Alarma defensiva en la España de Luis Enrique a seis meses del Mundial de Qatar
Los goles encajados ante Portugal y la República Checa muestran que los rivales tienen muy estudiada a la Roja
A seis meses del Mundial de Qatar, la vulnerabilidad defensiva se mantiene como el gran talón de Aquiles de España. Asociada a la necesidad de asumir riesgos que conlleva la atrevida propuesta de Luis Enrique, la endeblez mostrada en el Sinobo Stadium de Praga fue preocupante por la clarividencia con la que centrocampistas y atacantes checos ejecutaron su plan en los contragolpes. El primer gol fue una muestra de ello. Más allá de que Carvajal interpretara a destiempo el momento de tirar el fuera de juego, llamó la atención que fueran dos delanteros los que rompieran de inmediato a la espalda de Eric García e Íñigo Martínez. Ya en la primera jugada, Chequia había forzado un córner con un balón a la espalda de Marcos Alonso. Era un plan premeditado por el seleccionador checo, Jaroslav Silhavy, que dio muestras de tener muy estudiado cómo hacerle daño a España. “La táctica fue acertada, aunque haya a quien no le guste jugar a la defensiva. Fue sensacional, mis jugadores se lo trabajaron”, se jactó el técnico checo. “Sabíamos que íbamos a jugar mucho sin el balón, pero también que tendríamos ocasiones de contraataque porque el míster nos insistió en ello”, confesó Pesek, autor del primer tanto de la selección local.
El boca a boca del gran punto débil de la Roja se ha extendido entre los rivales. Es una constante que cualquier contrario sea capaz de generarle ocasiones claras. “En dos balones a la espalda que han tenido nos han hecho los goles. Hay que controlar esas situaciones porque con poco nos hacen mucho”, advertía el mediocentro Rodrigo Hernández al término del encuentro. La falta de contundencia en el área propia y también en la del rival ha institucionalizado una sentencia que acompaña a esta España de Luis Enrique y que él mismo admite: “Podemos ganar o perder con cualquiera”.
El chivato de los errores defensivos ya le saltó al preparador gijonés en el partido de Sevilla ante Portugal (1-1). Sus gestos y sus gritos ante la facilidad de los atacantes lusos para romper a la espalda de los laterales y centrales españoles fueron significativos. “Enloquecía cada vez que eso pasaba”, relata un testigo que presenció el partido a pocos metros del seleccionador español.
La secuencia de los dos goles de la República Checa y de otra ocasión clara que tuvo Kuchta, autor del segundo tanto, respondió a un mismo patrón colectivo, por encima del error de Carvajal al tirar el fuera de juego en el primer tanto y de Eric García en el segundo por lo mismo, además de estar mal colocado. El central del Barcelona está siendo muy cuestionado porque aparecer en la foto de los dos goles, pero es una de las grandes apuestas de Luis Enrique. El preparador gijonés suele apelar a sus buenas actuaciones en los dos compromisos más relevantes de España en el último año, la semifinal de la Eurocopa contra Italia y la final de la pasada edición de la Liga de las Naciones contra Francia. En ambos encuentros, Eric García rayó a un gran nivel.
Luis Enrique no focalizó los dos goles encajados en los errores individuales, sino en la descoordinación a la hora de ejecutar la presión. “Ha habido desajustes al presionar. Eso ha propiciado que entrasen jugadores de segunda línea. No sólo hay que hacer vigilancias, sino bascular”, explicó Luis Enrique en la sala de prensa del Sinobo Stadium. Ambos goles fueron precedidos de malas entregas de balón que no fueron corregidas mediante la presión tras pérdida. Esto propició que los lanzadores de los contragolpes checos pudieran conducir y dar el pase definitivo sin oposición. “La defensa de España empieza en el número, 9, en los extremos, los interiores… eso es una defensa y desde el minuto uno el rival nos ha generado desajustes”, insistió Luis Enrique en su análisis.
La presión es fundamental para mantener el osado libreto del seleccionador español. Contra Portugal también se le vio irritado por este mismo motivo. La cuestión está en saber si esa mala interpretación de su plan fue fruto del desgaste físico por la altura de la temporada en la que estamos o empieza a ser un mal endémico.</CW>
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