Simeone alabó el contraataque del Madrid, pero los dos goles empezaron en saques de puerta

Después de la derrota en el derbi, Diego Pablo Simeone tuvo un ataque de nostalgia en la sala de prensa del Metropolitano: “La contundencia es maravillosa”, dijo en referencia a la pegada del Real Madrid. “Ver a un equipo que defiende bajo y ataca así, la verdad es que me gusta. Me hace recordar al equipo que teníamos allá con Costa, que salíamos de contragolpe… Y algunos nos criticaban que jugábamos defensivamente. Pero bueno…”.

Sin embargo, los dos golpes con los que acababa de tumbarle el Madrid quizá parecieron contraataques, en particular en el último tramo de las jugadas, pero llegaron a partir de desarrollos masticados desde la retaguardia. Ambos goles nacen de saques de puerta, que Militão pone en juego hacia Courtois, como apuntó Carlo Ancelotti en su comparecencia, después de la del argentino: “En la primera parte, hemos manejado muy bien la salida desde atrás. Con salidas desde Thibaut hemos marcado los dos goles. Estábamos cómodos”.

Se trató de dos secuencias distintas pero con una rutina inicial común muy trabajada, en la que los futbolistas se disponen de manera prácticamente exacta sobre el campo para organizar una salida limpia por el centro. La primera vez lo hacen a través de Tchouameni, más cercano al área, y la segunda, con Kroos, situado algo más lejos. A partir de ahí, los desarrollos son diferentes: en el 0-1, el Madrid engarza una jugada de nueve pases en 28 segundos, que acelera repentinamente Valverde después del quinto, hasta que Rodrygo Goes la culmina rematando a botepronto la delicada vaselina que Tchouameni le ha depositado entre el punto de penalti y la frontal del área pequeña de Oblak.

La secuencia del 0-2 de Valverde fue más elaborada: 21 pases y un minuto, tiempo durante el que la pelota pasa varias veces de una banda a otra, e incluso regresa en un momento a los pies de Courtois, después de haber alcanzado antes al uruguayo ya cerca del área contraria. Este retroceso, mientras amasan la posesión en busca de la grieta por la que colarse contribuye a que la zaga rojiblanca vuelva a adelantarse y se libere a su espalda el espacio al que Modric le envía la pelota a Vinicius.

El desarrollo recuerda a la paciencia con la que el Madrid reelaboró en Glasgow un intento fallido de falta ensayada en la primera jornada de la Champions contra el Celtic. Pero Modric estaba cubierto, y el plan se frustró en el primer punto, de modo que el equipo de Ancelotti emprendió una secuencia de 33 pases y 1m37s que concluyó en el 0-3 de Eden Hazard. Fue la jugada de gol más larga del Madrid en la Champions de las 434 que tiene registradas Opta desde la temporada 2003/04.

Aquello sucedió contra un equipo ya vencido, en el minuto 77. El 0-2 del derbi se produjo en el 36. Simeone lamentó luego la falta de agresividad de sus futbolistas: “Si contra el Madrid no tienes intensidad, es muy difícil recuperarla”. El argentino sí vio ese rasgo en el equipo de Ancelotti, que decidió aceptar parte del elogio de Simeone sin entrar a discutir su referencia a los contraataques: “Si Simeone ha dicho que hemos defendido bien en bloque bajo, le digo que muchas gracias. Es un cumplido”.

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