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El Maccabi castiga al Real Madrid

El equipo israelí supera a los de Chus Mateo (100-96) que, en caso de ganar el Barça al Valencia, finalizarían terceros de la Euroliga

Maccabi Tel Aviv Chipre
Brown, durante el duelo ante el Real Madrid.ATEF SAFADI (EFE)
Jordi Quixano
Euroliga jornada 34
Maccabi
Maccabi
100 96
Finalizado
Real Madrid
Real Madrid

Descartada la opción de quedar primero tras el triunfo del Olympiacos sobre el Baskonia, el Madrid aguarda ahora con recelo la probabilidad de quedar tercero en caso de que el Barcelona le gane esta noche al Valencia en el Palau Blaugrana. Culpa y castigo de última hora del Maccabi Tel Aviv, que, en la prórroga e impulsado por Lorenzo Brown —base norteamericano que dirigió a la selección española en el pasado y exitoso Eurobasket—, sometió al conjunto blanco con un baloncesto de altos quilates, advertencia ante un posible nuevo encontronazo en las eliminatorias previas a la Final Four.

Pronto explicó el Maccabi que tiene baloncesto para aplacar a cualquiera, por más que lo haga a ráfagas. Quizá porque así es el baloncesto de su líder, el jugador que tiene carta blanca en los ataques, un Lorenzo Brown que es capaz de lo mejor y de lo peor. Empezó entonado, habituales sus bailes y giros de tobillos, trilero con el balón, sensacional en el tiro. Pero también se diluyó a momentos, un agujero por el que se perdían balones y generaban contragolpes de un Madrid contundente, con el abanico de los registros abiertos y en plena funcionalidad. Pero también era en arrebatos, nada perenne.

Así lo expresó el equipo de Chus Mateo en el primer cuarto, atolondrado al inicio pero equilibrado después con ataques por dentro y por fuera, con Musa desde el perímetro y con Yabusele y Tavares bajo el aro. Y por mucho que Baldwin quisiera remarcarse en la pintura contraria, el Madrid estaba entero, concentrado, focalizado en tratar de conseguir trepar una plaza más en la clasificación y deshojar rápido el partido anterior ante el Breogán cuando no dieron la talla. Y bien que lo hizo en el segundo cuarto, un recital de triples. Chof, chof, chof. Lo hizo Sergio Rodríguez, le siguió Rudy Fernández y remató Hezonja con uno estratosférico, de esos que dejan boquiabierto al rival y hasta al público, al punto de que Colson, ya en la última jugada antes del entreacto, provocó una personal y se giró hacia el respetable para reclamar de nuevo el aliento de los suyos, al fin conformes porque de nueve redujeron la distancia a cinco (37-42).

Estrechada la ventaja, el Maccabi compareció de nuevo en escena con los bríos renovados, eléctrico, agresivo en defensa -algo que también permitió el trío de colegiados, el contacto físico- y con apetito y muñeca, capaz el equipo de arrancar con un 9-0 en el cuarto (13-0 desde que el Madrid se marchara de nueve puntos). El problema del Maccabi, en cualquier caso, es que no le entraban los triples -3 de 16 hasta ese momento-, una condena que Brown, artista él (22 puntos), se encargó de remediar. Pero el partido era una montaña rusa, ahora tú y luego yo, toma y daca que Yabusele acentuó con seis puntos de carrerilla en apenas 30 segundos. Lucha de poder y un último round (65-62) por sudar. Y fue una batalla en la que Yabusele se erigió en gigante, jugador de poste bajo que brilló con los triples, nervios de acero y muñeca afinada que encontró, además, la inspiración de Deck. Ellos se bastaron para llegar a la prórroga, por más que Dibartolomeo fallar un triple sobre la bocina que pudo resolver el envite. No fue así.

Baldwin pidió entonces la bola y el protagonismo, ser el líder que reclamaba el Maccabi porque Brown ya estaba con la lengua fuera y medio lesionado. También apareció Hilliard con un triple, Nebo y Sorkin con su poderío bajo el aro y sanseacabó. Triunfo del Maccabi y el Madrid que mira al retrovisor.

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