Barcelona – Real Madrid, hambre de gloria en la Final Four de la Euroliga en Belgrado
El anhelo azulgrana y la resistencia blanca chocan en la cuarta semifinal europea de la historia entre ambos equipos, con Jasikevicius y Laso apelando a la voracidad de sus jugadores
Barça y Real Madrid se miden este jueves en Belgrado en el séptimo clásico de una temporada que podría registrar hasta 12 duelos entre los dos grandes del baloncesto español. El pabellón Stark Arena de la capital serbia acogerá la cuarta semifinal continental entre blancos y azulgranas, la reedición en la misma instancia de los duelos de 1996, 2013 y 2014 —el primero resuelto con victoria culé y los dos siguientes con triunfo blanco, aunque ninguno desembocó en título, frustrados después por el tapón ilegal de Vrankovic, la furia de Spanoulis y la ebullición de Tyrese Rice respectivamente—.
En la edición de 1996, en París, Pablo Laso estaba en la primera de las poco más de dos temporadas que jugó en el Madrid. Aquel día, el vitoriano disputó 15 minutos, con dos puntos y tres asistencias en una estadística que dominó Arturas Karnisovas (24 puntos) en el triunfo culé por 76-66. En el choque de 2013, en Londres, Sarunas Jasikevicius apuraba su segunda etapa como jugador del Barça, una sola temporada antes de retirarse al curso siguiente en el Zalgiris. Ese día, Saras disputó 11 minutos, con seis puntos en su hoja de servicios, en un choque en el que mandaron Felipe Reyes y Sergio Rodríguez (67-74). Un año después, en Milán, el Madrid logró la mayor diferencia histórica en una semifinal de la Final Four (62-100). Ahora Laso y Jasikevicius llevan el mando en los banquillos y se presentan en el clásico continental apelando a la voracidad más que a la pizarra.
“El Madrid siempre está intentando sorprendernos. Nos tienen muchas ganas, mucha hambre más que nosotros, y tendremos que igualarlos en esto”, señaló el técnico del Barça antes de partir a Belgrado, aludiendo a su secuencia hegemónica de 11 triunfos en los 14 partidos que ha dirigido como técnico culé ante los blancos. “No importa si hemos ganado o perdido veinte veces contra el Madrid. El clásico más determinante es siempre el siguiente”, completó Jasikevicius, que llega a la cita con Cory Higgins, Dante Exum y Kyle Kuric recuperados a tiempo.
“El hambre competitiva la debes tener siempre, independientemente quién sea el rival. ¿Si no jugáramos contra el Barça no tendríamos hambre? Si no tienes hambre... ¡Qué más da lo que haya pasado antes!”, replicó después Laso. Un clásico convertido por los entrenadores en los juegos del hambre, un choque entre el anhelo del Barça —que busca actualizar los pósters de 2003 y 2010 y coronar el lujoso proyecto que ha construido en torno a Mirotic (mvp de la temporada regular)—, y la resiliencia del Madrid —que se resiste al cambio de ciclo tras los 21 títulos logrados en los 11 años de Laso al frente del banquillo—. “Entiendo que nadie creyera en este equipo hace un mes, pero nosotros no hemos dejado de creer”, señaló el entrenador madridista, para valorar el rearme de su equipo después de tres meses de crisis aguda.
Desde la salida del Madrid del Pablo Laso jugador, en 1997, hasta su segunda llegada al club, en junio de 2011, los blancos solo ganaron cuatro trofeos en 14 temporadas: la Liga de Sergio Scariolo, en 2000; la de Bozidar Maljkovic, en 2005, con el triple de Herreros en Vitoria; y el doblete de Liga y ULEB con Joan Plaza en 2007. Con el técnico vitoriano en el banquillo, los registros son de 31 finales disputadas sobre 42 posibles y siete participaciones en la Final Four en 10 ediciones. Laso dobló el pulso al Barça de Xavi Pascual, que dejó el Palau en 2016 tras ocho años y medio en el banquillo con 12 títulos en su expediente: 4 Ligas, 3 Copas, 4 Supercopas y 1 Euroliga. Desde la marca de Pascual hasta la llegada de Jasikevicius como entrenador, en 2020, el Barça únicamente añadió a sus vitrinas dos Copas en cinco temporadas en pleno despegue madridista. Sin embargo, con el técnico lituano la crecida del palmarés azulgrana ya suma una Liga y dos Copas en un curso y medio. Solo el Efes de Micic y Larkin apartó al conjunto culé de la Euroliga en la final de Colonia.
El clásico continental en el Stark Arena de Belgrado marca la penúltima frontera para que el Barça luche por su tercera Euroliga o el Madrid por su undécima Copa de Europa. Por el otro lado del cuadro, el rearmado Olympiacos, que regresa a la Final Four cinco años después, se mide al campeón: el Efes, que en su tercera presencia consecutiva (serían cuatro de no haber mediado la pandemia) intentará enlazar dos títulos, algo que en este siglo solo han logrado el Maccabi (2004 y 2005) y el propio Olympiacos (2012 y 2013).
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