Indonesia abre una investigación sobre la tragedia que dejó 125 muertos en un partido de fútbol
El equipo de investigadores incluirá responsables de ministerios, pero también futbolistas, organizadores de eventos deportivos y profesionales de medios de comunicación y académicos
Después del caos y la violencia del sábado y del estupor y la consternación del domingo, este lunes han arrancado los funerales por algunas de las 125 víctimas de la tragedia del estadio Kanjuruhan, en la isla de Java (Indonesia). Mientras tanto, el Gobierno del país ha anunciado la apertura de una investigación independiente para esclarecer la tragedia que arrancó tras el pitido final del partido de fútbol entre el Arema FC y el Persebaya Surabaya hasta transformarse en uno de los sucesos más negros de la historia de este deporte. A medida que aumentan las preguntas en torno al comportamiento del dispositivo policial desplegado en el campo, las autoridades indonesias han facilitado la cifra de niños entre los fallecidos: hay al menos 32.
“La Policía debe revelar inmediatamente a los autores involucrados en los actos delictivos”, ha exigido Mahfud MD, ministro de Seguridad, en una comparecencia en la que ha asegurado que se “tomarán medidas” contra los responsables. El miembro del Ejecutivo ha reclamado además que la policía “evalúe sus procedimientos de seguridad”, según ha recogido EFE.
El secretario general de la ONU, António Guterres, se ha unido a la ola de personalidades e instituciones que han lamentado la tragedia y ha urgido a las autoridades de Indonesia a llevar a cabo “una investigación rápida y exhaustiva” y a tomar “todas las medidas necesarias para evitar que se repita”. “Todos los responsables deben rendir cuentas por este desastre, independientemente de su estatusa o posición”, ha exigido Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch.
Las autoridades policiales del país asiático, de momento, han comunicado este lunes que 18 agentes se encuentran ya bajo investigación por el lanzamiento de botes de gas lacrimógeno para dispersar a los aficionados tras el encuentro, uno de los presuntos detonantes del desastre, al provocar una fatal estampida. Las normas de la FIFA, la institución que aglutina a todas las federaciones del fútbol mundial, prohíben expresamente el uso de “gas de control de multitudes” (gas lacrimógeno) para mantener el orden público en los estadios.
Según las primeras pesquisas, estos 18 agentes se encontraban “de servicio” y eran los encargados de “operar con las escopetas”, ha explicado el portavoz de Policía, Dedi Prasetyo, quien ha añadido que se están revisando las grabaciones de más de una treintena de cámaras de seguridad ubicadas cerca del estadio para identificar a sospechosos por “destruir propiedades dentro o fuera” del recinto deportivo.
El tumulto comenzó al terminar el encuentro entre el Arema FC y el Persebaya Surabaya, en el estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang, en la provincia de Java Oriental. Tras la derrota por 2-3 del equipo local —la primera vez que caía ante su archirrival en más de dos décadas, según France Presse—, cerca de 3.000 seguidores del Arema FC invadieron el campo y los agentes trataron de dispersar a los aficionados con cargas y gases lacrimógenos. Los enfrentamientos dieron lugar a una mortífera estampida que taponó salidas, causando muertes por aplastamiento y asfixia de una gran parte de las víctimas, según las autoridades.
Según el ministro de Seguridad, las autoridades comprueban en estos momentos la veracidad de vídeos publicados sobre el incidente, que han circulado ampliamente a través de redes sociales, donde los responsables de la seguridad “se excedieron y actuaron fuera de su autoridad”. El equipo de investigadores tiene previsto conformarse en las próximas 24 horas e incluirá a responsables de distintos ministerios, futbolistas profesionales, organizadores de eventos deportivos, profesionales de medios de comunicación y académicos. Sus pesquisas podrían dar frutos “en 2 o 3 semanas”, ha zanjado Mahfud MD.
Este lunes, han comenzado a escucharse los relatos de familias rotas por un suceso que no logran explicarse. “No pensábamos que fuera a ocurrir algo así”, ha expresado Endah Wahyuni, hermana mayor de Ahmad Cahyo, de 15 años, y Muhammad Farel, de 14. Ambos murieron tras quedar atrapados en el tumulto, según el testimonio recogido por Reuters. “Les encantaba el fútbol, pero nunca habían visto al Arema en directo en el estadio Kanjuruhan, ésta era su primera vez”, ha añadido en el funeral de sus hermanos el domingo.
“Escenas de guerra”
Los futbolistas que quedaron atrapados durante horas en el estadio, mientras arreciaba una turba violenta, también han quedado marcados por lo que vivieron. “Fueron escenas de guerra. Vimos personas morir en el vestuario”, ha narrado a EFE el portero brasileño del Arema, Adilson dos Santos. “Era un verdadero campo de batalla [...] parecía la guerra entre Ucrania y Rusia y no un campo de fútbol. Solo había caos y pánico”.
La rabiosa multitud embistió contra los policías y destrozó diversas infraestructuras del centro deportivo, así como una quincena de vehículos, en un brote de violencia que fue calificado por la policía como “anárquico”. Los agentes de seguridad respondieron con gas lacrimógeno (prohibido por la FIFA) en un intento de frenar los ataques, lo que hizo cundir el pánico entre los aficionados y provocó una estampida. La mayoría de las víctimas sucumbió por razones de asfixia, traumas o pisoteados, según han indicado fuentes hospitalarias. A raíz de la tragedia, la liga de fútbol de Indonesia ha suspendido temporalmente todos los encuentros programados de la competición.
El presidente del Arema FC ha pedido disculpas este lunes y ha asegurado que su equipo y él “cooperan y apoyan” la investigación de lo ocurrido. “Esperamos poder hallar la raíz del problema”, ha dicho Gilang Widya Pramana en una comparecencia en la que también ha asegurado que el club indemnizaría económicamente a las familias de las víctimas mortales y a los heridos.
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