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El desgaste de la vieja guardia atasca al Real Madrid

Negado en el clásico, el equipo de Ancelotti se ve mermado por las limitaciones físicas de Kroos, Modric y Benzema, que registra su segunda peor temporada de acierto en el club

Benzema Copa del Rey
Benzema, delante de Koundé, durante el clásico del jueves en el Bernabéu.Juanjo Martín (EFE)
David Álvarez

El clásico del Bernabéu fue extremo en aspectos inesperados y en esas condiciones límite resaltaron los síntomas del desgaste de los últimos de la vieja guardia del Real Madrid: Benzema (35 años), Kroos (33) y Modric (37), todos en su año postrero de contrato. El Barcelona resistió amurallado alrededor del área de Ter Stegen con menos pelota que nunca desde que Opta comenzó a registrar el dato, en la temporada 2013-14. El equipo de Carlo Ancelotti, bloqueado sin espacios, recurrió a otro exceso: intentó 40 centros, más que en ningún otro clásico desde esa misma temporada. Sin fruto. No consiguió colocar un solo tiro entre los tres palos, algo que no le sucedía en casa desde al menos enero de 2010.

La inutilidad de los centros al área apunta a una anomalía de este curso: Benzema aún no ha anotado un gol de cabeza. Desde que Cristiano Ronaldo dejó el Madrid, el francés frecuentó más el área y se convirtió en uno de los cabeceadores más prolíficos de Europa: entre la temporada 2018-19 y la 2021-22 anotó el 22% de sus goles de cabeza, según Opta.

Esta sequía de Benzema puede atribuirse a dos factores. Por un lado, su acierto en el gol, disparado la temporada pasada, ha caído en esta. Dejando a un lado los penaltis, el francés está en su segunda peor temporada anotadora en Liga en el Madrid, solo por detrás de su hundimiento de la 2017-2018, su peor año de blanco. Entonces anotó 0,13 goles por partido, mientras que ahora está en 0,45. Para encontrar una cifra más baja en su carrera hay que retroceder a la 2006-07, en el Lyon, cuando marcaba 0,31 por encuentro.

La puntería también le está fallando casi tanto como en aquella temporada desgraciada. Ahora van a puerta un 32,2% de sus tiros, mientras que ningún otro curso, salvo ese 17-18, bajó del 40% de precisión, según los registros de fbref.com.

Eso se ha traducido en que esta temporada es también la única, con la 17-18, en la que ha marcado menos goles en la Liga de los que predicen los modelos. El de Statsbomb le calculaba ocho, pero solo ha anotado seis, sin contar los penaltis.

El otro factor que influye en la sequía cabeceadora del francés es más específico. Desde la marcha de Cristiano es el curso que menos intenta estos remates (0,42 por partido), en parte porque ataca algo menos esas zonas calientes del área. También es el curso en el que lo hace con menos puntería: solo uno de cada cuatro cabezazos va a puerta.

Sigue sin recuperar su mejor punto físico después de su principio renqueante de curso, de las lesiones encadenadas antes del Mundial y de la manera dolorosa en la que se vio expulsado de la concentración de Francia tras recaer. Ese déficit físico afecta a su presencia cerca de la portería y también a su habitual participación en la creación de juego. Ese punto menos suyo se mezcla, además, con las crecientes limitaciones de energía de Toni Kroos y Luka Modric, ambos titulares contra el Barça, después de alternarse de inicio en los dos partidos anteriores, contra el Liverpool y el Atlético de Madrid.

Varias fuentes con acceso al vestuario coinciden en que la presencia de ambos a la vez sobre el campo ralentiza el juego después de unos primeros minutos para los que aún les llega el gas. Dicen, también, que el tacto de Ancelotti con el estatus de las dos leyendas provoca que tarde en retirarlos del campo. Además, las rotaciones para dosificar sus esfuerzos desembocan en demasiados cambios en la configuración del centro del campo, lo que resta estabilidad a los automatismos de una línea del equipo que sustentó los éxitos recientes.

En el clásico del jueves, estas limitaciones contribuyeron a acentuar la desesperación de Vinicius en la banda izquierda, por donde caen habitualmente Benzema y Kroos, y que alojó también a Nacho, menos ofensivo que Mendy, Alaba o Camavinga. El brasileño se ahogó aún más en la trampa de Araujo y sus ayudantes. Su sociedad con Benzema, que disparó a ambos la temporada pasada, se resiente y Vinicius es incapaz de reflotarla solo en partidos de estrecheces extremas como el que interpretó el equipo de Xavi en el Bernabéu.

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Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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