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Benzema, el último de la BBC se busca en el nuevo reino de Cristiano

El francés, el más resistente de la mítica delantera en el Madrid, prepara la Supercopa, a la que no llega en su mejor momento, en la sede del Al Nassr

Karim Benzema, este martes en el entrenamiento del Real Madrid en las instalaciones deportivas del Al Nassr.
Karim Benzema, este martes en el entrenamiento del Real Madrid en las instalaciones deportivas del Al Nassr.Juan Carlos Cárdenas (EFE)
David Álvarez

La tarde siguiente a que Gareth Bale anunciara su retirada del fútbol con 33 años, Karim Benzema, de 35, salió a entrenar al campo de prácticas del Al Nassr, el club saudí al que se acaba de unir Cristiano Ronaldo, a un mes de los 38. El francés, la pieza puesta más cuestionada de la mítica BBC, ha terminado siendo el que más ha alargado su carrera en el Real Madrid. Y con el portugués en el United y el galés en la irrelevancia, capitaneó al equipo a otra Champions y ganó el Balón de Oro.

Desde ese clímax, también ha variado la situación del francés, que trata de reencontrarse con aquella versión apabullante. El resultado de su evolución determinará también si el club contrata un delantero el próximo verano, o si Rodrygo sigue siendo suficiente como recambio episódico.

Después de la temporada pasada, Benzema disfrutó de cinco días de vacaciones más que el resto. Se incorporó a la pretemporada directamente en EE UU. Cuando lo observó el cuerpo técnico, concluyó que había estado trabajando de manera muy seria durante el tiempo de descanso. No parecía haber perdido el paso. Sin embargo, lo que sí se fue viendo a medida que se ponía en marcha la temporada, es que parecía desafinado.

También tuvo problemas físicos que desembocaron en una primera lesión muy temprana. El 6 de septiembre se retiró a la media hora del partido de Champions que jugaba el Madrid en Glasgow contra el Celtic.

Fue el comienzo de un periodo desconcertante en el que el futbolista percibía que su cuerpo le enviaba sensaciones preocupantes que las exploraciones médicas no terminaban de descifrar. Entonces Carlo Ancelotti se reunió con el delantero y le dijo que se fiarían de sus sensaciones, y que lo utilizaría cuando el francés sintiera que estaba listo.

Sus apariciones fueron intermitentes y hubo algunas voces autorizadas del club que lo vieron con recelo. El Mundial de Qatar asomaba ya a mediados de noviembre y su proximidad despertaba suspicacias sobre sus desapariciones. Benzema había puesto mucha ilusión en la cita, después de verse vetado en la selección durante seis años en los que se perdió la Copa del Mundo que Francia ganó en Rusia. Sin embargo, los suspicaces enseguida recordaban lo mucho que el francés le había dado a su equipo el curso anterior, y Ancelotti defendía el criterio del futbolista. El técnico italiano ha repetido a menudo a su equipo la profunda impresión que le ha causado, en esta segunda etapa suya en el banquillo, el cambio en el compromiso y la responsabilidad del francés respecto de la primera.

Sus sospechas parecieron confirmarse apenas llegó a Qatar con Francia. Al cuarto de hora de su tercer entrenamiento —el primero al ritmo del grupo—, tuvo que retirarse con una lesión en el cuádriceps derecho. El contratiempo resultó fatal. Pocas horas después Didier Deschamps se presentó en su habitación con el médico de la selección y le hicieron entender que preferían no contar con él.

El futbolista, cuya relación con el seleccionador está rota desde hace años, decidió regresar cuanto antes a España, y tomó el primer avión comercial a Madrid a la mañana siguiente, sin despedirse siquiera de sus compañeros. Él creía que podría recuperarse a tiempo antes de que terminara el Mundial. El 15 de diciembre, tres días antes de la final, Benzema jugó 30 minutos de un amistoso con el Madrid en Valdebebas.

Una de las últimas cosas que el francés ha compartido con sus dos viejos acompañantes de la BBC es la desilusión que le dejó el Mundial de Qatar. Cristiano se fue llorando, relegado al papel de suplente en Portugal, y Bale cayó en la fase de grupos con Gales y dejó el fútbol tres semanas después.

Sin embargo, no parece sentirse resentido, según cuentan fuentes de Valdebebas: “Si lo está, debe de ser muy por dentro, porque no se le nota lo más mínimo”, dicen. “No odia, no siente animadversión por nadie”.

Solo busca el camino para volver a acercarse al futbolista que fue el curso pasado, cuando, penaltis a parte, el 17% de sus tiros acababa en gol, mientras que ahora su acierto ha caído al 13%, según los datos de Statsbomb, que determinan que dispone de ocasiones de la misma calidad que el año pasado (0,5 goles esperados por partido), pero con menos acierto.

También contribuye menos a la generación de peligro para otros. Mientras el curso pasado dejaba a sus compañeros ocasiones que valían 0,31 goles esperados por partido, en este su aportación ha caído a 0,19. El Madrid busca un punto de inflexión en el curso para el que resulta determinante que Benzema encuentre el suyo, algo para lo que ayer se preparaba en la nueva casa saudí de Cristiano Ronaldo.

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Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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