McEnroe: “La Copa Davis se ha ido al garete, la han mutilado”

Al otro lado de la pantalla, John McEnroe (Wiesbaden, Alemania; 63 años) contesta durante tres cuartos de hora a las preguntas formuladas por una reducida selección de medios internacionales, entre los que figura EL PAÍS. Uno de los reporteros, neerlandés en este caso, le recuerda al estadounidense que disputó su último partido como profesional precisamente en Róterdam, cuando cedió contra el sueco Magnus Gustafsson en 1994; a la vez, le precisa que la primera final que disputó contra Björn Borg fue también allí, y que en 1998 acudió a la ciudad para tocar en un concierto. “Sí, no es fácil de recordar, pero es cierto, allí estuve… Eso sí, aquel día mi mujer me dijo que parara, ¿eh? Pero si queréis, al final puedo tocar una canción”, bromea mientras coge una guitarra y hace un amago de puntear.

Hoy día, McEnroe, envuelto por una camisa de leñador, ejerce de analista de Eurosport —canal que ofrece una amplia cobertura y emite de manera íntegra el Open de Australia— y seguramente sea la voz más reconocible en las retransmisiones del tenis. Contesta con gusto, se explaya y se moja. Su deporte es su vida, y conoce hasta el último entresijo del circuito y todas sus peculiaridades. Durante la conversación, que transcurre cuando el torneo ya ha calentado motores y ha cogido forma con el desarrollo de las primeras rondas, el norteamericano se refiere a una serie de nombres clave. Entre ellos, el de Rafael Nadal, apeado del torneo en la segunda estación y situado ante la enésima encrucijada deportiva.

“Evidentemente, con 36 años el cuerpo llega hasta donde llega, y en algún momento dirá basta. ¿Será este año? Quién lo sabe. ¿El que viene? Uno se pregunta cuánto más podrá dar este nivel…Y él no quiere resignarse a ser el 10 o el 20 del mundo. Creo que cuando vea que ya no está para ganar grandes, entonces lo dejará. Hay que ser muy atrevido para descartarle ya”, asevera McEnroe, teniendo en cuenta lo que consiguió el año pasado, cuando sumó otros dos majors y ganó un par de títulos más. Entonces, ¿qué perspectiva tiene el tenista, castigado con insistencia por las lesiones en los últimos tiempos?

– A mí me asombra que siga teniendo tanta hambre. Si la salud le falla, lo correcto sería retirarse, pero también me dicen que él quiere seguir jugando, incluso dos, tres o cuatro años más. He oído argumentos a favor y en contra. Evidentemente, Rafa es increíble para este deporte por todo lo que ha hecho. Creo que al final todo dependerá de la salud, que se vea capaz de seguir jugando, porque hambre no le va a faltar. Los demás jugadores deberían fijarse en él, igual que yo me fijaba en Jimmy Connors, y me decía: ‘este tío se esfuerza más que nadie que haya visto en mi vida, yo tengo que esforzarme más’. Si yo estuviese jugando hoy, me fijaría cada día en Rafal Nadal y me convencería de que tengo que esforzarme tanto como lo hace él. No conozco a nadie que ponga tanto de su parte.

Hay que ser muy atrevido para descartar ya a Nadal; dependerá de su cuerpo, pero hambre no le faltará

Fuera de combate el español, los focos se concentran ahora en Novak Djokovic. El serbio ha regresado al torneo tras haber sido el año pasado detenido y deportado por intentar entrar a Australia de forma ilegal, sin haberse vacunado. “Hay que reconocerle el mérito de mantenerse firme en su postura. Es admirable que no se desmoronase y cediese. Quizá le acabe costando el récord de más grandes ganados, pero no lo sabemos aún, habrá que esperar. Hay que reconocerle su fortaleza mental para lidiar con todo este asunto, siempre he tenido mucho respeto por lo que hace”, expone; “cuando se le mete una cosa en la cabeza, cuesta muchísimo hacerle cambiar de rumbo. Tomó una decisión que pocos jugadores serían capaces de tomar, incluido yo mismo. Yo habría cedido y a jugar, sin más. Respeto su decisión, y con todo lo que ocurrió fue capaz de ganar Wimbledon. Ahora, si llega con la mentalidad adecuada, algo me dice que va a ser muy difícil ganarle. Tiene algún problemilla en la pierna, pero espero que todo esté bien”.

