El ‘show’ de Lewandowski
La actuación del delantero polaco, convertido en jugador total y autor de tres goles, monopoliza el estreno europeo del Barça en un ensimismado Camp Nou
Lewandowski juega con la ambición de un juvenil y la sabiduría de un veterano que acaba de cumplir 34 años. El aficionado ha descubierto con asombro a un delantero que no solo marca goles como cuando estaba en el Bayern, sino que lidera a un equipo huérfano de Messi. El polaco no descansa, disputa los partidos difíciles y los fáciles, revienta la red con su puntería, reparte asistencias, comete faltas como un defensa y lee el partido como un medio centro, convertido en futbolista total para suerte del Barça. El repertorio de Lewandowski ilustró el estreno europeo en el Camp Nou.
La actuación del delantero centro monopolizó un encuentro agradecido para la hinchada del Barcelona. Incluso el propio equipo azulgrana pareció ser un espectador del show Lewandowski. Los jugadores barcelonistas acompañaron al recital de su ariete con una actitud irreprochable ante la impotencia del Viktoria Plzen. No habría que menospreciar la elegancia de Dembélé ni la elasticidad de Koundé. Los ojos de la hinchada, sin embargo, no dejaron de seguir a Lewandowski después de la pitada de rigor contra el himno de la Champions.
El 9 del Barça ya suma 89 goles en 107 partidos, después de los tres que contó contra el campeón checo, y se sitúa en el podio de pichichis del torneo que lidera Cristiano Ronaldo con 141, seguido de Messi, que totaliza 125. Y pudo meter un cuarto si Ansu Fati no se hubiera cegado en reivindicar su condición de artillero antes de ser sustituido cuando Xavi ya pensaba en Cádiz y naturalmente en Múnich, el partido que el martes supondrá un desafío único tanto para el Barcelona como para Lewandowski.
Xavi ya cambió a medio equipo respecto al que goleó al Sevilla y al Valladolid porque pensaba en el Bayern. Tocó la defensa, el medio campo y la delantera y, sin embargo, la noticia no fue la titularidad de Alba, tampoco la de Ansu Fati y menos la posición de medio centro de Frenkie de Jong, sino la suplencia de Piqué. El central no jugaba, ni calentaba sino que miraba y se entrenaba antes y después de los partidos, hasta que el técnico le dio salida en el descanso por Sergi Roberto. Las rotaciones no afectaron el plan ofensivo del Barça. Alcanza con que juegue Lewandowski.
Los azulgrana tomaron la pelota, cargaron el juego de ataque y defendieron con más agresividad que orden porque el partido tomó de inicio la dirección que quiso Dembélé. Las conducciones se alternaban con las pérdidas y se contaban más saques de esquina que ocasiones ante Stanek. Nadie se imaginaba un gol en un córner si se tiene en cuenta la altura y corpulencia de los atletas del Viktoria hasta que Dembélé colgó el cuero al área desde el banderín derecho del ataque barcelonista y de la cabeza de Koundé fue hasta la de Kessié para cantar el 1-0.
Koundé aparece como asistente en los últimos goles del Barça. El francés domina las áreas, tan solvente en la suya como en la rival, más firme que Christensen. El danés fue reducido por Mosquera con un codazo después de un doble salto ganado por los checos que no acabó en penalti por la intervención del Var. El árbitro pitó la pena máxima y expulsó a Christensen después de que barriera al colombiano en la caída ante las quejas de los jugadores del Barcelona. El colegiado se corrigió y amonestó a Mosquera.
La jugada aturdió a los azulgrana hasta que compareció Lewandowski. El polaco recibió de Sergi Roberto en el balcón del área, controló el balón, se orientó y lo colocó junto al poste izquierdo de Stanek: 2-0. No descansa Lewandowski, implicado como ariete y como jugador, tan efectivo como efectista como se advirtió después en un taconazo que no pudo remachar Pedri y más tarde al rematar un centro de Dembélé: 3-1. Los dos tiros del delantero habían acabado en gol para desdicha del exigido Stanek.
Lewandowski apareció puntual para marcar el timing del partido, cuando convenía asegurar la victoria, también cuando el Viktoria la discutió con un gol de Sykora después de un mal rechazo de la defensa del Barça y un centro de Jemelka, y finalmente para coronar su propia actuación y una excelente maniobra de Ferran. El polaco se abrazó entonces a una afición ensimismada desde el inicio y que acabó hipnotizada con un quinto tanto en un reverso de Ferran después de toque de zurda celestial de Dembélé. Nada mejor que el 5, el dígito mágico del barcelonismo, para subrayar una noche redonda para la afición, para el entrenador, para los jugadores —incluso debutó Pablo Torre— y para Xavi. Viaja el Barça de goleada en goleada montado en el cañón de Lewandowski: 0,83 goles de promedio en la Champions.
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