Courtois: “Salimos dormidos, como nos pasa a veces”
El portero belga censura duramente la falta de “agresividad e intensidad” del Real Madrid ante el Leizpig, mientras Ancelotti responde que no tiene reproches
El Real Madrid se presentó en Leipzig, la antigua Alemania del Este, con una de las formaciones más jóvenes y físicas que puede montar con lo que dispone en el ropero. En ausencia de los tocados Benzema, Modric y Valverde, ahí seguían Militão, Tchouameni, Camavinga, Rüdiger, Vinicius y Rodrygo. Una alineación, se presuponía, para explotar la gran ventaja competitiva que había exhibido hasta ahora: su capacidad atlética. Sin embargo, lo que ocurrió de inicio en el Red Bull Arena fue justo lo contrario. El despliegue de velocidad, precisión e intensidad correspondió a los locales, que zurraron durante 25 minutos sin parar a un conjunto español rebasado en todas las esquinas, sobre todo a balón parado, y en modo contemplativo ante el tornado que les empezó a pasar por encima pasadas las nueve de la noche.
El análisis de Courtois no se anduvo por las ramas. “Nos faltó lo que nos pasa a veces, que salimos un poco dormidos, sin agresividad, sin intensidad, y contra el Leizpig lo pagas caro. El míster nos había avisado de que ellos habían metido muchos goles en casa. No puede ser que en dos saques de esquina te metan dos, y después del primero no puede ser que te metan el segundo igual”, se arrancó el belga, tan desbocado en sus palabras como los alemanes en su puesta de largo.
Sin cumplir el primer minuto, Courtois ya había rechazado un pase muy dañino de Forsberg. Y desde entonces y durante casi media hora, al Madrid le castigaron sin descanso hasta que el Leipzig se cobró el 2-0. Gvardiol remató de cabeza el primer gol germano en el segundo remate por alto en la misma acción (el primero había sido de André Silva adelantándose a Asensio). Nkunku cazó un balón largo antes que todos, también que el portero belga, pero luego la mandó al lateral de la red. Haidara amenazó con un disparo muy puñetero abajo. Y, finalmente, Nkunku, un martirio constante para los visitantes, puso el segundo de un potente zurdazo dentro del área después de recoger un balón suelto frente a un equipo blanco en las musarañas.
“Hay que despertar y dar siempre el 100%”, reclama el portero belga
“Hoy [por este martes] hemos fallado muchos pases y controles. No estábamos en el partido, no hemos ganado muchos duelos, defendimos un poco mal por falta de intensidad. Hay que despertar. Aunque estamos cansados, hay que dar el 100% en cada segundo. En el tercer gol, tampoco lo hacemos bien. Uno de la defensa tiene que salir a tapar el centro, en el área no hacemos nada”, añadió el meta, una enmienda continua a la totalidad de los suyos. Directo para reivindicar sus paradas cuando toca y para el reproche general tras un patinazo tan rotundo.
Su desahogo en caliente fue grande, muy grande, aunque Ancelotti no lo secundó. “Cada uno tiene su opinión”, respondió escueto el técnico cuando le hablaron de las declaraciones del portero. La visión del italiano resultó mucho más benévola. Negó la mayor de Courtois. “No vi falta de intensidad ni de actitud”, aseguró. “No tengo nada que reprochar a estos jugadores, que también han ganado muchos partidos. Los que han salido han cumplido. El error ha sido el inicio porque, a partir de ahí, ellos han jugado como querían: defensa y a la contra”, explicó Carletto.
“No vi falta de actitud”, sostiene el técnico, que solo se queja del mal inicio
A su juicio, todos los males blancos se concentraron en los dos goles a balón parado en 20 minutos. “No estamos atentos en algo que, habitualmente, somos más contundentes. El partido lo hemos jugado de una manera que no queríamos. Era mejor tener un bloque más bajo y disfrutar de la contra. Pero ha sido lo contrario. Nos ha costado entrar en el partido, pero lo hemos hecho. Estuvimos cerca de empatarlo”, valoró Ancelotti, siempre suave en el análisis.
El entrenador venía de dar dos toques de atención —”a veces nos miramos demasiado en el espejo”, advirtió el pasado viernes—, pero esta vez, tras hincar la rodilla, evitó dramatismos. “No puedo ser crítico con un equipo que lo ha hecho bien hasta ahora. No me enfado. Antes o después, una derrota tenía que llegar, y seguro que de una derrota aprendes más que con 10 victorias seguidas. Afortunadamente, esta duele menos porque tenemos otra oportunidad para acabar primeros [dentro de una semana deben ganar en casa a un Celtic sin opciones]”, zanjó el de Reggiolo, que por primera vez dio cuerda desde el inicio a Asensio, asistente en el 1-2. “Ha cumplido”, apuntó con el eco de fondo de la rajada de Courtois.
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