El zurdazo de Raphinha y la izquierda de Rüdiger
Ancelotti dice que no quiere cambiar a los centrales Alaba-Militão
Cuando Deco puso el nombre de Raphinha sobre la mesa, advirtió a los diferentes estamentos del club. “Si el Leeds desciende, la cláusula será de 25 millones”, contó el exjugador, asesor del Barça y agente del delantero. Entonces, muchos directivos se ilusionaron. Algunos hasta se pusieron alertas en el móvil para seguir los partidos. Y hasta a Xavi se le escuchó preguntar por el resultado del Leeds en la Premier.
Por entonces, en el Barça no había noticias de las palancas, Dembélé tenía un pie y medio fuera del club y el técnico insistía en que necesitaba refuerzos en todas las posiciones. Pero un gol de Raphinha salvó al Leeds y el Barça terminó desembolsando 57 millones. Al brasileño, sin embargo, no parece pesarle el valor de su traspaso. Marcó en su estreno como azulgrana ante el Inter Miami y sentenció el primer clásico del año gracias al regalo de Militão, intocable en el centro de la zaga junto a Alaba.
Raphinha, por ahora, le gana el pulso a Dembélé. La competencia se extiende en todo el frente de ataque: el Barça cuenta con dos nueves (Lewandowski y Aubameyang), más dos extremos izquierdos (Ansu Fati y Ferran Torres). Overbooking de delanteros que pone en el mercado a Memphis (el club le aconsejo que buscara una salida), misma situación para Braithwaite, que no viajó a Estados Unidos. Reforzado el ataque, el Barcelona continúa negociando con el Sevilla por Koundé. Tras activar la segunda palanca el pasado viernes —vendió el 15% de los derechos televisivos por cerca de 320 millones—, el Barça cuenta con liquidez para tocar la puerta del Sánchez Pizjuán.
Si en la orilla azulgrana el clásico de Las Vegas dejó el fogonazo de Raphinha, en el Madrid la resaca tuvo que ver más con cuestiones tácticas. Con la llegada de Rüdiger, se dio por hecho que el alemán, diestro, se ubicaría en el centro de la zaga, como había hecho en el Chelsea, y que Alaba pasaría al lateral izquierdo, por ser zurdo y por conocer bien ese puesto (ahí lo usó principalmente Carlo Ancelotti en el Bayern). Sin embargo, el técnico italiano, hombre prudente, no parece dispuesto a mover, al menos a las primeras de cambio, la pareja de centrales (Militão-Alaba) que le llevó a ganar la Liga y la Champions. Así que la primera solución fue ubicar en el flanco zurdo de la zaga a Rüdiger, a pierna cambiada.
“Me ha gustado mucho, no estoy loco y él es muy inteligente”, defendió el entrenador blanco. “Puede jugar ahí. Alaba solo hará de lateral izquierdo por necesidad. No quiero cambiar la pareja de centrales del año pasado”, argumentó Carletto. La variante, que la entrenó en los días previos en Los Ángeles, abre un nuevo paisaje en la defensa merengue. Tras el descanso, Ferland Mendy, el único lateral izquierdo puro de la plantilla en estos momentos tras la salida de Marcelo, relevó a Rüdiger. Contra el América (madrugada del martes al miércoles; 4.30, La 1) y la Juventus (del sábado al domingo; 4.00, La 1), Ancelotti ofrecerá más detalles de sus intenciones. El once que elija ante el equipo italiano se parecerá mucho, o todo, al que sacará en la Supercopa de Europa frente al Eintracht, el 10 de agosto.
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