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El “monstruo” Evenepoel devora a todos los rivales para hacerse con la primera ‘maglia’ rosa del Giro de Italia

En menos de 20 kilómetros, el campeón belga saca 43s a Primoz Roglic y 22s a Filippo Ganna en la contrarreloj inicial de la ‘corsa rosa’

Evenepoel
Remco Evenepoel, por el camino verde hacia la maglia rosa.Fabio Ferrari / LaPresse (LAPRESSE)
Carlos Arribas

Sobre el silbido continuo de los radios de la rueda delantera abriendo el viento y peleando con el va y viene de las olas que golpean rítmicas los postes de madera que sostienen sobre el Adriático las casetas de pescadores fenicios, llamadas trabocchi, en los oídos de Remco Evenepoel, un proyectil que pedalea en una carretera verde, lisa, de seda, debería cantar lánguida, casi melancólica, nunca guerrera, Cecilia Bartoli, “lascia la spina, cogli la rosa”… deja los desengaños para los demás, el tiempo es tuyo, agárralo fuerte, el tiempo es rosa… La rosa es Evenepoel que fija el tiempo y todos giran alrededor; las espinas que se clavan en los dedos que sangran y chillan son ellos, los que quieren combatir contra lo ineluctable, contra la desesperación. Los que fracasan. Los que debajo de su traje de astronauta, escafandras superaerodinámicas más que cascos y viseras como espejos, comprueban en el ordenador del manillar la velocidad, los vatios que desarrollan, el viento y la presión atmosférica, y dicen, OK, esto es lo que sabía que podía hacer. Es lo que he hecho. Solo Remco, su maillot de bandera belga, negro, amarillo, rojo, el maestro del tiempo y del desengaño, puede con los límites, los rompe, como los han roto siempre los campeones.

La contrarreloj son 19,6 kilómetros, 21m 18s, a 55,2 kilómetros por hora de media, un plato único de 60 dientes, piñones que bajan de 30 a 11 dientes, un cuerpo compacto y pequeñito, 1,71m, que acelera cuando los demás no pueden más –más de 58 por hora de media en los primeros 17 kilómetros, los del camino verde; después 2,8 kilómetros en cuesta sobre piedras que hacen saltar la rueda hasta el castillo de Ortona, y Evenepoel llega esprintando--, una potencia ante la que palidece la del gigante Filippo Ganna, casi dos metros de potencia pura, qué palancas, qué cadencia hermosa y fluida la del plusmarquista de la hora, que convierte el carril bici de la costa de los Abruzos, naturaleza bruta en el interior, mar agitado a su derecha, en un velódromo recto, e imposible. En su terreno, en lo más llano, Ganna, campeón olímpico de pista, dos veces campeón mundial contrarreloj, cede 15s, un segundo por kilómetro; en la ascensión, 7s más. Así cayó el rival para la primera rosa. “Estoy muy contento”, dice Ganna, derrotado por primera vez en la contrarreloj inicial de un Giro, y ya ganó en 2020 y 2021, “porque he hecho los números que podía hacer, pero Remco ha sido un monstruo. No puedo decir nada, solo decirle chapeau!”

El rival designado para la rosa final, en el Coliseo de Roma el 28 de mayo, es Primoz Roglic, un especialista en las contrarrelojes individuales, y las ha ganado en todas las carreras, y es hasta campeón olímpico de la especialidad, que llega a 43s. Más de dos segundos por kilómetro. El resto es bruma. “43s…. ufff, es muchísimo”, dice el belga ganador. “Pero hay que seguir atentos. En Italia, todas las etapas, hasta las que aparentemente no tienen nada, encierran peligro. No voy a quemar al equipo para mantener la maglia. El plan es gastar lo menos posible hasta la próxima contrarreloj [35 kilómetros en Cesena, el domingo 14, dos días después de la primera llegada en alto, el Campo Imperatore del Gran Sasso, la gran cima abrucense], pero hay que seguir atentos y evitar riesgos”.

El Giro es Evenepoel de rosa, como estaba escrito, desde la primera etapa de su vía hasta las Tres Cimas de Lavaredo. “Es lo que quería”, dice el belga, que a los 23 años, tantas cosas le han pasado ya en su carrera tan corta, cruza en su mirada la frescura pilla del niño, la cierta sabiduría de un viejo. El impulso y el control. El deseo de ser único siguiendo un libro de ruta ya escrito, sin saltarse capítulos, y como el Caníbal, su abuelo sería Merckx, que ya va para los 78, devorándolo todo a su paso, y él sonriendo. “He preparado esta contrarreloj como si fuera el campeonato del mundo. Quería la rosa, quería la rosa”, dice Evenepoel, su primera rosa en su segundo Giro, el primer belga que se viste de líder del Giro tras la primera etapa desde 2001, cuando Rick Verbrughe ganó el prólogo de Pescara, en la misma costa, no tan lejos, de Evenepoel. El último belga que ganó el Giro fue Johan de Muynck en 1978, hace 45 años. “Solo pensaba en ir lo más deprisa posible, nada más. Había calculado que haría un tiempo de 21m 30s, y he hecho 12s menos. Desde el principio me he acoplado muy bien, ni he cambiado de desarrollo hasta la subida final…”

Posición Etapa y GeneralCiclistaEquipoTiempoDiferencia
1Remco EvenepoelSoudal Quick-Step21:1800:00
2Filippo GannaIneos Grenadiers21:4000:22
3Joao AlmeidaUAE Team Emirates21:4700:29
4Geraint ThomasIneos Grenadiers21:5800:40
5Stefan KungGroupama - FDJ22:0100:43

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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