Los otros Vinicius

Muchos hemos opinado en los últimos días sobre el episodio de racismo que sufrió Vinicius en Mestalla. Pero, ¿cuántos de nosotros hemos vivido un acto bochornoso como ese? ¿Cuántos vamos a entender lo que se siente? De lo que he escuchado y leído últimamente hay opiniones que me hacen plantearme seriamente si hay gente que vive en una realidad paralela. Esa gente que siempre tiene un ‘pero’ pegado a la boca. ‘Sí, pero es que es un provocador’.

Para hablar de Vinicius hay que separar un par de cosas. Primero, los cánticos, insultos y sonidos imitando a un mono. Todas ellas actitudes racistas de gente racista. Y luego está el tema de su actitud en ciertos momentos cuando se limpia el escudo de campeón del Mundo, o hace el gesto de ‘a segunda’. Este artículo no va de esto último.

Este artículo va de algo que no tiene justificación alguna y que nada tiene que ver con lo que haga el brasileño, nada. En este asunto tan grave no hay medias tintas. O eres racista o eres antirracista. Si no eres antirracista, te comunico que eres un racista. Y si no estás, en este caso, del lado de Vinicius, eres un racista. Más claro no lo pudo decir Xavi Hernández: “Aquí no hay escudos, son personas, y hay que condenar actos de racismo como el de Vinicius en Mestalla”. Y añadió: “Yo estoy en el banquillo y me llaman hijo de tal. No veo a ningún obrero, ni a ningún panadero sufrir de esto. ¿Insulto? No se juega”. ¿Por qué estos individuos se sienten con la impunidad de poder insultar a otra persona por el color de su piel, simplemente por el hecho de haber comprado una entrada de fútbol? ¿Por qué es algo que sigue pasando si todos nos indignamos tanto cuando ocurre? Ponemos hashtags de #StopRacism y ya hemos cumplido.

Vinicius ha sido víctima de diez incidentes racistas y de odio desde 2021. Antes que él fue Iñaki Williams, Eto’o, Kameni, Wilfred… y así, un largo etcétera. Rio Ferdinand siempre ha sido una de las voces del mundo del fútbol más críticas con la tolerancia a los insultos racistas. “La única forma de que la gente escuche es si los jugadores deciden parar los partidos; si dicen: mirad, este fin de semana no vamos a jugar y hasta que se regule la situación y las normas sean firmes y serias van a perderse algunos partidos del calendario”. Hasta ahí estoy totalmentede acuerdo con él. De hecho, el propio Vinicius decidió no jugar más en Mestalla y tanto De Burgos Bengoetxea como Carlo Ancelotti trataron de convencerle para que siguiese en el campo. Si alguien que está sufriendo racismo dice que no quiere jugar más, no hay que intentar persuadirle y menos gente (dentro de la que me incluyo) que nunca vamos a entender, insisto, lo que eso significa.

Con lo que no comulgo son con las siguientes declaraciones del ex del Manchester United: “Me enfada mucho ver ese trato a una joven superestrella como él, a un chico negro jugando al juego que ama en un país diferente y llevando alegría a millones de personas en todo el mundo”. Independientemente de que sea una superestrella, juegue en Primera RFEF o sea panadero, el racismo es racismo en todos los ámbitos, es algo que trasciende más allá del deporte, lo que pasa es que el fútbol, en este caso, te da un altavoz mayor. No sufre más racismo el que más dinero tiene. Se debe tratar con la misma dureza, te llames como te llames y vengas de donde vengas.

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