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Gabriel Deck: “No pude disfrutar la adolescencia, pero me construí un camino asombroso”

Tras su breve periplo en la NBA, el ala-pívot argentino, de 27 años, vuelve a ser pieza clave del Real Madrid de Laso, que se cita con el Barcelona este jueves en la semifinal de la Final Four de Belgrado

Gabriel Deck
Deck hace un mate en un partido de la Euroliga de esta temporada
Faustino Sáez

Gabriel Alejandro Deck (Santiago del Estero, Argentina; 27 años) es una oda a la productividad silenciosa. Pablo Laso le definió en su día como “un tractor” porque “hace de todo”, dijo. Tras su breve periplo en la NBA el polivalente ala-pívot regresó en enero al Real Madrid que, después de tres meses de crisis y uno de reconstrucción, se mide al Barça en la semifinal de la Final Four de Belgrado (este jueves, 21.00 DAZN). Por el otro lado del cuadro se la juegan Efes y Olympiacos.

Pregunta. ¿Cómo ha logrado rearmarse el Madrid tras la peor crisis de juego y resultados en una década?

Respuesta. Trabajando mucho, día a día y semana a semana. Sabíamos que íbamos a encontrar nuestra mejor versión en algún momento y esa confianza no la perdimos nunca. El equipo lo hizo fenomenal al comienzo de temporada y, a pesar de los baches o las caídas, cuando sabes que esas virtudes están ahí encuentras la determinación para salir adelante. Y aquí estamos, en la Final Four, donde queríamos estar. Después de todo lo que hemos vivido en los últimos tiempos es muy lindo afrontar este reto.

P. En su caso, en apenas cuatro años ha vivido la salida de su país, dos llegadas al Real Madrid, la aventura de nueve meses en Estados Unidos, y todo con una pandemia de por medio.

R. Están siendo tiempos muy extraños. El movimiento de regreso lo entendí como una gran oportunidad y tuve claro que tenía que aprovecharla. El club me abrió la puerta para mi llegada a Europa y ahora estoy muy feliz de haber podido volver. Lo de Estados Unidos fue una experiencia de madurez. Quería vivir la NBA, saber cómo se manejaban, demostrar que podía jugar allí… No se dio, pero todo lo vivido suma y me ha servido mucho. Ahora tengo que ponerlo todo en práctica para seguir creciendo.

euroleague

P. En el peor momento de la temporada recibieron varios varapalos del Barça y ahora se lo vuelven a encontrar con una racha de 11 derrotas en 14 partidos desde que está Jasikevicius.

R. Nosotros siempre tratamos de fijarnos en nuestro equipo, en hacer bien las cosas, independientemente de la secuencia con el rival. Solo así se logran los objetivos. El bache podía llegar porque es muy difícil mantener una línea alta toda la temporada y estar arriba en todas las competiciones. Pero la ambición no se resintió y ahora los números no juegan.

P. ¿Qué conclusiones han sacado de partidos recientes como la final de Copa?

R. Cada partido es un aprendizaje y, cuando los analizas, ves que los clásicos y los grandes duelos se resuelven por pequeños detalles, errores propios que condicionan… Básicamente, cada equipo juega a su estilo, nos conocemos bien, y siempre es lo mismo. Por eso son los detalles que terminan decidiendo el resultado. No habrá muchas sorpresas. Nos sabemos hasta los trucos. Se pueden cambiar detalles o jugadas, pero esto será una batalla más de carácter que de táctica. En la Copa teníamos a varios jugadores tocados y ahora llegamos todos sanos y en la mejor disposición anímica. La idea es que cada uno dé su mejor versión para ser fuertes en bloque, como estamos haciendo en el último mes.

P. Da la sensación de que han tenido tiempo hasta para relativizar la crisis.

R. Viendo todo lo que hemos pasado, hay cosas muy duras de verdad. Nosotros estamos aquí para darlo todo en lo deportivo, pero estas crisis pasan y se pueden enderezar como hemos visto. Tenemos herramientas, trabajo y carácter para corregirlo y remediarlo.

P. ¿Dónde se forjó su carácter, en esa infancia trabajando desde chico, ayudando a sus padres a recoger alfalfa o limpiar autobuses?

R. Sí, aquello endurece, pero había que ayudar y lo hacíamos con alegría. Lo duro fue salir tan joven de casa, alejarte de la familia y los amigos a los 13 o 14 años… en busca de un futuro mejor para nosotros y tratando de cumplir sueños. Eso marca. Y cuando vives situaciones difíciles, vuelcas toda esa memoria en la pista. El camino te hace fuerte y todo se asimila más rápido cuando ves de dónde vienes.

P. ¿Cuántas veces se acuerda de aquel volante de tractor y aquella tabla de madera con la que su padre le armó la canasta en la que aprendió a jugar al baloncesto?

R. Siempre, cada día. Cuando veo las posibilidades que tengo de entrenar, de viajar, de competir con gente increíble… uno agradece a la vida el poder haber partido de allí para hacer las cosas bien, para salir adelante. Lo disfruto y lo agradezco día a día. No pude disfrutar la adolescencia como el resto de chavales, pero, a partir de aquella canasta, construí un camino asombroso en lo deportivo y en lo personal.

P. ¿Llegó a erosionarse el vestuario durante los casi tres meses de crisis?

R. No. Sabíamos que si seguíamos trabajando daríamos la vuelta a la situación y así ha pasado. De puertas para adentro, el vestuario nunca dejó de confiar como equipo. Sabíamos que lo íbamos a enderezar.

P. La catarsis se suele armar en torno a una barbacoa, ¿cómo fue en este caso?

R. Rudy convocó esa barbacoa en su casa, sí, y estuvo muy bien. Son cosas habituales en un equipo. Pero nosotros fuimos a juntarnos, simplemente. Los temas que haya que hablar ya se hablan siempre en la cancha, entrenando duro.

P. ¿Y en qué punto está la situación de Heurtel y Thompkins?

R. Pablo (Laso) ya dio todas las explicaciones sobre el tema. Ellos están con nosotros, entrenando día a día y al cien por cien, por si les toca la oportunidad.

P. ¿Cómo es su relación con Laso y cómo fueron los reajustes tácticos tras su regreso al equipo?

R. La relación es muy buena. Es el entrenador que me ha dado la oportunidad de estar aquí, me ha hecho crecer mucho como jugador y como persona… siempre tratando de sacar mi mejor versión. En mi regreso fue exigente para que me pusiera rápido en la mejor disposición. Pero es normal, él exige a todo el mundo y todos los días estar al máximo, para nadie se desconcentre ni un momento. El estilo ha seguido siendo el mismo siempre. Por ahí se pudo cambiar alguna jugada. Pero el Madrid de Pablo juega desde hace años con las mismas ideas y fui yo el que me tuve que acoplar rápido a ellos.

P. En la conquista de la Décima en Belgrado en 2018 fue Doncic el gran protagonista. ¿Quién puede serlo ahora, a quién le daría el balón para un tiro decisivo?

R. Yo se lo daría a Llull, obviamente, ya sabemos cómo es. Pero aquí todos estamos capacitados para asumir esos lanzamientos.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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