Benzema y Lewandowski jugarán al gato y al ratón

Karim Benzema y Robert Lewandowski van a protagonizar un clásico duelo en el Clásico que este miércoles decidirá al segundo finalista de la Copa del Rey. La suya será una bonita rivalidad de arietes, dos ejemplos de jugadores que avanzan por la treintena en inmejorables condiciones físicas. Tienen 35 y 34 años, respectivamente, y viven el mejor momento de su carrera.

De ellos se dice últimamente que no pasan por un buen momento, pero no se equivoquen, son unos traidores. Con ellos hay que ser siempre negativo. Lo dijo Van Gaal, y también Ancelotti. Un portero, al igual que un defensa, tiene que ponerse siempre en lo peor cuando están merodeando en el área. No traman nada bueno y nunca se sacian de goles.

Como compañero, sólo te queda mirar, esperar y aplaudir. Porque sabes que algo va a pasar. Ya sea marcando, asistiendo o haciendo un trabajo invisible hasta para el ojo humano. Ahí están. Siempre salen en la foto del gol.

Como reconocía Xavi Hernández en la previa de este partido, el polaco es más físico y el francés más asociativo, pero ambos tienen una gran capacidad para posicionarse y para guardar el balón. Marcan la diferencia en el equipo que jueguen, incluso cuando no tienen un buen día, y sus números parecen estar por debajo de lo normal. Otra traición.

Cuando decimos que un jugador como ellos no pasa por un buen momento, tiene que ver más con nosotros que con ellos. Está más condicionado por nuestras expectativas que por su rendimiento. Nos tienen tan bien (o mal) acostumbrados, que siempre queremos más y más y más. Siempre pedimos más. Eso va inherente al carnet de aficionado. Hasta la pasada jornada, el polaco había celebrado sólo dos tantos en liga en los últimos dos meses. Crisis. Flojo. Desacertado. Son algunos de los calificativos más utilizados en los medios. Y sobre todo, una expresión: Qué mal le ha sentado el Mundial. Con los dos goles que anotó ante el Elche, lleva 17 goles en Liga, 27 en total.

Un discurso muy parecido podríamos aplicarle a Benzema. La lesión que arrastraba desde antes de Qatar le privó de estar en la cita mundialista. Y a su vuelta prematura: ¿dónde está Benzema? Es lo que se preguntaba todo el mundo. Ante el Valladolid, Benzema dijo: aquí estoy. Y lo dijo con un hat-trick en seis minutos y medio y una media chilena. Lleva 14 goles en Liga, 22 en total. Ojalá tener una temporada tan floja como la que tienen Robert y Karim. Para mí la quisiera.

Aunque se han caracterizado por ser dos depredadores del área, con los años y la madurez, han mutado su perfil futbolístico y han sabido adaptarse al paso de los años. En el caso de Lewandowski, pasó de ser únicamente un delantero fijo en el área, a ofrecer desmarques de ruptura y convertirse en un gran rematador en los metros finales.

Y qué decir de Karim. Pasó de estar a la sombra de Cristiano, a convertirse en gato. Ese apodo se lo debe a Mourinho, cuando en 2010 siendo entrenador del Madrid, y ante la baja del Pipita Higuaín sólo tenía a Benzema como delantero. Mou soltó: “Si no tienes un perro para ir a cazar y tienes un gato, pues vas con el gato, porque solo no puedes ir”. Y así se quedó, el gato Karim.

Esta noche jugarán al gato y al ratón. Sólo uno estará en la final de la Cartuja, el otro la verá desde el sofá. Ahora falta saber quién hará el gato y quién será el ratón. Pónganse cómodos.

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