Marc Márquez se va al suelo cuando defendía el segundo puesto de un GP de Francia en el que vuela Bezzecchi

El Gran Premio de Francia, el evento 1.000 de la historia del Mundial de motociclismo dejó una carrera muy completa y entretenida con más de 116.000 espectadores vibrando en las gradas: vibrando con Fabio Quartararo, el héroe local, séptimo, muy a su pesar; vibrando con Márquez, el ídolo de masas; vibrbando con un italiano ahijado de Valentino Rossi al que se le pone cara de candidato al título. El recital de Marco Bezzecchi, que vio la bandera de cuadros ondeada por el mito Giacomo Agostini, le permitió ganar con autoridad y comodidad en un podio con pleno de ducatis satélite. El ganador, que se queda a un punto del liderato, le sacó más de cuatro segundos a Jorge Martín y Johann Zarco en una prueba de alto voltaje y muy accidentada.

Marc Márquez, uno de los grandes protagonistas del fin de semana, se fue al suelo en la penúltima vuelta, cuando trataba de defender la segunda posición y tras mantener un duelo eléctrico con Martín. Después del cuarto adelantamiento del madrileño, el de Cervera se fue un pelín largo, la moto un nervio, y no pudo controlar el tren delantero en la séptima curva: cayó sin remedio. Y miró al cielo, decepcionado, desde la grava. Una vez más había encontrado el límite de la Honda después de rodar todo el rato en posiciones de cabeza, el podio en el bolsillo. Por detrás, perdidos en la clasificación, también cayeron sus compañeros de marca Joan Mir y Alex Rins.

El buen papel del ocho veces campeón del mundo, que se las tuvo con todos a lo largo de su primer fin de semana de competición en mes y medio –el catalán volvía a las carreras tras romperse el quinto metarcarpiano de la mano izquierda–, terminó en resbalón después firmar una notable segunda posición en parrilla y una quina plaza en la carrera al sprint del sábado. El domingo, una gran salida le permitió liderar tras la primera curva, pero el ritmo de la KTM de Jack Miller era superior y en la tercera vuelta cedió la cabeza de carrera. Entonces, por detrás, llegaron los fuegos artificiales.

Con Marc cómodo en la segunda plaza, un Maverick Viñales al alza le arrancó las pegatinas a Pecco Bagnaia, que le quiso devolver de inmediato la jugada en un punto imposible y provocó un toque que terminó en desastre en la quinta vuelta. El número uno y el piloto de Roses (tercero y cuarto hasta el incidente en cuestión) se engancharon con tan mala fortuna que el de Aprilia no pudo evitarle cuando intentaba levantar la moto para salvar la caída. En la grava y con el calentón del doble toque, ambos se cantaron las cuarenta e intercambiaron un par de bofetadas con el casco puesto. A pesar de la tensión acumulada, ambos volvieron juntos de paquete en la scooter de un comisario. Más calmados, ya en el paddock, convinieron en darse la mano.

En un pestañeo, otra caída peligrosa de Luca Marini provocó el impacto de Álex Márquez, que tuvo suerte tras quedarse tendido sobre la pista y evitar al pelotón que le seguía. Eliminados de sopetón cuatro de los seis pilotos del grupo delantero, la carrera dio una segunda oportunidad a un Martín que había caído de la tercera a la décima plaza en la primera vuelta. Bezzecchi, que salía séptimo, se vio más fuerte que nadie y quiso sacar el martillo con algo de precipitación.

Un adelantamiento del ganador sobre el 93 fue sancionado por los comisarios, que le obligaron a perder una posición en la novena vuelta. A pesar del lío, el italiano tenía ritmo de sobras y se fue a por Miller, a quien adelantó en el undécimo giro. El australiano cayó a plomo en el segundo tramo de la prueba y Márquez se quedó remando solo en segunda posición, acosado tan solo por Martín. Cómodo en el cuerpo a cuerpo, el puntal de Honda pudo sacar conclusiones positivas a pesar del nuevo cero que le deja a 82 puntos del líder tras cinco citas.

En el evento número 1.000, MotoGP pudo celebrar una asistencia récord en toda su historia: 278.805 espectadores visitaron el circuito de Le Mans en medio de un ambiente impresionante después de un fin de semana para sacar pecho con el espectáculo vivido. Además del protagonismo de Márquez y el triunfo inapelable de Bezzecchi, el gran papel del único novato del curso también mereció los aplausos de las gradas. El mallorquín Augusto Fernández, campeón de Moto2 el año pasado, llevó a las GasGas hasta la cuarta plaza en su quinta carrera en la categoría reina.

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