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La NBA más global de la historia

La liga de baloncesto estadounidense bate esta temporada un récord al contar con 128 jugadores extranjeros procedentes de 42 países

NBA
Giannis Antetokounmpo, ganador del MVP en 2019 y 2020, durante un partido de la NBA la temporada pasada.Aaron Gash (AP)
Luis Villaescusa

La globalización se asienta en la NBA, la mejor liga de baloncesto, que esta temporada hablará más idiomas que nunca. A pesar de que el músculo del campeonato sigue sustentándose en una enorme base de jugadores estadounidenses, el porcentaje de extranjeros ha ido subiendo y este año se situará en el 22,5%. A falta de dos semanas para cerrar el mercado, de los 568 jugadores que hay inscritos, 128 no son estadounidenses, la mayor cifra de la historia de la competición. Estos se reparten en 42 nacionalidades diferentes, también un récord.

Esta situación responde a una estrategia impulsada hace 30 años, cuando la NBA solo contaba con 23 jugadores extranjeros en la temporada 1991-92. A la finalización de esta, la NBA permitió que sus profesionales compitieran por primera vez con la selección de EE UU. Así nació el Dream Team que arrasó en los Juegos Olímpicos de Barcelona de la mano de Michael Jordan, Magic Johnson o Larry Bird. Aquel mítico equipo restituyó el orgullo nacional herido tras las derrotas en sendas semifinales de los Juegos de 1988 contra la URSS y en el Mundial de 1990 contra Yugoslavia. Pero además de elevar la bandera estadounidense a lo más alto, la NBA buscó expandir su negocio, popularizando el baloncesto a nivel mundial y penetrando en más y más países. “Creemos que tenemos un gran producto estadounidense. Queremos promocionarlo a nivel mundial con tanta clase y tanto éxito como sea posible”, reconocía David Stern, comisionado de la NBA entre 1984 y 2014, durante los Juegos de Barcelona.

Desde entonces, las cifras se han disparado. Hasta 1991, habían sido elegidos en el draft, el proceso selectivo de la NBA, 68 jugadores extranjeros y solo tres en los tres primeros puestos: el nigeriano Hakeem Olajuwon, el jamaicano Patrick Ewing (que también contaba con pasaporte de EE UU y fue parte del Dream Team) y el holandés Rik Smits. Sin embargo, desde 1992 han sido 438 extranjeros elegidos en el draft, 20 entre los primeros puestos, incluyendo a Pau Gasol, Luka Doncic o Tim Duncan.

Este año, todos los equipos contarán al menos con dos extranjeros. El equipo que más acumula es Toronto Raptors, con ocho. La nacionalidad no estadounidense más representada en la NBA es, un año más, la canadiense. El país vecino de Estados Unidos cuenta con 23 jugadores en la competición. Pero en los últimos años, el peso de Europa ha crecido exponencialmente. Esta temporada, los europeos representarán la mitad de los extranjeros (63 de 128, un 49,2%). Esto supone un 11% del total de jugadores, la cifra más alta en la historia. De las diferentes nacionalidades, las que más integrantes suman son Francia (11) y Alemania (7).

Por detrás se encuentran España y Serbia, cada uno con cinco jugadores. Ricky Rubio, Santi Aldama, Usman Garuba, Juancho y Willy Hernangómez, representarán al baloncesto español en la mejor liga del mundo. El récord de españoles es de 10 en la temporada 2016-17. Serge Ibaka, nacido en Brazzaville, en la República del Congo, no computa en la base de datos de la NBA como español a pesar de estar nacionalizado y ser internacional con la selección.

La globalización del baloncesto, de la que la NBA tiene parte de responsabilidad, y la capacidad de captar jugadores prometedores en cada rincón del planeta son hoy claves. Ojeadores rastrean posibles talentos desde Argentina hasta Japón para llevárselos a la liga universitaria o a alguna de las academias, como Overtime, fundada por estrellas de la NBA, entre ellas Kevin Durant o Pau Gasol. Y, de ahí, al draft, no hay sino un paso para los más talentosos. “Hubo un tiempo en el que teníamos la etiqueta de blandos. Ya no. Hoy el europeo en la NBA se ha quitado esa etiqueta. Es un jugador muchas veces dominante, competitivo, incluso estrellas, jugadores franquicia”, señaló Gasol este verano en una entrevista para EL PAÍS.

La muestra más clara de este paso adelante del jugador europeo en la NBA es, como dice Pau, que ya no son acompañantes del jugador franquicia estadounidense, sino que reclaman para ellos el mando del equipo. En 2007, el alemán Dirk Nowitzki se convirtió en el primer jugador europeo nombrado MVP. Parecía un hito irrepetible, pero en los últimos años se ha convertido en costumbre. El griego Giannis Antetokounmpo y el serbio Nikola Jokic han seguido los pasos del mítico 41 de los Mavericks, siendo galardonados con el premio a mejor jugador los últimos cuatro años. En el último Power Ranking publicado por la NBA, ambos vuelven a ocupar los primeros puestos para llevarse de nuevo el galardón, seguidos del esloveno Luka Doncic y del camerunés Joel Embiid.

Desde 2014, todos los equipos que se han proclamado campeones de la NBA han contado al menos con un europeo en la plantilla. En el siglo XXI, solo en cinco ocasiones ha ganado una franquicia que contaba solo con jugadores norteamericanos: Los Angeles Lakers en 2000 y 2001, Miami Heat en 2006 y 2013, y Boston Celtics en 2008.

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Sobre la firma

Luis Villaescusa
Periodista de EL PAÍS desde 2020, especializado en información deportiva. Ha cubierto la Eurocopa 2020 y los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, y se centra en la información de baloncesto y fútbol. Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, es un apasionado de los datos y las infografías para explicar el deporte.

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