Aday Mara: los pies en el suelo, un futuro en el cielo
El joven pívot del Zaragoza, de 17 años y 2,18m, asombra por su potencial, pero su entorno y los técnicos piden calma
Es difícil mantener los pies en el suelo cuando el futuro apunta al cielo. A los 17 años, Aday Mara reúne todas las condiciones que permiten adivinar a una estrella del baloncesto. El pívot del Zaragoza es una torre de 2,18m de estatura y 2,35m de envergadura que lee el juego como un base y se mueve como un exterior. Su habilidad para el pase alucina a los ojeadores de la NBA. Los técnicos que le han tutelado destacan su capacidad de liderazgo. El chico avanza a zancadas en su estreno en la ACB. Es subcampeón mundial sub-17 con la selección. Ha participado en un campus para talentos en Estados Unidos en la semana del All Star. Ya hay quinielas que le sitúan entre los cinco primeros del draft de 2024… Y entre tanto ruido, ahí está un joven protegido por su familia, su entorno y su club para no ser engullido por ese torbellino. Un chico que continúa sus estudios de segundo de Bachillerato en el instituto y que piensa en matricularse en Fisioterapia. Que este domingo no fue convocado para la visita de su equipo al Breogán (71-87) porque está en periodo de exámenes y debe estudiar. Y al que su técnico, Porfirio Fisac, dio hace unos días un toque público de atención por su actitud en la pista.
“Yo no estoy contento con él, me gustaría que tuviera otra serie de condiciones. No en el juego, que va creciendo y no necesita una ayuda excesiva de los entrenadores. Sí en cuanto a la forma de actuar en el campo, a la forma de hablar con los árbitros. Quiero que baje un poco esas revoluciones. Sus padres son unas personas extraordinarias que están ayudándole mucho, pero es él a nivel individual. Hay cosas en las que tiene muchísimo margen de mejora y muchas de ellas no tienen que ser de baloncesto. Pequeños detalles como hablar con los árbitros, salirse del partido si hay una falta que no le pitan… Pequeños detalles que son lógicos pero que no me gustan en nadie y menos en un chaval joven que sea capaz de chillar a un árbitro de ACB. ¿Tú qué coño tienes que hablar con un árbitro de ACB? Hablan los veteranos. Es un chaval extraordinario, trabaja con una entereza y una actitud importantes. Pero creo que hay cosas que le quedan para ver cuál es su máximo nivel. No todo es lo que digan alrededor de él, es más lo que tú haces contigo mismo”, explicó Fisac.
Todo va muy deprisa en los últimos meses en la corta carrera de Aday Mara. Precisamente desde esa final del Mundial sub-17 del 11 de julio en Málaga. España cedió ante EE UU (67-79), pero durante muchos minutos un grupo de descarados jugadores puso contra las cuerdas a los favoritos. Chavales como Izan Almansa (MVP del torneo), Hugo González y Aday Mara. El pívot zaragozano se lució con 16 puntos, siete rebotes, cinco tapones y tres asistencias. Ya nada sería igual.
Javier Zamora, el entrenador que dirigió a la selección, también técnico del Hestia Menora, en LEB Plata, habla entre la ilusión y la cautela. “Será un jugador único, pero no hace falta compararlo con nadie. Hará su camino con prudencia. Es especial. Tiene una movilidad muy importante para su altura y gran capacidad de pase. Llama la atención cómo lee y entiende el juego. Se anticipa. Por su tamaño condiciona el juego en ataque y en defensa”, cuenta Zamora. Los elogios se dispararon en el análisis que un ojeador de la NBA hizo para la FIBA: “Tiene ojos en la nuca. Muestra habilidades para el pase que no se enseñan. Tiene visión, sincronización y precisión. Desde Jokic no hemos visto un pívot europeo tan buen pasador”.
De vuelta del Mundial llegó el estreno en la ACB con el Casademont Zaragoza. Había comenzado la temporada pasada en el filial, el Olivar, hasta ser cedido al Huesca, en LEB Oro. Este curso arrancó entre el primer y el segundo equipo hasta ganarse un hueco entre los mayores. En pocos pasos en la élite, es el cuarto jugador en llegar a los 20 de valoración siendo menor de edad (tras Ricky Rubio, Luka Doncic y Usman Garuba). Porfirio Fisac cambió a su llegada en octubre los entrenamientos de la mañana a la tarde. Así se acomodaba al horario habitual de los encuentros y podía contar con la camada de sus estudiantes, chicos como Mara y el escolta Lucas Langarita, que por las mañanas acuden al instituto como cualquier joven de su edad.
La familia y el entorno echan el freno cuando se dispara la velocidad. Aday es hijo de Geli Gómez, exjugadora internacional de voleibol de 1,92m, y de Francisco Javier Mara, ala-pívot de 2,01m que jugó cinco partidos en la ACB con el CAI Zaragoza. Ese núcleo es el que tira del pívot hacia la tierra. No hay balón sin libros. Y menos en época de exámenes. “Aday tiene una educación deportiva excepcional, un círculo muy bueno que le apoya y le da estímulos”, comenta Javier Zamora; “en su club han hecho un trabajo excepcional dando pasitos en firme. Y él tiene una actitud ejemplar. Es súper humilde y a la vez es líder desde el ejemplo. Es un niño que se hace querer por el grupo, carismático, con un espíritu competitivo muy alto”.
El Zaragoza sigue puliendo al diamante en sesiones especiales de tecnificación por las mañanas, antes de colgarse la mochila e ir a clase. Por la tarde, a entrenar con el primer equipo. Los fines de semana, partido. Todo paso a paso. El próximo 7 de abril cumplirá 18 años. Nadie quiere precipitarse, aunque es inevitable echar la mente a volar. El seleccionador absoluto, Sergio Scariolo, le apunta en sus planes inmediatos, quién sabe si incluso con la opción de ganarse un puesto para el Mundial de este verano. Su nombre ya suena para el draft de la NBA en 2024, al que puede acudir el hijo de LeBron James, un curso después del francés Wenbanyama, otro jugador interminable que sigue la estela de los grandes pívots europeos. El futuro se abre de par en par, aunque el círculo que rodea a Aday Mara lo tiene claro. Para saltar hay que tener los pies en el suelo.
15 debutantes en la ACB con 18 años o menos
Aday Mara es el alumno aventajado de una clase con muy buenos estudiantes. El pívot sobresale en una generación de 2005 que los técnicos señalan como la más prometedora desde los júniors de oro de 1980 encabezados por Pau Gasol y Juan Carlos Navarro. El equipo que conquistó la última plata mundial sub-17 brilló en un verano en que las selecciones españolas de formación llegaron a las ocho finales posibles. Y a la estela del éxito precoz, los clubes de la ACB apuestan por el talento emergente: 15 jugadores de 18 años o menos han debutado esta temporada.
Con 16 años se han estrenado en la élite el escolta Dame Sarr en el Barça, el alero Hugo González en el Madrid y el ala-pívot Ladji Coulibaly en Manresa. Con 17, como Mara, debutaron el base Lucas Marí (Valencia), los escoltas Rubén Vicente (Unicaja) y Diego Fernández (Tenerife), y otro pívot, Adama Traoré (Fuenlabrada). Y como mayores de edad pisaron la pista los bases Ángel Corpas (Granada), Miguel Flores (Zaragoza) y Matija Samar (Fuenlabrada), el escolta Lucas Langarita (Zaragoza), los aleros Rafael Villar (Barcelona) y Jordi Rodríguez (Joventut) y el ala-pívot Ricardo Martín (Granada).
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