El Betis castiga a un Getafe atascado
El cuadro madrileño suma cuatro derrotas consecutivas en Liga y parte de la grada pide la destitución de Quique Sánchez Flores
Todo se congeló en Getafe durante largos minutos hasta que el Betis marcó de penalti en la recta final del partido. Ahí se caldeó el ambiente. “Quique vete ya”, cantó parte de la grada. Su equipo no gana en 2023 y ha jugado cuatro partidos de Liga y uno de Copa. Los perdió todos y este domingo puede caer a puestos de descenso. Del atasco sacó frutos (0-1) un Betis sin alardes que no pierde comba en la lucha por entrar en puestos de Champions.
La primera parte fue tan insufrible que en su recta final la gente empezó a protestar. Le irritaba a la parroquia del Getafe la indolencia de su equipo con balón, negado para profundizar, acomodado en un repliegue ante el que el Betis no encontraba la ganzúa.
No tiró entre palos el cuadro local hasta que regresó del descanso. No volvió a hacerlo. Poco más mostró su oponente, que se dejó ver en una galopada de Borja Iglesias que acabó con un remate al palo y un banderín bien alzado por el linier. Más cerca estuvo del gol en un centro de Canales que remató de cabeza Luiz Henrique cerca de la escuadra. Fue el primer chispazo del extremo brasileño, que apenas encontró resquicios para participar en el juego de su equipo, pero encontró resquicios para mostrarse. Lo hizo tras el receso en una maniobra entre líneas para encontrar un disparo que se le fue desviado. Poco después su entrenador le mandó a la caseta. Tenía una tarjeta amarilla y por delante hay una cita el próximo miércoles contra el Barcelona para recuperar el duelo aplazado por la Supercopa.
El parón debió de azuzar conciencias. El Getafe regresó al campo más codicioso en la presión; el Betis le dio más ritmo a la circulación de la pelota. Las primeras maniobras de ambos banquillos parecieron destinadas a tocar el cambio de marchas en ataque. Pocos como Nabil Fekir para hacerlo. El genio de Lyon volvió tras dejar atrás una lesión muscular y se sumó al partido para que el Betis empezase a mostrar su colmillo, a menos de media hora del final. Fue entonces cuando Guido Rodríguez probó al meta David Soria o cuando William Carvalho convirtió su trantrán en un generador de caudal de juego. Cuando, en definitiva, una pugna entre Canales y Domingos Duarte en la puerta del área acabó con la pelota en el codo del zaguero luso del Getafe. Borja Iglesias embocó el penalti ante el graderío teñido de verdiblanco.
No hubo respuesta del cuadro madrileño. La gente empezó a desfilar, sin ilusión y con desesperanza.
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