La Vuelta y los 130.000 euros de la “dignidad” del ciclismo femenino

La primera Vuelta a España femenina será, del uno al siete de mayo, un duelo neerlandés con final en Lagos de Covadonga y un reflejo de las contradicciones que hacen avanzar al deporte femenino hacia el objetivo de “igualdad y dignidad” del que habla, en la presentación de la carrera en el Consejo Superior de Deportes, el secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Franco, que financia el evento a través de la Fundación Deporte Joven y las ventajas fiscales del programa Universo Mujer.

Dos grandes campeonas, Demi Vollering, la que, como Tadej Pogacar entre los hombres, ha ganado más que ninguna y es la gran favorita, y Annemiek van Vleuten, la líder del Movistar, que en 2022 lo ganó todo, son la cara de la dignidad, y los progresos económicos, su sustento.

“Será la carrera de una semana en España, incluidas las mejores masculinas, la Volta o la Itzulia, claro, que mayor bolsa de premios tenga”, anuncia Javier Guillén, director general de Unipublic, que organiza las dos Vueltas a España, la masculina y la femenina. “Serán 130.000 euros”. La ganadora de cada etapa percibirá 1.300 euros; la ganadora final, 35.000.

“Se hace un esfuerzo económico muy importante”, proclama Guillén, que habla de “igualdad con las carreras de una semana”. Sin embargo, las cifras están lejos de la igualdad plena que algunos deportes, como el atletismo o el tenis, garantizan desde hace tiempo. La cantidad, con ser elevada –la Volta repartió hace un mes un total de 109.500 euros, 14.000 de ellos para el ganador final–, y es exactamente la misma que repartió la París-Niza, una de las mejores carreras masculinas, no deja de ser la novena parte de lo que repartió en 2022 la Vuelta masculina (casi 1.200.000 euros), una carrera organizada por la misma empresa que es solamente tres veces más larga. El Tour masculino, la carrera mejor dotada, reparte el doble que la Vuelta, y la misma proporción mantuvo el Tour femenino, una carrera de ocho días, en 2022, cuando repartió en premios 247.530 euros (y 50.000 para la ganadora, Van Vleuten), el doble que lo prometido por la Vuelta femenina. En carreras de un día como la Flecha Valona o la Lieja-Bastoña-Lieja, el organizador, ASO, la madre de Unipublic, mantiene la proporción. Remco Evenepoel percibió 20.000 euros por su victoria, mientras Vollering, ganadora de la carrera femenina, se quedó en 10.000.

Un escollo en esa “dignificación” lo solucionó la carrera con el tiempo justo para evitar la mala publicidad. Los 24 equipos, de siete corredoras, previstos serán finalmente 23 (un pelotón de 161 ciclistas) tras la renuncia –“voluntaria”, subrayan los organizadores— del equipo español Zaaf, denunciado por sus corredoras, que no han cobrado ningún salario en los cuatro primeros meses del año. Previendo el problema, el Tour se anticipó negándole al Zaaf la invitación a su carrera. La Unión Ciclista Internacional (UCI), al conocer la situación, dio libertad a las ciclistas para romper sus contratos, ya que la fianza depositada en la Federación Española de Ciclismo solo cubre tres meses. Siete de las 15 corredoras de la plantilla, encabezadas por la campeona francesa, Audrey Cordon Ragot, aprovecharon la oportunidad y encontraron nuevo equipo.

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