Bernd Reichart, CEO de la Superliga, tras el varapalo del abogado de la UE: “El proyecto está muy, muy vivo”
Los promotores de la competición intentan lanzar el mensaje de que la conclusión del órgano asesor del TJUE supone un paso adelante a pesar de que dio la razón a la FIFA y la UEFA al permitirles sancionar a los clubes participantes en el torneo
Solo un día después de que el abogado general de la Unión Europea diera la razón a la UEFA y la FIFA al reconocerles su potestad para sancionar a los clubes que participen en la Superliga, el CEO de la empresa promotora de la competición, el alemán Bernd Reichart, ha defendido este viernes en Madrid la vigencia y la necesidad que en su opinión tiene el torneo. En un desayuno informativo en el Hotel Ritz, arropado por los presidentes del Real Madrid, Florentino Pérez, y del Barcelona, Joan Laporta —dos de los tres clubes que aún se mantienen en el proyecto junto a la Juventus—, Reichart ha querido lanzar un mensaje de optimismo sobre el futuro de la organización y ha resaltado que el dictamen del órgano asesor del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) concluye que es legal crear una competición fuera de los sistemas de la UEFA y la FIFA. “La Superliga no está muerta, ni mucho menos, sino muy, muy viva”, ha dicho el jefe de A22 Sports Management, la compañía promotora del proyecto.
El discurso de Reichart, grosso modo, ha intentado lanzar el mensaje de que la conclusión del abogado general de la Unión Europea, el griego Athanasios Rantos, en el caso que enfrenta a las federaciones internacionales de fútbol con el Real Madrid, el Barcelona y la Juventus supone un paso adelante para la competición y no un varapalo. Sin embargo, el dictamen de Rantos —que no tiene por qué ser igual al fallo que emitirá el TJUE la próxima primavera, aunque suele coincidir en un 80% de las veces— dio ayer la razón a la UEFA cuando vetó el nacimiento de la Superliga y amenazó a los participantes con expulsarlos de sus competiciones. Con todo, Reichart ha dicho que sigue trabajando para que la competición llegue a ser una realidad: “En las últimas semanas, hemos podido tener conversaciones con 30 clubes en más de 10 países en Europa, y comparten el diagnóstico que hacemos sobre los problemas actuales del futbol, independientemente del país o del tamaño del club. Saben que los cambios son absolutamente necesarios”.
Tanto las intervenciones de Reichart como las de Luis Alonso, que pertenece al despacho de abogados Clifford Chance, que ejerce la defensa judicial de la Superliga, se han centrado en lo que consideran el aspecto positivo del informe del órgano asesor del TJUE, es decir, el reconocimiento de que la UEFA y la FIFA no tienen la exclusividad para organizar competiciones de fútbol.
Sin embargo, Alonso también ha sido crítico con la resolución de Rantos. “Se está dañando la libre competencia del deporte profesional amparándose en un artículo del Tratado [de la Unión Europea]”, ha dicho sobre el 165, que reconoce las características especiales del deporte y que, según el abogado general de la UE, es el paraguas jurídico que hace proporcionadas las medidas tomadas por la UEFA contra los promotores de la Superliga. “La libre competencia es el pilar esencial de la UE. Estamos ante una mera opinión no vinculante, y hay que tener prudencia. Tenemos que esperar a la decisión”, ha añadido Alonso en referencia a la sentencia que los 15 jueces del TJUE emitirán en unos meses.
Reichart, ex director general del grupo RTL, ha aprovechado el acto para exponer su argumentario de por qué es necesaria la Superliga y trazar las líneas generales de cómo funcionaría. “Nuestro planteamiento es una competición abierta y entre semana”, ha dicho el alemán en un giro de casi 180 grados sobre la competición cerrada que presentaron en abril de 2021 los 12 equipos que iban a participar en el torneo, entre los que estaban —además de Real Madrid, Barcelona y Juventus— el Atlético, seis clubes ingleses (Manchester United, Manchester City, Liverpool, Chelsea, Arsenal y Tottenham), Inter y Milan.
Con ese modelo inicial, la Superliga iba a dinamitar el principio de meritocracia para acceder a las competiciones europeas, residente en las ligas nacionales, lo que provocó el enfado de decenas de miles de aficionados en el Reino Unido, que salieron a las calles para manifestarse contra la competición. “El problema en Inglaterra fue la falta de meritocracia, el supuesto modelo cerrado. Pero las encuestas ahora dicen que los jóvenes lo preferirían”, ha añadido Reichart.
El CEO de la Superliga ha insistido en que el objetivo de la competición es crear “formatos innovadores para enganchar a las audiencias, y no solo ofrecer los mejores partidos a partir de cuartos de final, de abril a mayo”. “Se ha multiplicado la oferta de entretenimiento alternativo. El fútbol ya no compite solo con el ciclismo o el baloncesto, compite con Netflix, con HBO, con Amazon Prime, con todo lo que llega”, ha defendido.
“También asegurar el fair play financiero, la convicción de que los clubes deben vivir de lo que generan. Debemos evitar las inyecciones de capital externo”, ha explicado, en una referencia más o menos velada a los llamados clubes-estado, como el Manchester City, financiado por los Emiratos Árabes Unidos a través del holding City Football Group, o el Paris Saint Germain, sustentado por el Gobierno catarí a través de Qatar Investments. Estos equipos, que llevan más de una década realizando inversiones millonarias en el mercado futbolístico, han desatado el recelo de los clubes tradicionales, que en los últimos años han ejercido una fuerte presión a la UEFA para que tomara medidas ante lo que consideran una competencia desleal que amenaza sus hegemonías.
Poco después de que terminara el desayuno informativo del CEO de la Superliga en Madrid, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha dado en Doha, a más de 7.000 kilómetros de distancia, una rueda de prensa en la que ha anunciado la celebración del Mundial de Clubes con 32 equipos a partir de 2025 y ha valorado el informe del abogado de la UE: “Claramente, es muy positivo para la FIFA y la UEFA. Reconoce que tenemos toda la legitimidad para organizar y aprobar competiciones, y que el sistema piramidal del deporte tiene su fundamento en las leyes europeas. Confirma lo que decimos desde hace mucho tiempo”.
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