido, siempre me dice que nunca me rinda y no muestre que estoy irritada o frustrada, que siga hasta el final. Creo que ese es uno de sus mejores consejos porque es muy fácil rendirse, ¿sabes? Si vas perdiendo de 11, de 15... Es fácil venirse abajo en esos momentos y es complicado seguir. Pero cuando un equipo consigue superar esa adversidad y cuando gana tras sufrir, esas son las mejores victorias”.

La atleta, que la pasada temporada compartió vestuario con Silvia Domínguez, Leonor Rodríguez y Maite Cazorla en el Perfumerías Avenida de Salamanca, añade que “no me gusta nada enfrentarme a ellas, pero no hay amistades que valgan dentro de la pista”. De hecho, indica que su respeto hacia la capitana, Silvia Domínguez, es inconmensurable: “Silvia es una leyenda. Es una líder y lo que es más fascinante para mí es que no sólo lidera dentro de la pista, también lo hace fuera de ella. Ella te hace mejor jugadora y mejor persona. De ella he aprendido a mantener la calma, porque yo a veces... la pierdo. Para mí ha sido y es un honor jugar con ella, pero mañana vamos a intentar seguir nuestro plan de partido y ganar”.

Y una victoria griega es precisamente lo que España deberá evitar si quiere asegurar su permanencia en este Eurobasket. Tras perder en su debut ante Letonia, la selección se recuperó venciendo a Montenegro dejando un cuádruple empate en el grupo A con un único partido por disputar de la fase de grupos. Perder podría suponer hacer las maletas y ganar podría implicar ser primeras de grupo y pasar directamente a cuartos.

Las cábalas son múltiples porque España no depende únicamente de sí misma y deberá mirar de reojo el partido que enfrentará a Montenegro y Letonia (11.15). Las opciones son las siguientes: una victoria aseguraría a España ser primera o segunda de grupo. Ocupar esa primera plaza dependerá de una derrota de Letonia a manos de Montenegro. Un fiasco ante Grecia complicaría mucho las opciones españolas, que podrían quedar eliminadas en el hipotético caso de que si eso pasa, Letonia perdiera su partido.

Silvia Dominguez, capitana de la selección y de Perfumerías Avenida, tiene claro el objetivo: ganar. Inmersa en el que probablemente será su último Eurobasket, la catalana conoce bien a la pívot griega, de la que alaba su capacidad de crecimiento y su dominio en el poste bajo. “Creo que Fasoula es de las jugadoras más importantes y su aportación es primordial. La he visto crecer en dos años de manera increíble. Se ha convertido en una jugadora fuerte y dominante, tiene muchos recursos para jugar de cara, de espaldas, es muy difícil de defender, tiene mucha confianza jugando y está en un muy buen momento de forma. Pero intentaremos frenarla y que no esté cómoda dentro del partido”, subraya.

La base quiere sacarse la espina clavada de la derrota del europeo de Valencia en 2021, y para hacerlo cuenta con ganas y con el apoyo de un fan incondicional de ocho años —los mismos que tenía Fasoula cuando eligió el baloncesto —, que tiene claro a qué hora deberá encender el televisor para ver a su madre competir: “La conciliación no es fácil. En la concentración hemos estado en distintas ciudades y al final nos hemos visto solo dos días en el último mes, aunque la tecnología y las videollamadas ayudan mucho en ese sentido. El hecho de que tenga ocho años le hace seguir el baloncesto de otro modo y noto mucho el apoyo. Sabe a qué hora juego, dónde juego, las jugadoras del otro equipo. Sabe que mañana jugamos contra Grecia, que allí está Fasoula y me dice que le diga esto o aquello, es muy bonito vivir todo esto”, concluye.

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