El Fenerbahçe, nuevo cortocircuito para el Barcelona
El equipo de Jasikevicius, que llegó a ganar de 17 puntos, cae en Turquía y suma su tercera derrota consecutiva
Parece deshojar una margarita el Barcelona cuando juega, ahora sí y ahora no, espectáculo o bochorno, tifón o tiritada, show time o pájara. Irregular en su baloncesto, el equipo es capaz de lo mejor y de lo peor, una constante en el curso, y así lo volvió a demostrar en el pabellón del Fenerbahçe. Ocurrió que en esta ocasión volvió a salir cruz -por primera vez en el curso suma tres derrotas seguidas tras las del Casademont Zaragoza y Olympiacos-, que hace que el equipo se enrede para conseguir el factor cancha en las eliminatorias previas a la Final Four en el bolsillo.
Herido en su orgullo, molesto porque el equipo es incapaz de borrar las dudas sobre su baloncesto y capacidad para reclamar un trono europeo que se le resiste desde 2010 -por más que desde el área deportiva se rascaran el bolsillo-, el Barça comenzó el duelo ante el Fenerbahçe como un ciclón, baloncesto de salón tan eléctrico como afinado, una partitura con Mirotic y Laprovittola como directores de orquesta. Lo habitual. Lo mismo que sucedió, sin ir más lejos, en el pasado duelo ante el Olympiacos. Pero entonces, como también suele ser frecuente en el conjunto de Saras Jasikevicius, desaprovechó la renta holgada de puntos para torcer el brazo y el gesto. Al equipo le falta mordiente, mala baba, autoridad para imponer su ley de pe a pa. En Turquía, sin embargo, parecía renegar de su condición de blandiblú. Solo lo parecía.
Aunque Vesely falló el primer lanzamiento a canasta, quizá todavía abrumado por el homenaje que le hicieron antes del encuentro en la cancha -vistió seis temporadas la camiseta del Fenerbahçe y levantó la Copa de Europa-, el resto del quinteto inicial entró en combustión, efervescencia incontenible que el rival no podía frenar ni con tiempos muertos. Cuatro de cinco triples, Laprovittola y Mirotic de cañoneros, además de las penetraciones de Kalinic y Satoransky frente a una defensa de plastilina. Una oda al ataque que descomponía la idea de los cambios defensivos permanentes de un Fenerbahçe desnortado, que encogía los hombros tras el primer cuarto (18-30). Todos menos uno, pues Wilbekin apretaba los dientes y los puños, reacio a bajar los brazos antes de tiempo. Capataz de los ataques, repartidor de caramelos (sobre todo a un Guduric inspirado a más no poder) o francotirador, el base norteamericano erosionó poco a poco la confianza azulgrana, recordándole que lo suyo no son las demostraciones de poderío. Todo un desastre azulgrana de manos encogidas, muñecas arrugadas y pérdida de facultades ante la física defensa rival. Así que de lo que pudo ser a lo que fue, hubo un mundo. 37-40 al descanso, tres tristes puntos de ventaja tras ir de 17 en el primer cuarto.
“Empezamos un nuevo partido”, resolvió Jasikevicius tras el entreacto. Y aunque se azuzó el Barcelona por la conexión checa -Satoransky y Vesely-, pronto se desvaneció el arrebato, castigado sobremanera por los colegiados con las personales pero sobre todo por su defensa de mantequilla, de manotazos antes que de cuerpeo, con segundos de más para que los contrincantes armaran el brazo. Jauja para Calathes y Hayes-Davids, los denostados por Jasikevicius en el pasado mercado veraniego, que paladeaban su venganza. Y aunque Vesely seguía en sus trece de no caer contra sus excompañeros, fue Mirotic, quién si no, el que volvió a pedir la bola y el protagonismo, la responsabilidad del tiro. Pero ni con esas. Por dentro y por fuera, con Motley y Booker en la pintura y con Wilbekin desde el perímetro, el Fenerbahçe firmó la puntilla y el triunfo ante un Barcelona que solo carburó en el primer cuarto y que volvió a aclarar que sufre de una grave despersonalización ante rivales de alta enjundia, también que le falta alma cuando el partido se enroca.
FENERBAHÇE, 81 – BARCELONA, 73
Fenerbahçe: Calathes (4), Hayes-Davis (10), Guduric (15), Jekiri (2) y Motley (16) —quinteto inicial—; Wilbekin (12), Edwards (0), Bjelica (3), Pierre (3), Dorsey (3) y Booker (13).
Barcelona: Satoransky (14), Laprovittola (12), Kalinic (8), Mirotic (19) y Vesely (11) —quinteto inicial—; Sanli (0), Abrines (0), Higgins (0), Tobey (7) y Jokubaitis (2).
Parciales: 18-30, 19-10, 24-16 y 20-17.
Árbitros: Sasa Pulk (Eslovenia), Fernando Rocha (Portugal) y Uros Nikolic (Serbia).
Ülker Sports Arena. 11.000 espectadores.
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