De momento, Nole ha resuelto sus dos primeras apariciones con un semblante neutro. “Parece que ha llegado con la cabeza asentada y que ha perdonado al torneo o a las autoridades australianas”, apunta el extenista. “Y ahora tiene suficientes cosas de las que preocuparse con los demás jugadores y con su propia salud. No es tan joven ya. Son 35 años, no se puede despistar. Su motivación, y él habla abiertamente del tema, es que quiere tener el récord de más grandes ganados y ser considerado el más grande. No se esconde. Rafa prefiere ser más discreto, es de ir poco a poco. Son personalidades diferentes, pero les ha ido muy bien a cada uno con su receta”, agrega.

Es admirable que Djokovic no se desmoronase y cediese el año pasado; yo lo hubiera hecho

El estadounidense incide en que durante las dos últimas décadas, el mando del serbio, Nadal y Roger Federer —retirado desde septiembre, a los 41 años— apenas ha admitido discusión. “Siempre pensamos que esta vez ya les llegó su hora, pero ellos siguen ganándole prórrogas al tiempo”, recuerda. Sin embargo, el año pasado irrumpió “una increíble bocanada de aire fresco” con la ascensión de Carlos Alcaraz, que “lamentablemente”, señala McEnroe, no ha podido jugar en Melbourne por una lesión muscular de última hora y “es una pena”.

No obstante, las apariciones del murciano en la recta final de la temporada —en la que jugó 70 partidos, perdiendo fuelle a partir de septiembre— plantearon algunas dudas ante la exigencia física y mental. ¿A qué se debe?

– Ganó el US Open y es el número uno más joven de la historia, eso lo dice todo. Experimentó un cambio increíble, y en casi todo a mejor. Es un talento increíble, pero solo espero que le acompañe la salud. Han sido muchos partidos y todo ha ido muy rápido, así que probablemente le faltase el aire. Esperaba que jugara en Australia, y también esperaba que dejase de jugar al final de la temporada para poder darse un respiro a nivel mental, porque tiene 19 años. Es una lástima que no esté en Australia. Parece que se lesionó en un entrenamiento, o lo arrastraba de antes. Todo buen aficionado al tenis debería desear que este chico esté por aquí durante la próxima década.

El español es la gran referencia entre la nueva hornada de jugadores, en un deporte que pasa de página y demanda representantes carismáticos, como lo fueron el propio McEnroe y el indescifrable Borg, su gran rival.

“No se puede negar que Alcaraz tiene mucha personalidad; tampoco que Nick Kyrgios tiene mucha personalidad; ves a Holger Rune y se mueve como si fuese el amo del cotarro. Creo que Netflix quiere hacer algo parecido a lo que se ha hecho con la Fórmula 1, con imágenes de lo que ocurre entre bastidores, para que conozcamos mejor a los jugadores”, señala. “Y esa es la clave de nuestro deporte: necesitas gente con personalidad. Nadie puede decir que Djokovic o Nadal no la tengan, y a Federer se le cae el carisma por arrobas. Tenemos que hacer un mejor trabajo de marketing y animar a los tenistas, tanto hombres como mujeres, para que se expresen más. Siempre volvemos la vista a los viejos tiempos, que nos parecen tan maravillosos, pero tenemos que abrir los ojos y darnos cuenta de que ahora mismo están ocurriendo cosas muy buenas en el tenis”.

Alcaraz es un talento increíble. Ha jugado mucho y quizá le faltase aire; espero que la salud le acompañe

En tiempos de cambio, a Big Mac se le plantea qué opina del último giro respecto a la Copa Davis tras la ruptura entre Kosmos y la Federación Internacional (ITF). Y, sin pelos en la lengua, sentencia. ¿Impactado?

— No sé si decir que estoy impresionado o, directamente, deprimido. Cuando yo era joven, la Davis tenía una importancia enorme, me animaban a conseguir una beca de una universidad para poder jugarla, mientras que ahora parece que la competición está en la unidad de cuidados paliativos. Es increíble cómo se ha ido todo al garete, pero tampoco me sorprende porque llevaba ya un par de años escuchando historias para no dormir. ¿Cuánto tiempo nos queda? Podríamos dedicarle un buen rato a este tema. Hemos asistido a una mutilación. Ha sido un espectáculo muy triste. Ahora hay otros eventos y la gente se da cuenta de que hay otras competiciones por equipos que son muy importantes, y parece que la Davis es la menos importante. Incluso la Laver Cup [propulsada por Roger Federer y su agente] es muy interesante. Ahora han organizado un evento aquí en Australia [la United Cup, estrenada hace dos semanas], hay demasiados... Que el acuerdo entre Kosmos y la Davis se rompiera no me sorprende en absoluto, porque no estaba funcionando para ninguna de las partes.

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