_
_
_
_

Los Márquez incordian al campeón Bagnaia en el GP de Italia

El número uno marca la ‘pole’ y gana la carrera al ‘sprint’ en Mugello, pero se enfada con vehemencia con Marc, que se estrena sin fortuna en primera fila junto a su hermano Alex

GP de Italia
Bagnaia y Márquez, durante la prueba de clasificación.FILIPPO MONTEFORTE (AFP)

Pitaron las gradas de Mugello cuando las pantallas enfocaron a Marc Márquez, que el sábado volvió a soliviantar los ánimos de Pecco Bagnaia, ídolo local y defensor de la corona. El italiano de Ducati supo enfriar los nervios a pesar de los juegos mentales del ocho veces campeón del mundo y se sacó una pole position estratosférica que subraya una vez más su tremendo potencial cuando se centra en exprimir su montura. Con un 1:44.8 rompió el registro del circuito y levantó el puño con rabia. Lo hizo en dos ocasiones, también en una carrera al sprint delicada por la lluvia chispeante. A pesar de todo, dominó a placer, amplió el liderato en el Mundial de MotoGP y encabezó el repóker de Ducati en el gran premio de casa por delante de Marco Bezzecchi, su principal perseguidor en la tabla. “¡Qué bonito es Mugello!”, gritó de alegría. El público, entregado, vibró con el dominio de los locales, cantando a pleno pulmón el himno de Italia. “Se me ha puesto la piel de gallina”.

Él sabía, sin embargo, que el protagonismo de la jornada se lo llevaría su pique con el piloto de Honda. “Cuando llegas a 360 km/h a una curva y un piloto está cerca de tu línea, te molesta”, aseguró el número uno. Según su relato, el catalán se le cruzó a propósito cuando salía del garaje. No quiso decir nada más a los micrófonos de DAZN a pesar de los fuegos artificiales. El enfado de Bagnaia con el mayor de los Márquez fue notorio. Abortó su vuelta lanzada y levantó la mano airado. Se llevó el dedo a la frente, como llamándole loco. Ambos compartieron luego un par de curvas en paralelo, con el de Cervera mirando al referente del certamen y haciendo que no con el dedo. Nunca una discusión a cientos de kilómetros por hora, con el ruido ensordecedor de los motores de por medio, había sido tan clara.

“Lo de Pecco ha sido casualidad. Estaba buscando a Bezzecchi y ni sabía dónde estaba”, explicó el 93 tras la cronometrada. Cuando le preguntaron por la reacción de su oponente, no pudo esconder esa sonrisa de competidor nato. “No he entendido su enfado. Mi intención era apartarme para que él pasara e hiciera su vuelta. Ha decidido enfadarse, pero si hubiera tirado ni lo hubiera seguido. Su enfado ha hecho que me enganchara”, añadió. Así, con otra rueda excelente para seguir, Márquez logró colarse en la primera fila y se quedó a tan solo 78 milésimas con una Honda ni de lejos tan competitiva –Alex Rins fue noveno a casi ocho décimas, y luego terminó en el hospital con fractura de tibia y peroné de la pierna derecha tras una dura caída–. No es ni la primera ni la última vez que Marc utiliza la táctica, uno de sus ases en la manga más recurridos desde que se lesionó de gravedad en 2020 y no ha vuelto a ser el mismo.

Segundo en parrilla, no fue rival para el vigente campeón del mundo mosqueado, y tampoco lo tuvo en su hermano Álex, la primera vez que ambos compartían una primera fila en sus ilustres trayectorias. El hito familiar solo se dio el sábado, ya que el pequeño de los Márquez Alentà arrastra una sanción de tres posiciones para la carrera del domingo (DAZN y La 1, 14:00h) por una acción al límite en el anterior GP de Francia. “Estoy contento de ver a Marc aquí, al final es mi hermano y me alegro por él”, comentó el también piloto de Ducati. El comentario no gustará en Borgo Panigale, donde ya le tiraron de las orejas por su lucha de tú a tú con el puntal de la fábrica en el GP de Argentina, que terminó con Bagnaia por los suelos.

Álex tuvo su dosis de protagonismo pasando por la repesca de la Q1 como un huracán, y sacándose de la manga una última vuelta prodigiosa en solitario que vuelve a mandar un aviso. A décima y media de su teórico líder, aunque en Bolonia remarcan que no dan órdenes de equipo, el pequeño de los Márquez ha pasado en cuestión de meses de las últimas posiciones de parrilla a ser un habitual en las primeras. La diferencia es una sola: ha cambiado la indomable Honda por la codiciada Ducati, una moto tan fina y veloz que le ha permitido recuperar toda la confianza perdida en su periplo con los japoneses.

El infortunio, sin embargo, se cebó con la fiesta de los hermanos en la carrera del sábado. Álex se fue al suelo empujado por Brad Binder en la primera curva del ‘sprint’, sancionado por la maniobra con una vuelta larga. Más tarde, la otra KTM, la de Jack Miller, rozó y apeó de la trazada ligeramente a Marc, que perdió cuatro posiciones de golpe y terminó por conformarse con un séptimo puesto de máximos para Honda: “Estas cosas pasan en las carreras, esperaba igualmente ir cayendo posiciones”. Ducati, en medio del revuelo generado, continuó con una racha demoledora en el certamen. Ha colocado al menos una moto en la primera fila en 46 grandes premios consecutivos, y copó las cinco primeras plazas del sprint como si nada.

Brad Binder pulveriza el récord de velocidad: ¡366,1 km/h!

Binder, protagonista por el toque con Álex Márquez, también lo fue por correr más que nadie en toda la historia del certamen. Fueron precisamente los rebufos del grupo principal, donde cayó después de cumplir la vuelta larga de penalización, los que impulsaron al sudafricano hasta el tremendo récord. 366,1 km/h registró en la recta principal de Mugello con su KTM, una cifra que supera por casi 3 km/h la anterior marca de Jorge Martín con la Ducati en 2022. El madrileño terminó con un meritorio tercero en el sprint y se mantiene a tiro en la lucha por el título en este tramo inicial de curso.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_